martes, 17 de junio de 2014

117 - Algo Más Sobre "El Bancadero"

(Publicado en Psicología Social para Todos: tierra y escritura del hacer, sentir y pensar - Año 6 Nro. 64 de agosto de 2014 y en 1968 Grupalista - Biblioteca de Psicología Social Pichoniana con fecha 21/4/2015)

ALGO MAS SOBRE “EL BANCADERO”

Completando la nota publicada en la edición anterior de la revista Psicología Social para Todos, digamos que al crearse, en 1982, la cooperativa de salud mental que luego pasaría a llamarse El Bancadero, no se contaba con el dinero suficiente para llevar a cabo ese proyecto. Comenzó a funcionar en una casa abandonada y destruida casi en su totalidad que fue, poco a poco, restaurada por los primeros integrantes de la asociación. Alfredo Moffatt afirmó que limpiar y reconstruir esa vivienda tuvo algo metafórico, pues a la vez se estaba haciendo lo propio con nuestro sufrido país.

Recién había finalizado la guerra de las Islas Malvinas y la dictadura militar ya iniciaba su huida del poder, factores ambos que incidieron para que aquellos pioneros lograran trabajar sin mayores obstáculos. Por ese entonces también ayudó, y mucho, una nota publicada en la revista de los domingos del diario Clarín, cuyo elocuente título era: Curaos los unos a los otros. Al día siguiente más de cien personas se acercaron a la naciente mutual de asistencia psicológica; y así comenzaron a funcionar los primeros espacios de apoyo, contención y esclarecimiento, operando con grupos y en grupos.

La meta de la agrupación fue, desde sus mismos inicios, el colaborar en la merma del nivel de angustia cotidiana de la población, brindando un auxilio emocional a nivel preventivo y más allá de otras posibilidades asistenciales convencionales. Se intentó rescatar tanto el espíritu de las primitivas sociedades de socorros mutuos de nuestros abuelos inmigrantes, como la idea de las sociedades de fomento barriales que logran  sostenerse —para el bien común— con la iniciativa, el esfuerzo y la unión de todos los vecinos. O sea: un real y comprometido pasaje de lo solitario hacia lo solidario.

El pensamiento y el estilo de trabajo de Enrique Pichon Rivière —y de su psicología social argentina— recorren todos los puntos de esta experiencia, al igual que otros aportes científicos que pueden hallarse en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, o en las prácticas de Alcohólicos Anónimos, o en el Centro de Asistencia al Suicida, y así siguiendo. Se aplican las más variadas técnicas grupales que permiten que cada uno sea un agente curativo del otro, fruto de la creación de un espacio de diálogo para compartir, ilustrar y esclarecer las ansiedades psíquicas.

Muchas veces hemos destacado la importancia que tiene la palabra en los grupos, ya que la pertinencia de nuestra tarea psicosocial se halla cuando nos ocupamos de los individuos interrelacionados, entre otros aspectos, a través del lenguaje y sus voces. El Bancadero es una comunidad terapéutica, un habladero donde los grupos —al pensar, sentir y hacer— se organizan con el fin de reconstruir lo fraterno. En un cálido clima de contención y sentados en rueda, entre sus miembros se produce una verdadera cirugía del alma entre asistentes y asistidos. De ahí que los vínculos amorosos nos curan.

Uno de los once puntos básicos (*) que se leen en el acta de creación de El Bancadero se refiere a disponer equipos móviles en distintos organismos —a modo de educación preventiva en salud mental— y a través de conferencias, mesas redondas, encuentros, debates, etc. Y contribuir también en casos de catástrofes sociales para cooperar, a pedido de las autoridades, en donde sea necesaria la contención humana y la ayuda espiritual (vgr: accidentes, desastres, atentados). Ello es un claro precedente de la actual Comunidad Bancavida y del hoy tan difundido EPS Emergencias PsicoSociales.

Es nuestro deseo que esta institución autogestiva, alternativa y no formal continúe en esta senda por muchos años más, prestando sus múltiples servicios a la comunidad por intermedio de los cuantiosos y comprometidos psicólogos sociales que allí operan.Y que continúe siendo una aventura humana de búsquedas y de encuentros solidarios. (*) Los once puntos básicos que componen el acta fundadora de El Bancadero pueden revisarse ingresando en la página web www.elbancadero.com.ar, al igual que toda la nómina de los integrantes del aquel mítico grupo inicial del mes de agosto de 1982.          
RONALDO WRIGHT
www.ronaldowright.com                                                                                            

domingo, 1 de junio de 2014

116 - Alfredo Moffatt y El Bancadero

(Publicado en Psicología Social para Todos: tierra y escritura del hacer, sentir y pensar - Año 6 Nro. 63 de julio de 2014 y en 1968 Grupalista - Biblioteca de Psicología Social Pichoniana con fecha 21/4/2015)

ALFREDO MOFFATT Y EL BANCADERO

                   El Bancadero es una aventura humana de solidaridad                          y de búsqueda… el pasaje de lo solitario a lo solidario.

