domingo, 13 de septiembre de 2015

138 - Nuestra Psicología Social en Madrid

(Publicado en Psicología Social para Todos: tierra y escritura del hacer, sentir y pensar - Año 8 Nro. 78 de octubre de 2015 y en A.P.S.R.A. - Contenidos Teóricos con fecha 1/1/2016)

NUESTRA PSICOLOGIA SOCIAL EN MADRID

Entre los psicoargentinos que en la década del setenta tuvieron que obligadamente dispersarse por el mundo se encuentran Armando Bauleo, Tato Pavlovsky, Emilio Rodrigué y Hernán Kesselman*. Este último fue el fundador de la Escuela de Psicología Social Enrique Pichon-Rivière en Madrid, allá por 1980. Muchos son sus aportes a nuestra querida disciplina, por lo que a continuación intentaremos hacer una síntesis de ellos, sobre todo en lo atinente a los grupos operativos y su dinámica. Lo grupal se aborda como un anudamiento de personas reunidas y entrelazadas por un interés común, homogéneo en la tarea y heterogéneo en su composición.

Vemos al grupo como dispositivo analizador y como máquina de producción de sentidos y de conceptos. Esa elaboración de saberes y quehaceres se va desplegando en un aula-taller: aula porque allí circulan los conocimientos; y taller porque por él rondan los emprendimientos. En consonancia con las ideas del creador de la Psicología Social Argentina, se trata de hacer el tránsito desde lo disyuntivo (lo individual versus lo grupal) hacia lo conjuntivo (el individuo más el grupo), siempre sumando las múltiples miradas que puedan ayudarnos a una mayor comprensión psicosocial, para lograr una nueva —y mejor— manera de relatar nuestras propias vidas.

Un aporte es el desarrollo del método CDR, indicando estas tres siglas una operatividad caracterizada por la búsqueda de consonancias / coincidencias / convergencias (C), que junto a disonancias / discrepancias / diferencias (D) permitan en los grupos arribar a resonancias / resultancias (R). Sabemos que la lógica dialéctica acepta la presencia conjunta, simultánea, de distintos pares de fuerzas contradictorias que procuran forzar la realidad en sentidos opuestos. En la búsqueda de la verdad dichas polaridades y antinomias evolucionan hacia una síntesis superior que las contiene. Si esto no se logra, la contradicción se convierte en un dilema de difícil resolución.

La noción de operatividad es fundamental cuando de grupos hablamos, siendo uno de los eslabones del ECRO pichoniano. Según el diccionario de la Real Academia Española, consiste en la capacidad para realizar una función. Se refiere a eficacia, a ejecutividad, a adaptación activa a la realidad. Lo grupal va conformando verdaderos Cartógrafos Operadores en Salud Mental, quienes se convertirán en artesanos integradores de un histórico social donde el trípode “filosofía, ciencia y arte” habilita el tránsito-pasaje que circula de lo siniestro a lo maravilloso. La tarea del grupo operativo es aprender a pensar; siendo la palabra un inmejorable vehículo para ello.

En España también se hizo el intento de articular el esquema de Enrique Pichon-Rivière con el de Siegmund Heinrich Foulkes, quien a mediados de los años veinte del siglo pasado tuvo la idea de que el método grupal podía ser utilizado con fines terapéuticos. Su originalidad radicó en la síntesis creativa entre psicoanálisis, psicología de la gestalt y sociología como fundamento teórico de su Grupoanálisis Operativo. Reconoció la importancia de la teoría de campo en el desarrollo de la investigación activa de la llamada grupo dinamia, dando al “desaprendizaje-reaprendizaje” (unlearning) un papel primordial en su praxis, junto a la comunicación colectiva.

Otra aportación a resaltar es la integración en la dinámica grupal de la denominada multiplicación dramática, mediante la cual la fachada inicial que expresa un conflicto de un integrante —sea un obstáculo epistemológico o epistemofílico— es apoderada y deformada por las máscaras resonantes de sus compañeros, erigiéndose en el punto inaugural de una cadena de novedades y descubrimientos. En los grupos operativos siempre cabe la posibilidad de que lo más allá, lo otro del otro, se incluya. Sostenemos que lo psicosocial es un “enseñaje” (enseñanza más aprendizaje) que evoluciona por ensayo y error; no por el procedimiento de premios y castigos.

En los grupos operativos se va produciendo una real promoción de la salud mental, concepto que preferimos utilizar en reemplazo del de “prevención”. En los mismos se logra la capacidad de hacer un buen uso del potencial individual (desde la verticalidad), la aptitud para vincularse satisfactoriamente con los demás (desde la horizontalidad) y el sentido de la responsabilidad ético-social (desde lo colectivo comunitario). Y ayudan a resolver las dificultades internas de cada sujeto, los estancamientos y el pensamiento dilemático. El esquema conceptual referencial y operativo se transforma así en el útil  de trabajo de cada miembro en su interacción plural orientada.

*A quienes les interese ampliar estas breves ideas recomendamos el libro de Hernán Kesselman “La Psicoterapia Operativa”, de Editorial Lumen Humanitas (1998).

