domingo, 28 de agosto de 2011

080 - Jóvenes Indignados de Chile

(Publicado en la revista de cultura y política La Tecl@ Eñe - Año X Nro. 48 correspondiente a septiembre - octubre de 2011; en Reflexiones sobre Educación con fecha 7/9/2011 y en Centro de Estudios Sociales Argentino con fecha 8/9/2011)

JOVENES INDIGNADOS DE CHILE

En el anterior número de La Tecl@ Eñe hicimos mención al movimiento de jóvenes indignados europeos, cuyo epicentro se situó en Madrid —acontecimiento que rápidamente se expandió hacia varios puntos de este planeta globalizado— y destacamos la particular situación de la juventud de nuestro país, posicionada hoy en lo que creemos un lugar y un tiempo mejor. Esta diferencia en favor de nuestros adolescentes puede también visualizarse con bastante claridad, si se analizan las masivas manifestaciones ocurridas en el hermano pueblo chileno en reclamo de cambios en la educación pública. En la actualidad ya se habla de los jóvenes indignados de Chile, quienes marchan mancomunadamente por las calles de Santiago y de otras ciudades en reclamo de una educación pública incluyente y de calidad. De este lado de la cordillera, nuestros pibes afortunadamente pueden estudiar en universidades argentinas gratuitas y cuyos contenidos son de una notable excelencia, por lo que no es casual que cada vez más algunos jóvenes chilenos decidan cruzar la frontera en procura de capacitarse en estas tierras.

A partir de mediados de año los estudiantes secundarios chilenos comenzaron a tomar colegios, ocupando pocas semanas después cientos de establecimientos. Exigen una educación que les permita formarse no sólo como profesionales, sino también como ciudadanos con pensamiento crítico para enfrentar las innumerables contingencias de un futuro cada vez más incierto. Ante las insuficientes propuestas presentadas por el gobierno de Chile, las mismas fueron rechazadas y se iniciaron las marchas masivas reclamando a las autoridades reformas educativas serias: a saber, una educación como derecho social brindado con gratuidad, equidad y calidad. Otro modo de protesta consistió en huelgas de hambre adentro de los colegios, donde los adolescentes abrieron sus puertas a la prensa mientras resistían el intento de desalojo de los carabineros. Los pibes tienen claro que el Estado chileno debe garantizar el sistema educativo —considerado uno de los más excluyentes y desiguales del mundo— como un verdadero derecho social, asumiendo el deber de proporcionarlo gratuitamente y no en tanto bien de mercado.

El estudiantazo chileno denuncia con razón el progresivo deterioro de la educación pública, dentro de un sistema que favorece la enseñanza privada convertida muchas veces en una mercancía. Los adolescentes sostienen que la educación no debe seguir segregándolos y entienden que para evitarlo debe dejar de ser un objeto de lujo y del lucro de unos pocos en perjuicio de otros. Tiene que dejar de ser un negocio cuya rentabilidad sea regulada por el mezquino hipermercado de estos tiempos posmodernos, máxime si consideramos la declaración del presidente chileno al calificar a la educación en Chile como un bien de consumo. Además, Sebastián Piñera echó mano a un decreto del año 1983 establecido por el dictador Pinochet Ugarte para reprimir la movilización de los alumnos secundarios y universitarios, a quienes se sumaron los docentes además de recibir el mayoritario respaldo de la población. La furia de los carabineros, que cargó contra los miles de manifestantes, dejó un saldo de más de ochocientos detenidos —entre ellos muchos menores de doce años de edad— y un centenar de heridos.

Tamaña represión está teniendo un evidente costo internacional. Es así que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA expresó su preocupación al gobierno chileno por el uso desproporcionado de la fuerza contra las protestas estudiantiles. También el Fondo de la Organización de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), se manifestó en contra de la represión llevada a cabo por los carabineros. La crisis del capitalismo especulativo trasandino parece haber dañado sensiblemente el espejismo de una globalidad conformada a imagen de la democracia neoliberal. También en nuestra provincia de Mendoza, varias columnas de jóvenes marcharon con banderas y pancartas solidarizándose con los indignados chilenos; en tanto que otro grupo local participó en un congreso latinoamericano realizado en la República Oriental del Uruguay. Para algunos observadores, este conflicto está evidenciando el fuerte desgaste que padece la democracia en Chile en manos de un gobierno elitista y de derecha; mientras que para otros significa el despertar de unos vientos libertarios que estaban algo adormecidos.

