viernes, 11 de diciembre de 2015

142 - Algo Más Sobre la Resiliencia Grupal

(Publicado en Psicología Social para Todos: tierra y escritura del hacer, sentir y pensar - Año 8 Nro. 80 de junio de 2016)

ALGO MAS SOBRE LA RESILIENCIA GRUPAL

El hombre que se levanta es aún más fuerte que el que no ha caído. Viktor E. Frankl.

La resiliencia grupal se da cuando un conjunto de personas despliega estructuras de afinidad, de pertenencia y de enlace desarrollando distintos modos de afrontar juntos situaciones que han puesto en riesgo a sus integrantes. Así ocurrió, por ejemplo, con algunos jóvenes que se unieron después de la tragedia de Cromañón, formando un grupo que trabajó durante todo un año y que les permitió recuperar poco a poco el equilibrio emocional dañado. También podemos citar el caso de reclusos privados de su libertad que asisten a talleres coordinados por psicólogos sociales con el propósito  de internalizar herramientas para su sostén anímico.

Tal resiliencia alude a la convicción que tiene un grupo en superar de modo exitoso los obstáculos, sin pensar en la derrota aunque los resultados en principio se presenten en su contra. De allí que el grupo operativo pichoniano sea un dispositivo de producción colectiva de saber que, además, tiene una direccionalidad; es decir, elabora cambios  no totalmente conscientes en los esquemas referenciales de sus miembros. Así, en coyunturas de crisis existencial —que generan intensos miedos y mucha ansiedad— la resiliencia grupal trabaja sobre la desestructuración y la ulterior reestructuración de cada uno de los afectados, produciéndoles un saber inédito.

La resiliencia colectiva contiene dos factores: la capacidad de forjar un proceder vital positivo pese a los acontecimientos difíciles y, por otro lado, la resistencia frente a la devastación intentando preservar la propia integridad del grupo. La tarea conjunta conlleva la emergencia de un conocimiento nuevo, operando cada integrante como un partenaire de los demás, cuyo sentir-pensar-y-hacer estimula y va sirviendo de apoyo para que esos otros del grupo produzcan sus propias respuestas ante la adversidad. La resiliencia grupal es poder afrontar esa fatalidad de forma constructiva, adaptarse con flexibilidad y salir fortalecido de los sucesos traumáticos.

Podemos decir que la resiliencia que mencionamos es pensada como una remozada manera de riqueza interior. Es la confluencia entre el coping (capacidad de enfrentar los infortunios), la resistencia y la reconstrucción de un comportamiento positivo y original en circunstancias difíciles. Lo grupal permite ir venciendo esas dificultades a través de la complementariedad y la cooperación en la labor conjunta, ayudando de tal forma a superar el estancamiento y la estereotipia que produce la desdicha sufrida, enriqueciendo el conocimiento de sí y de los otros. El pertenecer a tal trama social y ser reconocidos como sujetos productores facilita la recuperación.

Los humanos somos fruto de nuestras circunstancias históricas, pero a la vez tenemos un carácter activo en la elaboración de dichas vivencias. La psicología social habla de sujetos productores y producidos; de allí que los grupos operativos sean terapéuticos, toda vez que permiten la superación de lo traumático padecido en el contacto con la realidad. Se va constituyendo otra posición subjetiva, una distinta subjetividad y un movimiento psíquico más idóneo para hacer frente a las vivencias traumáticas y a los perjuicios sufridos. Si bien no todos somos iguales ante el riesgo, los vínculos grupales  nos organizan más vigorosos y flexibles.

En la actualidad existen muchos estudios sobre la resiliencia que procuran evaluar sus características y sus componentes. Este tema se aclaró en el Primer Congreso Mundial de Resiliencia realizado en París en febrero de 2012, donde quedó establecido que se trata de una construcción de ocho pilares que suelen utilizar las personas y los grupos para poder alcanzar su propio equilibrio y bienestar. Pues entonces el instrumento más confiable será el que valore las siguientes variables: la autonomía, el afrontamiento, la autoestima, la conciencia, la responsabilidad, la sociabilidad inteligente, la esperanza (u optimismo) y la tolerancia a las frustraciones.

En los grupos operativos el coordinador interroga esas variables, las provoca; y pone a elaborar y a trabajar colectivamente a sus integrantes. Una de sus tantas funciones es posibilitar una apertura a significaciones inéditas, intentando que cada participante   logre avanzar hacia lo que en un primer momento le resultaba imposible e impensado. La resiliencia colectiva va creando un nuevo ECRO —esquema conceptual referencial operativo— tanto en lo individual como en el conjunto. La idea es que puedan aflorar las capacidades de los seres humanos para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas e, inclusive, ser transformados por ellas.