RONALDO WRIGHT 
www.ronaldowright.com                                                                                                                                                          

jueves, 3 de septiembre de 2015

137 - Niñez, Juventud y Saber Compartido

(Publicado en la revista de cultura y política La Tecl@ Eñe - Año XIV Nro. 68 correspondiente al trimestre septiembre - octubre - noviembre de 2015)

NIÑEZ, JUVENTUD Y SABER COMPARTIDO

Continuando con el propósito de destacar aquellos aspectos que hacen a un mayor  desarrollo de nuestros niños y adolescentes en su condición de sujetos activos y plenos de derechos, se señalan a continuación algunas actividades que entendemos son muy positivas y de gran evolución en tal sentido. Nos referimos a una juventud cada vez más consustanciada con la comunidad en la que vive, apostando en favor del proceso democrático vigente desde hace más de tres décadas y promoviendo proyectos encaminados al bienestar de la sociedad; muchas veces colaborando para solucionar los problemas de los más necesitados y de quienes menos tienen.

El plan Decir es Poder reúne a jóvenes que se recibieron o son estudiantes avanzados, con la idea de erradicar el analfabetismo en la Villa 21 y que sean los mismos pibes del barrio —que tuvieron la oportunidad de concurrir a la escuela— los protagonistas de esta tarea. Son ellos quienes ahora enseñan a los adultos del lugar que nunca contaron con la posibilidad de aprender a leer y escribir. La propuesta tiende a poner la mirada en una escuela pública que trascienda sus propios muros y que se constituya en un desafío para los educadores, en la construcción de instituciones populares que puedan ir transformando la realidad de los sectores más  humildes y carenciados.

Hace poco unos dos mil alumnos de escuelas públicas se dieron cita en Parque Norte, provenientes de veintidós provincias que participaron del proyecto de radios. Varios centros educativos tienen hoy sus propias emisoras y transmiten para sus respectivas comunidades, ofreciendo no sólo un servicio a la sociedad sino que incluso funcionan como un instrumento de inserción social y de formación de jóvenes. En el Tercer Encuentro Nacional de Radios Escolares los pibes compartieron diversas herramientas para seguir creciendo y profesionalizar sus prácticas radiales. Es otra forma de ir adueñándose de la palabra y de hacer más plural las voces que circulan.

El pasado mes de julio un grupo de alumnos de sexto grado —en representación de las escuelas de todo el país— se reunió en el recinto de la Cámara de Diputados de la Nación a los fines de sesionar sobre temas tales como la educación, la comunicación y la ecología. Ello sucedió en el marco del XXV Parlamento Nacional Infantil, organizado por Fundal – Fundación Latinoamericana y por las autoridades de dicha cámara baja. Durante el curso del año elaboraron un anteproyecto y fueron ellos mismos los que eligieron a quienes los representaron, contando esta actividad con el apoyo tanto de Unicef Argentina como de la Organización de las Naciones Unidas.

Estos tan solo son tres ejemplos —de los muchos que hoy se pueden citar— atinentes a una educación inmersa en la aventura del saber compartido. Es una estrategia destinada a comunicar conocimientos y a desarrollar e innovar actitudes, en pos de un proceso de transformación y de conciencia crítica. La ley de protección integral de los derechos de las niñas, niños y adolescentes propicia un derecho a la educación que los prepare para el ejercicio de la ciudadanía y para la convivencia democrática, respetando su libertad de creación y el desarrollo de sus competencias individuales, fortaleciendo los valores de solidaridad, tolerancia e identidad cultural.

En tal praxis común cada chico y cada joven van rescatando su propio entendimiento con la experiencia y el saber de los demás, rompiendo de ese modo con la disociación jerárquica del alguien que supuestamente conoce y enseña a otro que ignora y se instruye. El aprender a aprender y el aprender a pensar implican el cambio de un razonamiento  lineal y lógico-formal a un reflexionar más dialéctico. Se plantea un pasaje de la dependencia a la autonomía, de la pasividad a la acción protagónica, de la rivalidad a la cooperación. Transformar y transformarse como una herramienta de la liberación y como un instrumento de modificación de la realidad.

Esta pedagogía crítica lleva en sí la necesidad de un mejoramiento social progresivo que permita a la niñez y la juventud desarrollar al máximo sus potencialidades. Si la posmodernidad líquida y fluida apunta a formar jóvenes sincrónicos —que vivan sin objetivos trascendentes y sin ideales propios— las actividades aquí referenciadas van en procura  de constituir una oportunidad de tomar conciencia de la libertad de actuar de otro modo en la vida. Una educación que, a través del acceso al saber para todos, vaya construyendo ciudadanos y no meros sujetos consumidores. Esto además hace a la comprensión de la íntima relación entre el discernimiento y el poder.

Para concluir, del 1º al 4 de septiembre se realizará —en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata— el I Congreso de Comunicación Popular y el II Congreso de Comunicación/Ciencias Sociales desde América Latina. Ahí se debatirá sobre los desafíos en el campo de la producción de conocimiento, uno de los núcleos esenciales para entender mejor la Aldea Global que habitamos. Muchos jóvenes asistirán a estas jornadas, cuyo fin es priorizar tanto el diálogo como la producción del saber conjunto. Vaya desde aquí el deseo de lo mejor para estos encuentros y que la apuesta sea a favor de los actores del futuro.

RONALDO WRIGHT       
www.ronaldowright.com