Cabe agregar que son muchos los escritores e intelectuales latinoamericanos que se han sumado a estas demandas por una educación de excelencia y de vocación igualitaria. Una declaración titulada “En defensa de la vida de los estudiantes chilenos y la educación pública” fue suscripta por varias personalidades, entre las que se encuentran los escritores mexicanos Juan Villoro y Elena Poniatowska, además del intelectual norteamericano Noam Chomsky. Dicen que los estudiantes los llaman hoy a formar parte de este movimiento nacional y ellos quieren adherir a sus peticiones, dando la batalla con la juventud de todas las maneras que sean posibles. Por su parte, Eduardo Galeano también apoyó las reclamaciones estudiantiles, enviándoles un abrazo de muchos brazos a los jóvenes valientes que nos están dando a todos una lección de dignidad democrática desde las calles de Chile. Demuestran que otro país es posible, además de estar dándonos una verdadera lección de dignidad. Subraya que esta protesta enseña y textualmente les dice: “gracias mil y suertudas suertes en tan hermosa aventura”. Todo un respaldo, ¿no?

La escritora Isabel Allende piensa que la crisis política y social que azota al país tiene su origen en la vergonzosa desigualdad existente, ya que si bien Chile posee un elevado ingreso per cápita, la distribución de la riqueza es pésima. Agrega que para superar la crisis estudiantil es necesaria una profunda reforma educativa con serios cambios estructurales. Casi una respuesta al presidente trasandino quien, al referirse a la educación, quiso adoctrinar a los jóvenes manifestando que nada es gratis en la vida. Pero no solamente es la juventud chilena la que está indignada. La movilización llegó a superar las ciento cincuenta mil personas y el pasado 21 de agosto se realizó un Domingo Familiar por la Educación Pública en el parque O’Higgins, expresando las familias su apoyo al estudiantazo chileno. A todo esto se suma la organización de una gran huelga general de dos días convocada para fines del corriente mes de agosto, por lo que la Federación de Estudiantes Universitarios de Chile ha expresado —en contestación a las infortunadas palabras presidenciales— que Piñera sepa que todo esto no le va a salir gratis.

Pese a lo antedicho, en nuestro país hay quienes aún siguen declarando públicamente —ante un periodismo complaciente que no repregunta ni indaga acerca del alcance de tal afirmación— que Chile nos ha superado largamente en lo que a enseñanza se refiere. Curiosamente, los jóvenes chilenos admiran nuestro modelo educacional que enfatiza el desarrollo de una enseñanza de calidad, gratuita y con acceso para todos. Esperamos que la solución final no sea el cruce de Los Andes en procura de encontrar en Argentina una formación acorde a sus necesidades y pretensiones. El camino es el de seguir profundizando el estudiantazo chileno, con esta juventud agrupada y movilizada desde hace varios meses, presionando al gobierno con protestas, marchas, huelgas de hambre, tomas de colegios, caceroleo nacional y reuniones de familias. Ello pese a que las autoridades persisten (¿con más feroz represión?) en su intento de coartarles el derecho que tienen a reunirse y a manifestarse, de acuerdo con la Convención Interamericana de Derechos Humanos. Desde aquí… ¡seguiremos atentos y acompañando!

RONALDO WRIGHT
www.ronaldowright.com

sábado, 27 de agosto de 2011

079 - Grupo y Avalancha Tanguera

(Publicado en Psicosocial Tesei Magazine - Nro. 2 de agosto de 2011; en Psicología Social Portavoces; en Psicología Social para Todos: tierra y escritura del hacer, sentir y pensar - Año 3 Nro. 33 de septiembre de 2011 y en La Silla del Coordinador con fecha 18/5/2013)

GRUPO Y AVALANCHA TANGUERA

A fines del mes de julio del corriente año fuimos invitados a participar de una Avalancha Tanguera en la ciudad de Montevideo (R. O. del Uruguay); propuesta que nos efectuara la Escuela de Psicología Social Portavoces a través de Yisela Veiga Sosa. Allí tomamos conocimiento de este fenómeno social, cultural y popular denominado Avalancha Tanguera, en el cual se reúnen un grupo de personas de distintas edades y procedencias para bailar, sentir y transmitir la magia del tango. La actividad se divide en dos momentos bien diferenciados: a) una primera etapa para disfrutar de la capacidad socializadora que implica esta danza tan particular; y b) una segunda instancia, llamada redondilla, donde se le da paso a la palabra que fluidamente circula entre los distintos miembros participantes.

Evidentemente, la psicología social puede llevarse de maravillas con esta actividad avalanchera, que es definida por Juan Pablo Mirza como una comunidad de afectos que se va tejiendo en el abrazo del tango y que, en su caminar, genera sus propios espacios de buen compartir, baile, diversión y reflexión. Veamos esto con algún detalle, ya que el tango —que es danza, música y poesía— es también un pretexto para el encuentro grupal, tal como nuestro conocido reencuentro pichoniano. Es así que los miembros se juntan para compartir un tiempo de intercambio y con una clara propuesta integradora. O dicho de otro modo, para grupear haciendo de cada jornada una puntual puesta a prueba del deseo, de esas ganas que los aproximan grandemente a actividades creativas y creadoras.

La primera dinámica que se utiliza es la rotación del baile, ya que la idea es que todos bailen con todos. La Avalancha Tanguera pretende ser un dinamizador grupal y un aglutinador social, apostando a los vínculos sanos como matriz de las relaciones humanas y en contraposición a los valores promovidos por esta sociedad alienada y globalizada. Un coordinador, también conocido como multiplicador del tango, es quien guía las reuniones de los que desempeñan los roles propiamente avalancheros; ello en pos de un creciente desarrollo de la comunicación. En una primera instancia por medio de lo corporal y, luego, mediante la reflexión compartida en la ya mencionada ronda o redondilla. Este último es un espacio para hablar y ser escuchado, sentados todos en forma circular y con la rica presencia de la palabra.

¿Acaso no estamos hablando de un conjunto de personas ligadas entre sí por constantes de tiempo y espacio, articuladas por su mutua representación interna y que se plantean —explícita o implícitamente— una tarea que constituye su finalidad? En algún momento nos pareció ver a Enrique Pichon-Rivière bailando el tango y disfrutando de esta avalancha uruguaya, que moviliza tantos sentimientos e involucra emociones muy fuertes… tal como hoy sucede en cualquiera de las escuelas que siguen las enseñanzas del maestro. Lo subjetivo tiene una presencia trascendente: tanto el aprendizaje del tango como de la psicología social nos conectan con nuestra sensualidad, con muchas fantasías y fantasmas que intensamente habitan en el mundo interno (grupo interno) de cada uno de nosotros.

Pudimos advertir lo horizontal de la tarea grupal que representa la Avalancha Tanguera, en su cruce puntual con lo vertical que le sucede a cada miembro no solamente en su expresión física y corporal, sino también en su interioridad psíquica. Cada participante está expuesto a los significantes que desplazan sobre él los demás miembros del grupo, siendo el comportamiento un espejo donde se muestra algo de la verdadera imagen. Aquí también lo grupal es una gestalt-gestaltung, una estructura estructurándose, lo que nos brinda la idea dialéctica de la función instituyente del grupo en el sujeto. Creemos que quien participe activamente de esta experiencia avalanchera tal vez no vuelva a ser el mismo, pues adquirirá una subjetividad distinta y remozada ante sí y ante su circunstancia toda.

No hay grupo sin tarea; y esta tarea puntual tiene sentido dentro de un proyecto compartido en el cual sus miembros se vinculan cuando —y porque— se necesitan, toda vez que no son otra cosa que sujetos de necesidades. Por eso, subrayamos la función de contención que brinda la Avalancha Tanguera a sus integrantes, como también el sentimiento de seguridad que se advierte en el ambiente. Desde la psicología social, decimos que el sub-jectum de la necesidad se metamorfosea como consecuencia del pro-jectum grupal. El cuerpo y la palabra, la danza y la reflexión, validan lo que direcciona la propuesta en estos encuentros. Aquí también vemos que a mayor heterogeneidad de los miembros y mayor homogeneidad en la tarea, mayor resulta la productividad del grupo.

En este fenómeno colectivo, el coordinador ayuda a vencer las estereotipias. Cada grupo construye su propio imaginario que opera como una cultura particular, otorgándole a la Avalancha Tanguera su estilo único y singular. Estos grupos son instituyentes del sujeto, como también los avalancheros son instituyentes del grupo. Síntesis que tiene como agente a cada miembro; síntesis que es a la vez proceso y producto. Está claro que esta técnica solamente se puede aprender —y aprehender— a partir de la experiencia personal. Una creciente tendencia hacia la integración de los participantes los llevará a un destino que jamás imaginaron al inicio de este proceso compartido. Y así, junto a nuevos pasos de baile, al lado de nuevas figuras en la danza, nacerán esos otros yoes que nos yoan desde lo más íntimo.

CARLA G. INZAURRALDE
RONALDO WRIGHT
www.ronaldowright.com