RONALDO WRIGHT
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lunes, 16 de noviembre de 2015

141 - Régimen de Promoción de Juventudes

(Publicado en la revista de cultura y política La Tecl@ Eñe - Año XIV Nro. 69 correspondiente al bimestre noviembre - diciembre de 2015)

REGIMEN DE PROMOCION DE JUVENTUDES

El Congreso de la Nación continuará sus sesiones hasta el recambio parlamentario del próximo 10 de diciembre, por lo que esperamos que durante esa prórroga se convierta en ley el Régimen de Promoción de las Juventudes, que se encuentra en el Senado con media sanción de la Cámara de Diputados. Dicho proyecto incluye a más de sesenta programas y llegará a cubrir a un millón de beneficiarios.   

Su aplicación se amplía a quienes tengan entre quince (15) y veintinueve (29) años de edad. La idea es instituir un marco normativo integral que implante los derechos de las y los adolescentes, así como también las obligaciones del Estado a los fines de garantizar y de promover su ejercicio efectivo, favoreciendo la articulación inter-ministerial y la coordinación federal de las políticas públicas en esta materia. 

Se trata, sin duda alguna, de promover un orden social más equitativo y más justo, intentando encuadrar o domesticar al libre mercado mediante regulaciones sociales a favor de la juventud. El problema de la inclusión deviene entonces en la cuestión social por excelencia, para paliar aquellas desventajas que padecen nuestros pibes en materia de derecho al trabajo,  la salud, la educación, la vivienda y la cultura.

Más de veinticinco mil jóvenes debatieron -a lo largo y ancho del país- los puntos centrales del proyecto, buscando que la norma se asimile a la realidad de cada provincia. Estos foros juveniles recorrieron numerosas localidades de nuestro territorio para que el régimen incorpore temas  tales como el tratamiento y la prevención del uso de sustancias ilegales, la salud reproductiva y el acceso a la vivienda.

El fin de esta nueva política estatal inclusiva dirigida a los jóvenes es que las futuras generaciones cuenten con los mismos derechos y garantías que tienen en la actualidad. Tal iniciativa instaura como objetivos a lograr: el respaldo de una sanidad plena, integral y de buena calidad; el derecho a la seguridad social y al trabajo, con su consiguiente capacitación laboral; el financiamiento educativo; entre muchos otros.

Dispone un sistema de actualización automática del plan PROG.R.ES.AR – Programa de Respaldo a Estudiantes de Argentina, para que los jóvenes entre los dieciocho (18) y los veinticuatro (24) años de edad sigan iniciando y completando sus estudios en cualquier nivel educativo. Los actuales $ 900 por mes se mejorarán cada seis (6) meses, al igual que las jubilaciones y la AUH - asignación universal por hijo.

La normativa procede a instituir seis nuevos organismos, denominados “Promoción de las Juventudes”. Entre ellos está el Instituto Nacional de Juventudes, que tendrá a su cargo implementar el plan Progresar; y la Secretaría Nacional de la Juventud, que pasará a la órbita de la Presidencia de la Nación. Se crea también la red de Consejos Municipales y la figura del Defensor de los Derechos de la Juventud. 

Tanto esos organismos municipales como el Consejo Federal coordinan y articulan inter-jurisdiccionalmente las políticas de los adolescentes, a la vez que propician la organización y la participación juvenil así como la fundación de áreas a nivel local. De tal modo se tiende a fortalecer el federalismo y las perspectivas regionales en la implementación y el diseño de todo lo atinente a sus propósitos y necesidades.  

Para concluir, digamos que la lucha contra la exclusión se lleva a cabo, y sobre todo, también bajo una modalidad preventiva. De hecho, la inclusión de nuestros adolescentes va en procura de que todos ellos se encuentren por dentro de los circuitos activos de intercambios sociales. Esta norma pretende asegurarles la mayor y mejor protección posible ante un futuro que hoy se les presenta incierto y difícil.  

RONALDO WRIGHT     
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martes, 3 de noviembre de 2015

140 - Eduardo "Tato" Pavlovsky

(Publicado en Campo Grupal - Año XVIII  Nro. 183 de noviembre de 2015 y en A.P.S.R.A. - Contenidos Teóricos con fecha 8/11/2015)

EDUARDO “TATO” PAVLOVSKY

Sumándonos a la propuesta de Campo Grupal, en cuanto a homenajear al querido Tato Pavlovsky (médico, psicoanalista, actor, dramaturgo, director e ícono de nuestro teatro nacional) fallecido el pasado 4 de octubre, queremos mencionar algunas anécdotas y pasajes de su vida.

Es muy conocida su amistad con Hernán Kesselman y Armando Bauleo, siendo una curiosidad que los tres concurrían el mismo día a analizarse con Marie Langer, médica psiquiatra especializada en psicoanálisis en Viena y fundadora de la APA - Asociación Psicoanalítica Argentina, en 1942.

Cuenta Hernán Kesselman que —allá por los años sesenta— él le dejaba caliente el diván a Armando Bauleo quien, a su vez, se lo entregaba más calentito aún a Eduardo Pavlovsky, y entre ellos dejaban a Mimí exhausta a la hora del almuerzo. Además, los tres se peleaban para ver a quién ella quería más.

Eduardo creía que él era el preferido, pero resulta que tanto Hernán como Armando sentían lo mismo. ¿No será que Mimí les hizo creer el mismo cuento a los tres? Juntos compartieron no sólo esa transferencia analítica, sino además fundaron el movimiento Plataforma y tuvieron la insolencia de irse de la IPA.

Siempre hermanados compartieron la Casona de Belgrano, aunque el único que vivió allí fue Pavlovsky y los demás —incluyendo a Emilio Rodrigué— se sumaban a comer pizza y filosofar, creando un verdadero espacio de libertad de pensamiento. También esta osadía provocó que debieran exiliarse expulsados por la dictadura.

En una mezcla de amor y gratitud, Tato le escribió a Noemí Langer en su despedida: “muchas veces te dije que me salvaste la vida, que llegué todo roto, hecho pedazos, y armaste un rompecabezas de mi desesperanza; vos me curaste vieja sabia, vos supiste aguantar tanta locura desparramada en aquellas sesiones del sesenta”.

Parafraseando lo que Eduardo le expresó a su analista en dicho texto, hoy decimos: no te moriste Tato, ni te morirás nunca para muchos de nosotros; sos ejemplo mítico y modelo porque sin vos al psicodrama le hubiera faltado mucho. Por eso y por toda tu grandeza, seguís y seguirás vivo. ¡Gracias y adiós, querido maestro!

STELLA MARIS DISTASI
RONALDO WRIGHT
Psicólogos Sociales

Adenda: Eduardo Pavlovsky nació en Buenos Aires el 10 de diciembre de 1933. Fue fundador de la Asociación Argentina de Psicodrama, del Grupo Plataforma de Psicoanalistas y del Centro de Investigaciones Sociales, Estéticas y Grupales.

Publicó innumerables volúmenes y artículos de investigación y periodísticos, muchos de modo individual y otros en colaboración. Es autor de Psicoterapia de grupo de niños y adolescentes (1968), Proceso creador, terapia y existencia (1982) y Psicodrama ¿cuándo y por qué dramatizar? (1985).

En co-autoría con Hernán Kesselman escribió Las escenas temidas del coordinador de grupos (1978-1984), Clínica grupal II (1980), Espacios y creatividad (1980), La multiplicación dramática (1989-2000), Escenas-Multiplicidad: estética y micropolítica (1996).

Además, entre sus obras teatrales más celebradas se pueden citar La espera trágica, El señor Galíndez, Telarañas, Potestad, El cardenal, El Señor LaforgueRojos globos rojos, La muerte de Marguerite Duras, Solo brumas, y muchas otras más.  

Recibió el Premio del Teatro IFT (en 1967), el Premio del Festival del Teatro de las Américas (Montreal, en 1987), el Premio de la Revista Time Out (Londres, en 1987), el Premio Molière (Francia, en 1989), el Premio Prensario (en 1994) y los Premios Argentores y ACE (en 1995), entre otros.

Finalmente, poco después de recibir en Bahía Blanca el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional del Sur, a los ochenta y un (81) años de edad la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires lo designó Ciudadano Ilustre el pasado 15 de abril de 2015.

martes, 13 de octubre de 2015

139 - La Resiliencia en los Grupos Operativos

(Publicado en Psicología Social para Todos: tierra y escritura del hacer, sentir y pensar - Año 8 Nro. 79 de noviembre de 2015)

LA RESILIENCIA EN LOS GRUPOS OPERATIVOS

       Lo que no me mata, me hace más fuerte. Friedrich Nietzsche.

Hace tiempo que venimos hablando de las intervenciones psicosociales en grupos con desocupados, en las cárceles, en los geriátricos, en los centros de jubilados, en crisis o situaciones de emergencias, etc. La propuesta ahora es relacionar dicho trabajo grupal con el concepto de resiliencia, entendida ésta como la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas. El término proviene del latín del verbo resilio, que significa saltar hacia atrás, rebotar. Así, entonces, la resiliencia puede ser definida como resistencia al choque, robustez; y se corresponde de algún modo  con las nociones de entereza y de fortaleza.

También sostenemos que quienes atraviesen la experiencia de participar en los grupos operativos pichonianos jamás volverán a ser los mismos, ya que se trata de espacios de reflexión y de aprendizaje plural que nos ayudan —y mucho— a superar nuestras peores actitudes negativas. Podemos hablar de una resiliencia grupal y/o social que habilita estructuras de supervivencia, de cohesión, de identidad y de pertenencia que forman lineamientos integradores. Y que permiten la expansión tanto personal como colectiva, pues el propio grupo es el que pone en juego los mecanismos de protección que van permitiendo a sus miembros salir de la adversidad.

La adaptación activa a la realidad se vincula con el logro de respuestas resilientes ante vivencias traumáticas. Está relacionada con aquello que hacemos con lo que nos ha ocurrido; pensando siempre en nuestras humanas contradicciones dialécticas entre Eros y Thanatos, las pulsiones de vida y muerte que nos constituyen como sujetos bio-psico-sociales, la lucha entre el sufrimiento y la posibilidad de salir de él. En el ámbito grupal se va construyendo un interactuar entre los integrantes y su entorno, fluyendo el crecimiento hacia algo nuevo y superador. El fortalecimiento de lo vincular conquista  la organización de psiquismos más fuertes y flexibles.

La tarea explícita que se proponen los grupos operativos es el intento de descubrir, entre otras cosas, cierto tipo de interacciones que entorpecen el desarrollo existencial pleno de sus participantes. Pero esto implica sólo un aspecto de los propósitos, pues tienen también como objetivo de indagación-acción el hallazgo de los factores que favorecen la aludida dificultad. Vencer los obstáculos conlleva una conducta resiliente que pelea contra su par contradictorio y opuesto, conocido con el nombre de anomia asiliente. Ésta es la creencia de sentirse incompetente ante la desdicha sin serlo, y hace que se obtengan resultados negativos ante los infortunios.

Respecto de la resiliencia, aclaremos que su noción proviene de la física, aludiendo a cierta capacidad que tienen los metales de recuperar su forma original luego de ser sometidos a presiones deformadoras. Para la psicología social es una manifestación subjetiva que adviene en los individuos a raíz de un posicionamiento singular ante lo aciago de la vida y sus consecuencias existenciales. En los grupos solemos investigar esos recursos psíquicos que van emergiendo en momentos críticos y que muchas veces son desconocidos por sus integrantes mismos. La fuerza de lo colectivo es fundamental para que se expresen esas características de resistencia.

El método de los grupos operativos consiste en observar las piezas comunes a cierto tipo de problemáticas y analizar sus posibles soluciones. Es así como se logra entre sus miembros una comunicación operante, una buena planificación y una estrategia que va condicionando tácticas y técnicas de decisión y de autorregulación. En las conductas resilientes pueden advertirse tanto capacidades como atributos y valores positivos del grupo; y no sus debilidades ni flaquezas. Sabemos que lo grupal es siempre un motor que promueve los mejores comportamientos en situaciones de incertidumbre o crisis,  con resultados altamente positivos en lo plural y lo individual.

Los psicólogos sociales investigamos las diversas maneras en que la desventura nos hiere como seres humanos, qué mecanismos bio-psico-sociales son los que intervienen y por qué algunos individuos se desmoronan más fácilmente que otros. En lo colectivo está presente la correlación entre la verticalidad de cada persona con la horizontalidad grupal; siendo en ese cruce donde surge el obrar resiliente plural dada la constante y  permanente ayuda de unos con otros. Seguimos apostando a favor de nuestra querida disciplina y profesión que le da pelea a la anomia asiliente, que reconstruye renovadas actitudes y habilita nuevas formas de riqueza interior.

RONALDO WRIGHT                       
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domingo, 13 de septiembre de 2015

138 - Nuestra Psicología Social en Madrid

(Publicado en Psicología Social para Todos: tierra y escritura del hacer, sentir y pensar - Año 8 Nro. 78 de octubre de 2015 y en A.P.S.R.A. - Contenidos Teóricos con fecha 1/1/2016)

NUESTRA PSICOLOGIA SOCIAL EN MADRID

Entre los psicoargentinos que en la década del setenta tuvieron que obligadamente dispersarse por el mundo se encuentran Armando Bauleo, Tato Pavlovsky, Emilio Rodrigué y Hernán Kesselman*. Este último fue el fundador de la Escuela de Psicología Social Enrique Pichon-Rivière en Madrid, allá por 1980. Muchos son sus aportes a nuestra querida disciplina, por lo que a continuación intentaremos hacer una síntesis de ellos, sobre todo en lo atinente a los grupos operativos y su dinámica. Lo grupal se aborda como un anudamiento de personas reunidas y entrelazadas por un interés común, homogéneo en la tarea y heterogéneo en su composición.

Vemos al grupo como dispositivo analizador y como máquina de producción de sentidos y de conceptos. Esa elaboración de saberes y quehaceres se va desplegando en un aula-taller: aula porque allí circulan los conocimientos; y taller porque por él rondan los emprendimientos. En consonancia con las ideas del creador de la Psicología Social Argentina, se trata de hacer el tránsito desde lo disyuntivo (lo individual versus lo grupal) hacia lo conjuntivo (el individuo más el grupo), siempre sumando las múltiples miradas que puedan ayudarnos a una mayor comprensión psicosocial, para lograr una nueva —y mejor— manera de relatar nuestras propias vidas.

Un aporte es el desarrollo del método CDR, indicando estas tres siglas una operatividad caracterizada por la búsqueda de consonancias / coincidencias / convergencias (C), que junto a disonancias / discrepancias / diferencias (D) permitan en los grupos arribar a resonancias / resultancias (R). Sabemos que la lógica dialéctica acepta la presencia conjunta, simultánea, de distintos pares de fuerzas contradictorias que procuran forzar la realidad en sentidos opuestos. En la búsqueda de la verdad dichas polaridades y antinomias evolucionan hacia una síntesis superior que las contiene. Si esto no se logra, la contradicción se convierte en un dilema de difícil resolución.

La noción de operatividad es fundamental cuando de grupos hablamos, siendo uno de los eslabones del ECRO pichoniano. Según el diccionario de la Real Academia Española, consiste en la capacidad para realizar una función. Se refiere a eficacia, a ejecutividad, a adaptación activa a la realidad. Lo grupal va conformando verdaderos Cartógrafos Operadores en Salud Mental, quienes se convertirán en artesanos integradores de un histórico social donde el trípode “filosofía, ciencia y arte” habilita el tránsito-pasaje que circula de lo siniestro a lo maravilloso. La tarea del grupo operativo es aprender a pensar; siendo la palabra un inmejorable vehículo para ello.

En España también se hizo el intento de articular el esquema de Enrique Pichon-Rivière con el de Siegmund Heinrich Foulkes, quien a mediados de los años veinte del siglo pasado tuvo la idea de que el método grupal podía ser utilizado con fines terapéuticos. Su originalidad radicó en la síntesis creativa entre psicoanálisis, psicología de la gestalt y sociología como fundamento teórico de su Grupoanálisis Operativo. Reconoció la importancia de la teoría de campo en el desarrollo de la investigación activa de la llamada grupo dinamia, dando al “desaprendizaje-reaprendizaje” (unlearning) un papel primordial en su praxis, junto a la comunicación colectiva.

Otra aportación a resaltar es la integración en la dinámica grupal de la denominada multiplicación dramática, mediante la cual la fachada inicial que expresa un conflicto de un integrante —sea un obstáculo epistemológico o epistemofílico— es apoderada y deformada por las máscaras resonantes de sus compañeros, erigiéndose en el punto inaugural de una cadena de novedades y descubrimientos. En los grupos operativos siempre cabe la posibilidad de que lo más allá, lo otro del otro, se incluya. Sostenemos que lo psicosocial es un “enseñaje” (enseñanza más aprendizaje) que evoluciona por ensayo y error; no por el procedimiento de premios y castigos.

En los grupos operativos se va produciendo una real promoción de la salud mental, concepto que preferimos utilizar en reemplazo del de “prevención”. En los mismos se logra la capacidad de hacer un buen uso del potencial individual (desde la verticalidad), la aptitud para vincularse satisfactoriamente con los demás (desde la horizontalidad) y el sentido de la responsabilidad ético-social (desde lo colectivo comunitario). Y ayudan a resolver las dificultades internas de cada sujeto, los estancamientos y el pensamiento dilemático. El esquema conceptual referencial y operativo se transforma así en el útil  de trabajo de cada miembro en su interacción plural orientada.

*A quienes les interese ampliar estas breves ideas recomendamos el libro de Hernán Kesselman “La Psicoterapia Operativa”, de Editorial Lumen Humanitas (1998).

RONALDO WRIGHT 
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jueves, 3 de septiembre de 2015

137 - Niñez, Juventud y Saber Compartido

(Publicado en la revista de cultura y política La Tecl@ Eñe - Año XIV Nro. 68 correspondiente al trimestre septiembre - octubre - noviembre de 2015)

NIÑEZ, JUVENTUD Y SABER COMPARTIDO

Continuando con el propósito de destacar aquellos aspectos que hacen a un mayor  desarrollo de nuestros niños y adolescentes en su condición de sujetos activos y plenos de derechos, se señalan a continuación algunas actividades que entendemos son muy positivas y de gran evolución en tal sentido. Nos referimos a una juventud cada vez más consustanciada con la comunidad en la que vive, apostando en favor del proceso democrático vigente desde hace más de tres décadas y promoviendo proyectos encaminados al bienestar de la sociedad; muchas veces colaborando para solucionar los problemas de los más necesitados y de quienes menos tienen.

El plan Decir es Poder reúne a jóvenes que se recibieron o son estudiantes avanzados, con la idea de erradicar el analfabetismo en la Villa 21 y que sean los mismos pibes del barrio —que tuvieron la oportunidad de concurrir a la escuela— los protagonistas de esta tarea. Son ellos quienes ahora enseñan a los adultos del lugar que nunca contaron con la posibilidad de aprender a leer y escribir. La propuesta tiende a poner la mirada en una escuela pública que trascienda sus propios muros y que se constituya en un desafío para los educadores, en la construcción de instituciones populares que puedan ir transformando la realidad de los sectores más  humildes y carenciados.

Hace poco unos dos mil alumnos de escuelas públicas se dieron cita en Parque Norte, provenientes de veintidós provincias que participaron del proyecto de radios. Varios centros educativos tienen hoy sus propias emisoras y transmiten para sus respectivas comunidades, ofreciendo no sólo un servicio a la sociedad sino que incluso funcionan como un instrumento de inserción social y de formación de jóvenes. En el Tercer Encuentro Nacional de Radios Escolares los pibes compartieron diversas herramientas para seguir creciendo y profesionalizar sus prácticas radiales. Es otra forma de ir adueñándose de la palabra y de hacer más plural las voces que circulan.

El pasado mes de julio un grupo de alumnos de sexto grado —en representación de las escuelas de todo el país— se reunió en el recinto de la Cámara de Diputados de la Nación a los fines de sesionar sobre temas tales como la educación, la comunicación y la ecología. Ello sucedió en el marco del XXV Parlamento Nacional Infantil, organizado por Fundal – Fundación Latinoamericana y por las autoridades de dicha cámara baja. Durante el curso del año elaboraron un anteproyecto y fueron ellos mismos los que eligieron a quienes los representaron, contando esta actividad con el apoyo tanto de Unicef Argentina como de la Organización de las Naciones Unidas.

Estos tan solo son tres ejemplos —de los muchos que hoy se pueden citar— atinentes a una educación inmersa en la aventura del saber compartido. Es una estrategia destinada a comunicar conocimientos y a desarrollar e innovar actitudes, en pos de un proceso de transformación y de conciencia crítica. La ley de protección integral de los derechos de las niñas, niños y adolescentes propicia un derecho a la educación que los prepare para el ejercicio de la ciudadanía y para la convivencia democrática, respetando su libertad de creación y el desarrollo de sus competencias individuales, fortaleciendo los valores de solidaridad, tolerancia e identidad cultural.

En tal praxis común cada chico y cada joven van rescatando su propio entendimiento con la experiencia y el saber de los demás, rompiendo de ese modo con la disociación jerárquica del alguien que supuestamente conoce y enseña a otro que ignora y se instruye. El aprender a aprender y el aprender a pensar implican el cambio de un razonamiento  lineal y lógico-formal a un reflexionar más dialéctico. Se plantea un pasaje de la dependencia a la autonomía, de la pasividad a la acción protagónica, de la rivalidad a la cooperación. Transformar y transformarse como una herramienta de la liberación y como un instrumento de modificación de la realidad.

Esta pedagogía crítica lleva en sí la necesidad de un mejoramiento social progresivo que permita a la niñez y la juventud desarrollar al máximo sus potencialidades. Si la posmodernidad líquida y fluida apunta a formar jóvenes sincrónicos —que vivan sin objetivos trascendentes y sin ideales propios— las actividades aquí referenciadas van en procura  de constituir una oportunidad de tomar conciencia de la libertad de actuar de otro modo en la vida. Una educación que, a través del acceso al saber para todos, vaya construyendo ciudadanos y no meros sujetos consumidores. Esto además hace a la comprensión de la íntima relación entre el discernimiento y el poder.

Para concluir, del 1º al 4 de septiembre se realizará —en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata— el I Congreso de Comunicación Popular y el II Congreso de Comunicación/Ciencias Sociales desde América Latina. Ahí se debatirá sobre los desafíos en el campo de la producción de conocimiento, uno de los núcleos esenciales para entender mejor la Aldea Global que habitamos. Muchos jóvenes asistirán a estas jornadas, cuyo fin es priorizar tanto el diálogo como la producción del saber conjunto. Vaya desde aquí el deseo de lo mejor para estos encuentros y que la apuesta sea a favor de los actores del futuro.

RONALDO WRIGHT       
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domingo, 9 de agosto de 2015

136 - Payasólogos Sociales

(Publicado en Psicología Social para Todos: tierra y escritura del hacer, sentir y pensar - Año 7 Nro. 77 de septiembre de 2015; en Payasólogos Sociales Página Oficial con fecha 14/9/2015 y en A.P.S.R.A. - Contenidos Teóricos con fecha 6/10/2015)

PAYASOLOGOS SOCIALES 

              Ser payaso es un estado del alma, pero también un oficio.

El pasado sábado 13 de junio Payasólogos Sociales fue distinguido —por el Concejo Deliberante de la ciudad de La Plata— con el premio Proyección Nacional 2015 y el Galardón de Platino por su trabajo social y solidario, ceremonia que se llevó a cabo en el Salón Dorado del Palacio Municipal. Dicho colectivo es una asociación sin fines de lucro que nuclea a operadores de la salud mental, utilizando técnicas psicodramáticas y herramientas del teatro lúdico con la energía de la red grupal. Esos instrumentos les permiten encontrar personajes para aplicar en la vida cotidiana, buscando soluciones inmediatas y ante situaciones especiales.

La psicóloga social Miriam Alberganti es la directora de este grupo formado por varios trabajadores sociales de distintas áreas, ya sean egresados o estudiantes de psicología y de carreras afines (vgr. psicopedagogos, docentes, psicólogos sociales,  counselors, terapistas ocupacionales, etc.). Con una preparación teórica y vivencial, el objetivo de los payasólogos es asistir —existir al lado de los otros, resonando con sus conflictos y sus necesidades— en zonas humildes, en comedores comunitarios, en hogares para niños, en geriátricos, a personas en situación de calle, entre otros contextos; dando así  una nota de color y alegría a través del rol del payaso.

El diccionario de la lengua española dice que el payaso es un artista de circo que hace de gracioso, con traje, ademanes, dichos y gestos apropiados. Se refiere, además, al actor ambulante enmascarado que debuta en las mojigangas u obrillas dramáticas muy breves —para hacer reír— en que se introducen figuras extravagantes. El también conocido clown (que significa aldeano) tiene como antecedente los circos, donde eran precisamente los aldeanos o lugareños los primeros en formar parte de éstos. Digamos que nuestros payasólogos sociales son personajes tiernos, que cada uno construye con material propio y que se permiten funcionar con empatía.

Para ser payasólogo es necesaria una capacitación con técnicas que admitan a cada cual encontrar su personaje para aplicarlo en los diferentes ámbitos de labor. Así, de manera divertida y con la potencia de lo grupal, se trabaja con chicos carenciados por lo que —desde la consigna “Favor con favor se paga”— logran donaciones de juguetes y alimentos que luego se reparten en hogares y comedores comunitarios. El propósito es contribuir a la salud psicofísica y emocional del niño con un abordaje asentado en la experiencia del payaso teatral, adaptándola al ámbito social con una ética, estética y deontología particularmente propias.

Payasólogos Sociales sigue convocando para sumar voluntarios* que deseen ayudar a pibes con privaciones materiales y afectivas. Para ser parte del colectivo se requiere tener más de 18 años de edad y estar relacionado con la salud mental o con la labor  social. Además, hay que especializarse participando de jornadas de entrenamiento que constan de una parte teórica y otra práctica. La praxis se desarrolla principalmente en merenderos, en comedores y en casas para niños, siempre con el sostenimiento que  sabemos que tiene lo grupal, desde el trabajo que llevan a cabo los coordinadores con la respectiva  supervisión o co-visión general.

Hablando de esta temática, agreguemos que en mayo de 2015 la provincia de Buenos Aires convirtió en ley el proyecto que incorpora al sistema de salud la labor del payaso de hospital. Se entiende por payaso hospitalario aquella persona capacitada en el arte de clown, que reúne las condiciones y requisitos para el desarrollo de dicha tarea en los nosocomios públicos bonaerenses, sean provinciales o municipales. Cada servicio de terapia pediátrica debe contar con una unidad de estos expertos de la risa y del humor; en consonancia con las políticas públicas encaminadas hacia la defensa y el  bienestar de nuestros chicos.

Destacamos la importancia de todo aquello que se dirija al cuidado de los chicos y jóvenes. Así sucede con la Ley 26.061 de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes que, en su art. 14, les garantiza el acceso a los servicios de salud y a los programas de asistencia, rehabilitación e integración. Y el art. 20 hace referencia al derecho al juego recreativo de nuestros pibes. Pues, entonces, ambas normas quedan ampliamente satisfechas en la tarea de estos profesionales de la risa, de la alegría, del amor y la ternura.                                                                                                                                                            
*Quienes estén interesados pueden contactarse a payasologossociales@hotmail.com 

RONALDO WRIGHT  
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martes, 14 de julio de 2015

135 - Colectivo Psicosocial del Noroeste de Bs. As.

(Publicado en Psicología Social para Todos: tierra y escritura del hacer, sentir y pensar - Año 7 Nro. 76 de agosto de 2015 y en A.P.S.R.A. - Contenidos Teóricos con fecha 16/7/2015)

COLECTIVO PSICOCOCIAL DEL NOROESTE DE BUENOS AIRES

Desde hace dos años un grupo de psicólogos sociales y de estudiantes se viene reuniendo con la idea de conformar una asociación. Fue así que nació el Colectivo Psicosocial del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires. Ahora están trabajando de modo prioritario en tres ejes: impulsar la aprobación de una ley que los contenga, promover la inserción laboral de los operadores psicosociales y constituirse en un espacio de capacitación continua. Quienes integran esta agrupación provienen de las ciudades bonaerenses de Mercedes, de Suipacha, de Chacabuco, de Saladillo, de 9 de Julio, de Chivilcoy, de 25 de  Mayo, entre otras.

