martes, 24 de enero de 2012

084 - Breve Cuestionario Sobre Carl Gustav Jung

(Publicado en Psicosocial Tesei Magazine – Nro. 4 de enero de 2012)

BREVE CUESTIONARIO SOBRE CARL GUSTAV JUNG

A fines del año 2011 la revista Psicosocial Tesei Magazine me hizo una breve entrevista a través de Mónica Isabel Guillini —alumna del último año de psicología social—, quien me formuló las siguientes preguntas relacionadas con la obra de Carl Gustav Jung. Este médico psiquiatra y ensayista que centró su prolífico trabajo en la práctica clínica, aunque también incursionó en otros campos de las humanidades tales como el estudio comparativo de las religiones, la filosofía, la sociología y la psicología, la literatura y la crítica del arte.

PTM: Carl G. Jung tuvo mucha influencia en nuestro tiempo en todas las áreas. Como psicólogo social, ¿qué franja cree que nos iluminó socialmente?
RW: No es mucho lo que conozco acerca de las ideas de Carl Gustav Jung, ya que no es estudiado a fondo en las escuelas de psicología social que he frecuentado. La teoría de Pichon Rivière lo menciona generalmente en su primera etapa, cuando Sigmund Freud era su maestro y antes de la ruptura que se produjera entre ellos. Fue así que luego Jung fundó su propia escuela de psicología analítica y desarrolló sus teorías en una extensa obra, siendo la más conocida la que trata del inconsciente colectivo como fundamento de la imaginación común de todos los pueblos; y que se manifiesta en las religiones, los mitos, la alquimia, las doctrinas esotéricas, entre otras.

Por suerte, la institución Psicosocial Tesei Asociación Civil (cuya dirección está a cargo de Carla Gabriela Inzaurralde) introdujo en el programa del corriente año 2011 el análisis de la obra de este pensador suizo (1875-1961), que creía en la existencia de un fondo común universal, productor de arquetipos, símbolos e imágenes independientes del tiempo y del espacio. De ahí, entiendo, su vinculación con la psiquis y lo social.

PTM: ¿Cuáles son los mencionados arquetipos jungianos?
RW: Los arquetipos son formas de representación simbólica, en el inconsciente colectivo, de una experiencia arcaica o de una imagen ancestral del género humano todo. Es por ello que es difícil poder encerrarlos en un número o cantidad específica, pero sí puedo mencionar arquetipos como el del padre (la autoridad, la protección), el de la madre (el cuidado, la reproducción), el del hijo (la continuidad, el abandono), el del héroe (la superación, la caída, el retorno) y así siguiendo.

Jung propuso una suerte de clasificación bajo la categoría genérica de arquetipos fundamentales, referidos a las circunstancias vitales más diversas entre las que podemos citar: el nacimiento, la muerte, el renacimiento, la madre tierra, el sabio, el demonio, el niño, el anima y el animus, etc. Estos arquetipos no son unidades cerradas y autónomas, sino que pueden presentarse como diversas combinaciones: vgr.: el héroe-sabio o el dios-destructor.

Los cuentos, las leyendas, el folklore, el arte popular constituyen esquemas motores situados en el origen de creencias y actitudes de alcance universal. Nuestros sueños, fantasías, delirios, etc. muestran la recurrencia de los arquetipos modeladores del sujeto como eje axial de la personalidad.

PTM: Si nos referimos a la interpretación de los sueños, ¿podría pensarse en una analogía entre Freud y Jung?
RW: Considero que, en una primera etapa, fue la interpretación de los sueños un importante aspecto que los unió. Freud, en 1899, fue el primero en encarar el desarrollo de un método científico para su interpretación y en el cual los sueños constituyen la realización de deseos. Para él, todo lo que hallamos en el inconsciente fue antes consciente y reprimido. En cambio, para Jung el inconsciente incluye distintos tipos de contenidos: a) el que alguna vez fue consciente y luego reprimido; b) las percepciones subliminales o reminiscencias demasiado carentes de importancia como para que se las recuerde (el preconsciente freudiano); y c) un contenido que surge de manera independiente del inconsciente colectivo, estrato común a todos los seres humanos que brinda las fuerzas creadoras y curativas que tan importantes son para una existencia dotada de sentido.

La teoría de Sigmund Freud es más conocida que la de Carl G. Jung probablemente porque —al estar más difundida— parece más fácil de entender; y porque los escritos de Jung sobre los sueños se encuentran dispersos entre sus muchos trabajos, sin una mayor sistematización. Por otra parte, Jung se expresaba muchas veces de modo poético y, de esa forma, el lenguaje que utilizaba hizo que algunas de sus ideas parecieran oscuras. Pero cuando los sueños se interpretan como constructivos, pueden ayudar al sujeto a entrever posibilidades de crecimiento personal en vez de limitarse a examinar el pasado, es decir, allí de donde surgen sus problemas y conflictos.

PTM: ¿Qué le resonó sobre la teoría de Jung referente a la muerte?
RW: Pienso que en el inconsciente freudiano no hay mucho más que sexo y muerte. Eros y thanatos. En su última teoría de las pulsiones, utiliza el término eros para designar el conjunto de las pulsiones de vida en oposición a las pulsiones de muerte. Ambas están presentes en forma combinada a lo largo de toda la vida. Cuando eros predomina se produce la fusión instintiva sexual; el predominio de thanatos produce, en cambio, la fusión instintiva agresiva.

No es mucho lo que conozco sobre la teoría de Jung referente a la muerte salvo que, desde sus estudios sobre la alquimia y diversos sistemas espirituales, argumentó que los procesos arquetípicos tales como la muerte y la resurrección eran parte del simbolismo transpersonal del inconsciente colectivo y podía utilizarse en la tarea de integración psicológica. Entiendo que habló también de resurrección o apocatástasis: operación de restauración y resucitación divina. Todo ello con motivo de sus muchas investigaciones sobre las doctrinas esotéricas, como así también sobre el estudio de las religiones al que Jung dedicó gran parte de su vida.

PTM: ¿La teoría de Jung tiene nexo con la metafísica, cuando se refiere al inconsciente colectivo?
RW: Jung fue un pionero de la psicología profunda y uno de los estudiosos de esta disciplina más leídos en el siglo XX. Su abordaje teórico y clínico enfatizó la conexión funcional entre la estructura de la psique y la de sus productos, es decir, sus manifestaciones culturales. La idea de inconsciente colectivo designa aquella parte de la psique que conserva y transmite la herencia común de la humanidad. Para Jung, el inconsciente se organiza a partir de dos estratos: el personal o subjetivo; y un segundo estrato más profundo y de carácter innato, al que denomina inconsciente colectivo.

Probablemente sea este segundo estrato o nivel el que pueda vincularse con la metafísica por vos aludida, pues no se constituye por vía de la experiencia sino que se comporta como un verdadero reservorio de imágenes latentes. El sujeto humano hereda estas imágenes del pasado ancestral y conforman el sustrato que nutre luego a las distintas representaciones simbólicas. Por ejemplo, el temor que suscita un reptil, la oscuridad, la soledad, el encierro, etc. Si la metafísica es una rama de la filosofía que estudia los aspectos de la realidad que son inaccesibles a la investigación científica, creo que se puede hablar de nexo entre aquélla y gran parte de la obra de Jung.

PTM: En psicoanálisis, ¿cómo Jung levantó vuelo para ponerse a la altura de Freud?
RW: Carl Gustav Jung se aparta de lo que específicamente llamamos psicoanálisis y, como antes dije, él funda una nueva corriente: la psicología analítica. Cabe mencionar que la obra de Jung es tan extensa como la de Freud y predomina en países tales como los Estados Unidos de Norteamérica. En nuestro territorio han tenido preponderancia las escuelas inglesa (Melanie Klein, Donald Winnicott) y francesa (fundamentalmente Jacques Lacan). De todos modos, existen en la Argentina algunos centros de estudios de psicología social junguiana. No olvidemos que la epistemología convergente de Enrique Pichon Rivière trata, ni más ni menos, que de la integración de las más variadas disciplinas y diversos saberes.

Aprovecho esta ocasión para agradecer lo mucho que he aprendido de las clases teóricas que pude leer dictadas por Mariela González, Pablo Matteuci, Marcela Siécola, Jorge Castagna, Mónica Eckert y Romina Caputo. Como siempre, la diversidad de sus puntos de vista y opiniones fue absolutamente enriquecedora para mí.

Finalmente, quiero también darle las gracias a Mónica Isabel Guillini por llevar adelante la publicación de esta revista representativa de Psicosocial Tesei Asociación Civil, como así también desearles a todos sus miembros (directores, profesores, coordinadores, observadores y alumnos) unas muy felices fiestas y todo lo mejor para el año venidero. ¡Hasta la próxima!

RONALDO WRIGHT
www.ronaldowright.com

viernes, 6 de enero de 2012

083 - Nuevos Roles y Desafíos Psicosociales

(Publicado en Psicología Social para Todos: tierra y escritura del hacer, sentir y pensar — Año 4 Nro. 36 de diciembre 2011 – enero 2012; en Centro de Estudios Sociales Argentino con fecha 20/1/2012 y en Reflexiones sobre Educación con fecha 30/1/2012)

NUEVOS ROLES Y DESAFIOS PSICOSOCIALES
III Foro Debate de Psicología Social

Seguidamente intentaré brindar una síntesis de mi disertación en el III Foro Debate de Psicología Social – Nuevos Roles y Desafíos, encuentro organizado por la Escuela de Psicología Social de Pilar “Construyendo Alternativas” y llevado a cabo el pasado sábado 12 de noviembre de 2011. La temática a mi cargo versó sobre las distintas posibilidades de operar psicosocialmente en el área de la niñez y de la adolescencia, sobre todo teniendo en consideración el cambio ideológico que en nuestro país se viene dando respecto de las políticas públicas en esta materia. Así, la Ley Nº 26.061 de protección integral de los derechos de las niñas, niños y adolescentes promueve la activa participación de todos en lo que hace a la protección y defensa de nuestros niños y jóvenes. Por ende, la responsabilidad ante ellos no es sólo familiar sino también estatal y comunitaria. Los pibes ya no son considerados como meros objetos de pertenencia de la familia, como tampoco son simples objetos de tutela de un Estado autoritario y disciplinar que los judicializa e institucionaliza. Son sujetos activos y plenos de derechos dada su condición de personas en desarrollo.

Esta concepción humanista en protección de lo que se denomina el interés superior del niño, nos habilita a los psicólogos sociales a operar en diversas áreas, a saber: salud, educación, trabajo, juego y esparcimiento, seguridad social, ecología, violencia familiar, malos tratos, abuso sexual, alcoholismo, drogadicción, embarazo no deseado y aborto, autoagresiones y tentativas de suicidio, entre otras. Ninguna duda puede caber que es necesario un abordaje interdisciplinario para llevar a cabo tamaña tarea, abriéndose el campo al nacimiento de una transdisciplina que incluya a los médicos, a los psicólogos, a los psicopedagogos, a los abogados, a los educadores, a los asistentes sociales, a los ayudantes terapéuticos y también a los psicólogos sociales. Trabajando con nuestra caja de herramientas (ECRO) en grupos de reflexión o de aprendizaje, con juegos y técnicas psicodramáticas, con creatividad y con una permanente adaptación activa a la realidad, podemos contribuir grandemente al crecimiento psicofísico de los chicos y, además, constituirnos en verdaderos agentes del cambio social planificado. Así lo pensó y lo propuso Enrique Pichon-Rivière hace más de sesenta años.

Vale recordar aquí la labor pionera de Alfredo Moffatt y su equipo de psicólogos sociales en dos de sus tantos proyectos: el Bancapibes, dedicado a la niñez y a la adolescencia en riesgo; y Oyitas, es decir ollas populares para chicos en asentamientos y villas del conurbano bonaerense. Muchos niños y jóvenes se hallan en estado de deprivación, por lo que precisan profesionales que puedan comprometerse con ellos desde la emoción y la ternura. Y así concretamente está sucediendo, sobre todo desde la vigencia de la nueva legislación válida para esta problemática tan delicada, pues cada vez son más las organizaciones no gubernamentales que intervienen y participan en el campo de la niñez y de la juventud. También existen muchas fundaciones, asociaciones, entidades públicas y privadas trabajando fuertemente con chicos víctimas de violencia familiar, malos tratos, abuso sexual infantil, incesto intrafamiliar, etc. Y no debemos olvidar el equipo creado por Carlos Sica interviniendo en catástrofes y emergencias psicosociales (EPS) tales como la tragedia de Cromañón, ocurrida aquel fatídico 30 de diciembre de 2004 y cuyas víctimas eran principalmente jóvenes.

Los operadores psicosociales podemos también desempeñarnos coordinando grupos interespacios o interequipos, integrados por todos aquellos profesionales que trabajan en el área o, incluso, por voluntarios que son habituales en esta tarea tan sensible y que llegan a constituirse en reales agentes multiplicadores. Los psicólogos sociales algo sabemos del síndrome del quemado o burnout que sufren quienes ayudan a niños maltratados o abusados sexualmente, a jóvenes drogados y alcoholizados. Se puede apuntalarlos grupalmente y evitar así una verdadera quema de los agentes sociales que operan con niñas, niños y adolescentes, como también podemos intervenir en lo que se llama el efecto Cohn-Bendit: no son pocos los que caen en el descreimiento de aquello que en un inicio tan apasionadamente defendieron. O el llamado efecto Mulhman que, ante la situación recién señalada, produce un proceso de paralización de las tareas generando una sensación de fracaso. En grupos de profesionales y de voluntarios intervenimos sobre esta realidad tan frecuente, procurando una contención desde el sentir, el pensar y el hacer que permita proseguir la ardua labor.

Hay otras posibilidades para nuestra disciplina, actuando en el terreno del deporte, del juego y del esparcimiento. Se pueden inventar juegotecas barriales o participar en los centros de día para chicos y jóvenes, en los centros de atención familiar (CAF) o en los centros de atención integral a la niñez y adolescencia (CAINA). A modo de ejemplo, señalamos el convenio firmado por la Asociación de Psicólogos Sociales de la República Argentina con el Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes para llevar a cabo talleres en varias escuelas de la Capital Federal, algunos denominados Proyectando el Futuro y otros sobre los derechos y garantías de nuestros pibes. Eugenia Manzanelli y su equipo de psicólogas sociales también suscribieron, en representación de APSRA, un convenio con la Universidad Tecnológica Nacional para llevar adelante diversos talleres sobre el Primer Trabajo de los Jóvenes. Es decir, son múltiples los espacios para intervenir psicosocialmente teniendo en consideración los ejes de las políticas públicas que conforman las actuales medidas de protección integral de los derechos de los niños y de los jóvenes en nuestro país.

Desde esta profesión es posible también la colaboración en el ámbito judicial, sea interviniendo como peritos —de parte u oficiales— o presentando dictámenes e informes atinentes a nuestra especialidad. Conviene aquí puntualizar que el art. 2º de la Ley Nº 24.417 sobre Protección contra la Violencia Familiar impone, a todo profesional de la salud, la obligación de denunciar cuando los damnificados de aquélla sean menores. Consecuentemente, no rige el instituto del secreto profesional pues éste solamente beneficia al adulto maltratador y al abusador. La responsabilidad civil por mala praxis —con la consecuente reparación por los daños y perjuicios ocasionados— se produce si advertimos una situación puntual en perjuicio de un chico y nos mantenemos en silencio. Asimismo, se puede incurrir en el delito penal tipificado como abandono de persona si nos dejamos llevar por el conocido de eso no se habla o el más famoso no te metas. Es mucha y apasionante la tarea profesional pendiente de realización para dar fin a la teoría de las dos infancias (vgr.: pibes excluidos e incluidos) y que habilite a niñas, niños y adolescentes a vivir en un mundo mejor.

¿Qué puede hacer un psicólogo social desde el ámbito específico del Poder Judicial frente a la realidad que aquí presentamos? Pues, puede brindar sus aportes en el sentido de descubrir la situación crítica de un chico a través de un diagnóstico, orientando la búsqueda de recursos y estrategias pertinentes en pos de un plan de ayuda concreto. En el proceso de colaboración a un menor violentado podemos actuar en distintos contextos relacionales: asistencial, informativo, evaluativo, de control, de asesoramiento, etc. El objetivo no es otro que trabajar junto a la víctima y producir una transformación. Se trata de tener un proyecto y de creer en él. Decía el fundador de nuestra disciplina que la muerte está tan lejos como grande sea nuestro proyecto. Y parafraseando a Paulo Freire, pensemos que la primera pelea que un operador psicosocial progresista debe dar es consigo mismo; ese es el comienzo del cambio. En fin, estas breves ideas simplemente han pretendido servir de posible disparador, para que muchos psicólogos sociales continuemos abordando nuevos roles y nuevos desafíos. En definitiva, para seguir juntos CONSTRUYENDO ALTERNATIVAS.

RONALDO WRIGHT
www.ronaldowright.com