(Publicado en El Semejante – Año 5 Nro. 30 de septiembre de 2006 y en La Silla del Coordinador con fecha 24/1/2014)
ALGO MAS SOBRE VINCULOS Y PSICOLOGIA SOCIAL
Hay una parte tuya que es más tu mismo que
todo lo que conoces de ti (Sigmund Freud)
La Psicología Social es una disciplina ubicada en el seno de las llamadas ciencias conjeturales, pues no es una teoría de un sujeto supuestamente puro y objetivo, sino que pretende abarcar lo subjetivo que se va construyendo a partir de las tramas vinculares. El concepto de vínculo fue creado en reemplazo de la idea de relación de objeto, siendo el vínculo una estructura con mayor complejidad ya que implica la existencia de un emisor, un receptor, una codificación y una decodificación de los mensajes entre las personas. Entonces, hablamos de una relación bicorporal (sujeto – objeto) y tripersonal (que incluye el tercero, el ruido y el obstáculo).
Hemos destacado la noción de vínculo en la anterior edición de El Semejante (ver Nro. 29 del mes de agosto de 2006), como concepto bifronte: una faz corresponde a los intercambios intersubjetivos, mientras que la otra faz pertenece estrictamente a los pensamientos y diálogos llevados a cabo por el sujeto en su propia intimidad. Con la Teoría del Vínculo, Enrique Pichon-Rivière logró plasmar un verdadero salto cualitativo que va desde una concepción psicoanalítica intrapsíquica a una Psicología Social. Nuestra disciplina considera al sujeto en su condición de productor / producido, en una relación de interacción dialéctica entre él y su mundo tanto interno como externo.
Sabemos también que no existe un tipo único de vínculo, pues las relaciones que el individuo establece con el mundo son mixtas (multideterminadas, policausales), en la medida en que siempre empleamos en forma simultánea diferentes estructuras vinculares. Por otro lado, podemos sostener que los Psicólogos Sociales, en nuestra condición de agentes de cambio, nos ocupamos más del vínculo externo -del hombre con el mundo exterior- en tanto que el psicoanálisis se orienta más hacia el vínculo interno del sujeto. La investigación psicosocial analiza al individuo que se expresa hacia su afuera, hacia los otros que lo rodean y que son su circunstancia (José Ortega y Gasset).
Reiteremos, entonces, que en el vínculo tenemos dos campos psicológicos: un campo interno y un campo externo. Vínculo externo es el vínculo con la realidad exterior; cuando ese vínculo externo es internalizado -o introyectado- pasa a configurar el vínculo interno. Este pasaje al mundo interior tiene tres características: a) en esa internalización fantaseada se producen errores de concordancia entre el objeto real y su imago; b) dicho tránsito es ecológico, en la medida en que incluye los diversos objetos del hábitat que poseen vínculos con aquello que internalizamos; y c) los vínculos internos, que conforman nuestro mundo interior, tienen vida propia.
Este proceso de internalización tendrá determinadas características según sean los sentimientos de gratificación o de frustración que acompañen a la configuración del vínculo, el que podrá ser entonces un vínculo bueno o un vínculo malo. Como producto de procesos identificatorios se conforma una estructura subjetiva, que Pichon-Rivière denomina grupo interno. Considera que en la enfermedad mental lo que está dañado es precisamente ese grupo interno. Cada persona hace una síntesis singular de su historia de identificaciones vinculares, aunque sabemos que ello ocurre no sólo como producción individual, sino que sucede en el seno de una cultura particular y en un momento histórico-social determinado.
Es decir, el otro social -o semejante- está siempre presente en la vida anímica del individuo, pues la subjetividad es de naturaleza social. Cada singularidad subjetiva es una selva de vínculos, lo que da una idea de su complejidad y su riqueza contradictorias. Recordemos que existen tres dimensiones de abordaje psicosocial: la del sujeto singular, la del grupo y la de la institución. Y ello da lugar a tres tipos de análisis, a saber: 1) el psicosocial, que parte de la persona hacia fuera; 2) el sociodinámico, que estudia al grupo como estructura; y 3) el institucional, abarcativo de la comunidad toda o sociedad en general, sea en su origen, composición, historia, ideología, etc.
Mediante esos instrumentos y herramientas (ámbitos psicosocial, sociodinámico e institucional), los Psicólogos Sociales podemos obtener una variada información que nos acerca hacia una mejor comprensión de lo que sucede dentro de un sujeto y su grupo de pertenencia. De tal modo se despliega una Psicología Social operativa -teñida de una posible objetividad creciente- en la medida que el individuo “es” la estructura vincular de la cual emerge. El otro siempre cuenta como modelo, como objeto, como auxiliar o como rival, enseñó el padre del psicoanálisis ya hace un siglo. Individuo y medio están en permanente interacción. En nuestros vínculos está implicado todo y complicado todo.
RONALDO WRIGHT
www.ronaldowright.com
domingo, 27 de septiembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario