martes, 16 de junio de 2015

134 - Payasos de Hospital para Nuestros Niños

(Publicado en la revista de cultura y política La Tecl@ Eñe - Año XIV Nro. 67 correspondiente al trimestre junio - julio - agosto de 2015)

PAYASOS DE HOSPITAL PARA NUESTROS NIÑOS

A mediados de mayo de 2015, el Senado de la provincia de Buenos Aires convirtió en ley el proyecto que incorpora al sistema de salud la labor del payaso de hospital. Se entiende por payaso hospitalario aquella persona especialista en el arte de clown que —de acuerdo a lo que reglamente la autoridad de aplicación— reúna las condiciones y requisitos para el desarrollo de su tarea en los nosocomios públicos bonaerenses, sean  provinciales o municipales. Cada servicio de terapia pediátrica debe contar a partir de ahora con una unidad de estos expertos de la risa y el humor.

Esta integración al sistema de salud provincial —como medicina complementaria— fue una idea del legislador Rubén Darío Golía, quien entiende que es claro que la risa es buena para la sanidad psico física. Al reímos el cerebro emite la información útil para activar la secreción de encefalinas, siendo las endorfinas algo así como moléculas de la felicidad que nos permiten resurgir de las crisis personales. Entonces, los payasos de hospital llevan alegría y amor no sólo a los chicos que sufren algún dolor o tristeza, sino también a sus familiares, al personal médico y al no médico.

La realidad de los sanatorios es compleja y posee un alto grado de dolor. Por ello, se pretende utilizar la alegría y el juego como elementos de cambio; y garantizar ese paliativo para superar el trauma que implica una internación para los chicos y para su entorno familiar. El plan es que los pibes enfermos puedan recuperar la sonrisa y así liberar sus sentimientos, más allá del contexto y  de la coyuntura. Cabe apuntar que quienes se desempeñan como payasos de hospital no tienen necesariamente que ser médicos, estando abierta la actividad a todo el que esté interesado.

La psicóloga social Stella M. Distasi, desde el departamento de prensa de Payamédicos Asociación Civil, nos indica que ellos son una organización no gubernamental sin fines de lucro, fundada en el 2002 por el Dr. José Pellucchi. Su misión es contribuir a la salud emocional del paciente hospitalizado —de todas las edades— con un abordaje a través de la técnica del payaso teatral y operando de modo escénico terapéutico, adaptado al ámbito sanitario con una ética, estética y deontología propia. La mira es que la fantasía  sea parte de la vida del nosocomio y desdramatizar la hospitalización.

Otro objetivo es acompañar siempre, ofreciendo momentos de distracción que lleven a recuperar el aspecto sano de los internados. Y si ellos están en situación  de moverse o deambular, se incentiva esa posibilidad para facilitar el paso a la actividad desarmando las rigideces regresivas. Cada actuación de los payamédicos es única; no está pautada ni programada. La imaginación y la improvisación son las que rigen. No se trata sólo de hacer reír, sino de crear salud desde la salud. Se liberan endorfinas y las hormonas coadyuvan a que las penas y dolores se vayan curando o aliviando.

Digamos que la respuesta es de agradecimiento, sea desde la mirada o la palabra. En tal sentido, reconforta saber que la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ha declarado —en el 2013— de interés sanitario y social a esta labor que llevan a cabo los payasos de hospital. Y lo propio hizo el año pasado el Senado de la Nación; ello en total consonancia con la corriente mundial denominada de humanización hospitalaria, que persigue la idea de que los pacientes sean abordados desde un enfoque integral, evitando las etiquetas o divisiones médicas entre sanos y enfermos.

Seguimos destacando la importancia de las políticas públicas en defensa de los chicos y jóvenes. Tal es el caso de la Ley 26.061 de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes que, en su art. 14, les garantiza el acceso a los servicios de salud y a los programas de asistencia, rehabilitación e integración. Y el art. 20 hace referencia al derecho al juego recreativo de nuestros pibes. Pues, entonces, ambas normas quedan ampliamente satisfechas al incluirse la tarea de los payasos de hospital en las unidades de terapia pediátrica de los hospitales bonaerenses.

No hay ninguna duda que la labor de estos verdaderos especialistas en el arte clown es fundamental para lograr los objetivos de la risoterapia; y más cuando la mencionada medicina complementaria está dirigida a los niños enfermos. Es nuestro firme deseo que esta iniciativa legal de la provincia de Buenos Aires se amplíe y logre convertirse pronto en una necesidad a nivel nacional. Que todos los nosocomios del país puedan contar con profesionales de la risa, del humor y del amor que sigan ayudando a sanar a los chicos hospitalizados. ¡Por el bien de ellos y de todos!

RONALDO WRIGHT              
www.ronaldowright.com                                                                                                            

jueves, 4 de junio de 2015

133 - Pichon-Rivière Latinoamericano (Parte II)

(Publicado en Psicología Social para Todos: tierra y escritura del hacer, sentir y pensar - Año 7 Nro. 75 de julio de 2015 y en A.P.S.R.A. - Contenidos Teóricos con fecha 2/8/2015)

PICHON-RIVIERE LATINOAMERICANO (Parte II)

  Estar en la tierra, realizando una tarea concreta, esa es mi vida, 
  una praxis permanente y en movimiento de espiral. Pichon-Rivière.

En el prólogo del libro “PICHON-RIVIÈRE como autor latinoamericano”, Fernando Fabris nos dice que en el año 2011 se realizó un seminario con esa denominación, en el que participaron destacadas figuras de la psicología social, la psiquiatría, el psicoanálisis, la  sociología, la psicología, el arte y el pensamiento en general. La intervención de cada panelista derivó en la aparición de este compendio publicado por Lugar Editorial, cuya lectura recomendamos ampliamente. El objetivo es descubrir lo latinoamericano en el creador de la Psicología Social Argentina y, por qué no, también en los lectores, para erigirnos en agentes multiplicadores de lo nuestro.

Hasta hace poco una visión europeísta impregnaba nuestras ideas, descalificando lo que provenía de las propias raíces. Un pensar desde América Latina propicia construir una nueva óptica, tal como lo hizo Pichon-Rivière desde su obra y su práctica. Sostuvo una actividad profesional heterogénea a partir del método dialéctico, que encuentra en cada fenómeno los polos opuestos que suscitan las contradicciones propias de todo lo humano.  Es la tendencia a buscar la verdad, aunque sabemos que lo verdadero va variando según las épocas y los tiempos. El implacable interjuego del sujeto y el mundo supone su consecuente mutación vincular y social.

Pichon-Rivière y su pensamiento son hijos de una época, de un tiempo de esperanza y  transformación; con una mirada optimista sobre el individuo, la vida y la comunidad. Pero hoy el actor social ha cambiado, siendo necesario pensar un proyecto diferente para hacer un nuevo aprendizaje psicosocial. En años de globalización y de capitalismo salvaje, podemos advertir un giro hacia latinoamérica. Abrevando en muchas de las ideas del maestro, procuremos ir más allá a condición de servirnos de su esquema conceptual referencial y operativo. Para funcionar en los barrios, vinculándonos con los vecinos, fundamentados en la inserción y lo inclusivo.

Ya en el año 1955 dictó una conferencia donde habló de la indispensable relación que debía existir entre psicoanálisis y sociología. Nos dejó el legado del ECRO y el enseñaje como proceso participativo, dialéctico, autónomo, integral, significativo y creativo. Su noción de sujeto histórico, a la vez productor y producido, posibilita la visualización y comprensión de su dimensión social. Sus ideas son un faro, una referencia para que alcancemos un estadio superador, ya que colectivizan conciencia y apuntan a una clara liberación de las condiciones concretas cotidianas de existencia. Deconstruyen lo homogéneo, dando lugar a la aparición de lo instituyente.

Testigos de la herencia de su obra son los institutos pichonianos existentes en Brasilia, San Pablo, Porto Alegre, Bahía, Montevideo; la carrera de Psicología con orientación psicosocial en la FUNLAM Fundación Universitaria Luis Amigó de Colombia (con sus sedes de Bogotá, Medellín y Montería), además de las muchas escuelas de Psicología Social en las distintas provincias argentinas. Recordemos que en 1957 Pichon-Rivière fue nombrado miembro titular de la Asociación Psicoanalítica de Brasil, donde funda y comienza a trabajar con los primeros grupos operativos, invitándonos a bucear en el carozo del ser que habita en la zona oscura de los miedos.

El dispositivo de los grupos operativos enriqueció la producción intelectual argentina y de América Latina, pues ellos son un instrumento de relevancia para la construcción de fuertes lazos de vincularidad que se plasman luego en verdaderas redes de contención. En los mismos el sujeto —individual y colectivo— rompe la estereotipia y la clausura, avanza en la práctica de una epistemología convergente, puede dar plasticidad a los marcos conceptuales y eliminar la acriticidad de su mirada. Pichon recorrió el espinel del alma humana y fue un pionero del razonamiento complejo, logrando construir una  disciplina científica sin perder la sensibilidad del artesano.

Esa técnica del grupo operativo se caracteriza por estar centrada en una tarea, que se desarrolla mediante el abordaje y resolución de los miedos básicos —a la pérdida y al ataque— en un trabajo asociado de esclarecimiento colectivo. Lo trascendental de la propuesta pichoniana es que las diferencias entre los participantes no son lamentadas, sino festejadas, en la medida en que dicha circulación de lo distinto va beneficiando a quienes participan de semejante experiencia. Seguimos proclamando que aquellos que transiten y atraviesen esta manera de compartir, arribarán a un destino que jamás se imaginaron al comienzo del proceso plural compartido.

RONALDO WRIGHT
www.ronaldowright.com