El pasado jueves 29 de mayo de 2014 se realizó un homenaje a Alfredo Moffatt en el auditorio Jorge Luis Borges de la Biblioteca Nacional. Además del agasajado, en la referida cita —organizada por el Programa de Derechos Humanos— hablaron Nora Cortiñas, Vicente Zito Lema, Carlos Sica y Ricardo Grimson. Ya en el año 2008, Moffatt había sido declarado personalidad destacada de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, teniendo en cuenta su calidad de verdadero innovador en el campo de la psicoterapia.

Es sabido que durante décadas Moffatt desarrolló su labor a través de la formación de grupos, con un objetivo puntualmente orientado tanto hacia los sectores de menos recursos como hacia las organizaciones populares. Queremos unirnos a esos merecidos reconocimientos haciendo alusión, en estas breves líneas, a una de sus creaciones: El Bancadero. Esta institución alternativa, autogestiva y no formal nació allá por 1982, en el curso del último año de la feroz dictadura militar que sufrió nuestro querido país.  

En sus inicios El Bancadero se denominó Cooperativa de Salud Mental; y hoy lleva más de treinta años al servicio de la comunidad, funcionando como una asociación mutual de asistencia psicológica. Siempre operó con una infraestructura de costos mínimos, para así comprobar que no hacen falta grandes sumas de dinero ni fondos económicos para montar un centro comunitario de este tipo, a saber: un lugar de trabajo, atención y aprendizaje (“enseñaje”), contagiado por la solidaridad y el compartir en grupos.

De allí que los propios miembros de El Bancadero sostengan como consigna que ellos trabajan con grupos en grupos. El propósito es el enriquecimiento con el intercambio vincular; y la tarea puntual y específica de cada grupo ya sea intra, inter o trans institucionalmente. Es otro de los tantos espacios —de contención y esclarecimiento— donde los psicólogos sociales podemos operar y aplicar nuestra técnica de los grupos operativos, propuesta por el Dr. Enrique Pichon-Rivière hace más de sesenta años.

Moffatt y El Bancadero bien saben que quien ha participado de esta aventura colectiva ya no volverá a ser el mismo, pues habrá adquirido una nueva posición subjetiva ante sí y ante su circunstancia toda. La fuerza de lo grupal logra cambios dialécticos en sus integrantes, permitiendo de modo fundamental la pérdida de una mirada inocente e ingenua sobre la realidad. Esas reuniones son una  gestalt-gestaltung, una estructura estructurándose, lo que brinda la idea de función instituyente del grupo en el sujeto.

Al tiempo de su fundación, se fijaron los once puntos básicos que lo definen como un  espacio solidario para compartir la angustia. El Bancadero cuenta hoy con dispositivos para los más diversos modos creativos en la elaboración de los conflictos psicológicos, ya sean talleres expresivos de música, de plástica, de dibujo, de teatro, de psicodrama; áreas y  actividades netamente comunitarias: mateadas, almuerzos, jornadas de baile y juegos, de máscaras y títeres, artesanías, murales colectivos, y así otros etcéteras más.

Otra actividad que podemos destacar es el Bancacine —o encuentros de cine debate— donde la propuesta consiste en la proyección de películas que luego se reflexionan y analizan en conjunto. También hay grupos de lectura e intercambio de diversos temas de interés, sin ningún requisito previo en cuanto a conocimientos especializados. La psicología social siempre entendió que cada uno posee algún saber que el otro no tiene y que puede compartir. En los grupos, todos aprendemos y todos enseñamos.

Digamos que esta organización no gubernamental, pionera en el campo de la salud mental comunitaria, no recibe ningún tipo de subsidio ni de ayuda económica. Como asociación mutual sin fines de lucro, se sustenta con el pago de un bono solidario por las aludidas sesiones de asistencia psicológica. Además, no sólo Alfredo Moffatt fue galardonado, sino que también El Bancadero ha recibido el reconocimiento de diversas entidades tanto a nivel nacional como internacional por las actividades que despliega.

Por los grupos de esta asociación mutual de profesionales de la salud mental han transitado más de cuarenta mil personas. Funcionan tres áreas complementarias de abordaje: clínica, comunitaria y talleres expresivos. Al Area Clínica le incumbe lo relativo a la asistencia psicológica desde lo grupal; el Area Comunitaria en lo esencial opera en los vínculos entre lo social y el padecer psíquico (vgr. desempleo, VIH-sida); y los Talleres Expresivos son los ya citados: plástica, escritura, teatro, música, baile, etc.

Siguiendo con nuestro deseo de difundir las múltiples actividades que nos convocan a los psicólogos sociales, concluimos señalando que en la institución se dicta un curso de Introducción a las Técnicas de Coordinación Grupal —conocido como Semillero— ya que de él se nutre el equipo de asistentes. Aquellos que lo finalicen pueden optar por realizar una pasantía voluntaria de tres meses en alguna de las áreas arriba indicadas, para luego contar con la posibilidad de integrar el plantel de modo permanente.

RONALDO WRIGHT
www.ronaldowright.com