El sábado 11 de julio organizaron una jornada que se desarrolló en las instalaciones del Complejo Histórico Municipal “Adelina Dematti de Alaye” de la ciudad de Chivilcoy, con el auspicio de la Secretaría de Cultura y Educación. Aprovecho para agradecer una vez más la invitación a participar como panelista en dicho evento —que tuvo por título La Psicología Social en Tiempos de Intervenciones— acompañando a Alfredo Grande y Carlos Margiotta. Mi disertación se basó en cada una de esas áreas o propuestas que constituyen la esencia de este colectivo, por lo que haré una breve síntesis de lo allí expuesto.

Primer eje. En lo referente a la idea de impulsar distintas estrategias en pos de lograr la aprobación de una ley provincial sobre nuestra disciplina   —que conlleve a la creación del Colegio de Psicólogos Sociales, cuya tarea sea la regulación de la actividad—destaqué  dos precedentes al respecto. Ellos son: la ley chaqueña Nº 6.353 sobre el ejercicio de la profesión del Operador en Psicología Social o título equivalente; y la ley Nº 8.077 de Mendoza sobre la matriculación de los Técnicos Superiores en Operación Psicosocial o título equivalente; expedidos por los respectivos Ministerios de Educación o los organismos competentes.

Segundo eje. En cuanto a trabajar en la inserción laboral de los psicólogos sociales en la comunidad, respondí algunas de las preguntas que fueron surgiendo entre los que asistieron a la jornada. Tal el caso de los proyectos tendientes a desarrollar la integración y la inclusión social; para mejorar la calidad de la comunicación institucional; para coordinar grupos de tareas en materia educativa y de salud; para potenciar las relaciones laborales en   empresas públicas y privadas, también en cooperativas y organizaciones no gubernamentales; para potenciar equipos deportivos con el fin de una mejor comunión y de facilitar su rendimiento; etc.

Tercer eje. Por fin, destaqué la relevancia de la capacitación permanente, formando grupos de lecturas e investigación, realizando talleres con los  distintos actores del mundo psicosocial para el crecimiento mutuo y para así seguir fortaleciéndonos todos con las mejores herramientas. Nuestro ECRO entiende que el hombre de hoy necesita un sistema de creencias y de ideas que le permitan guiar su accionar en el mundo. Y realimentar la teoría en su confrontación con la práctica. Es decir, precisa un esquema conceptual, referencial y operativo que en esencia le ayude a reconstruir sus modelos de pensar, de sentir y de hacer.

Esta 1º Jornada Psicosocial del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires fue declarada de Interés Municipal por el Honorable Concejo Deliberante de Chivilcoy (Ordenanza Nº 7962 del 26 de junio de 2015). Cabe agregar que quienes la organizaron expresaron su deseo de seguir construyendo este espacio, que los moviliza y los hace seguir pensándose como actores sociales de cambio. Y en ese camino se encuentran andando, con mucho por aprender, con mucho por decir y realizar. Estamos agradecidos tanto a las autoridades del Complejo Histórico Municipal como a la Dirección de Cultura y Turismo por el fuerte apoyo recibido.

A la espera de un próximo encuentro, quiero destacar que las políticas públicas del siglo XXI están abriendo enormes posibilidades de trabajo a muchas profesiones, entre ellas a nuestra querida Psicología Social. Nada de lo humano puede ser abarcado hoy por una sola ciencia, por lo que un nuevo paradigma comienza a dar nacimiento a una transdisciplina que promueva la activa participación de todos, en pos de una ética humanista cada vez más vigente y necesaria. Ojalá que esta jornada haya servido de disparador para así continuar abordando nuevos roles y también nuevos desafíos. ¡Que esa siga siendo nuestra apuesta!

RONALDO WRIGHT
www.ronaldowright.com

martes, 16 de junio de 2015

134 - Payasos de Hospital para Nuestros Niños

(Publicado en la revista de cultura y política La Tecl@ Eñe - Año XIV Nro. 67 correspondiente al trimestre junio - julio - agosto de 2015)

PAYASOS DE HOSPITAL PARA NUESTROS NIÑOS

A mediados de mayo de 2015, el Senado de la provincia de Buenos Aires convirtió en ley el proyecto que incorpora al sistema de salud la labor del payaso de hospital. Se entiende por payaso hospitalario aquella persona especialista en el arte de clown que —de acuerdo a lo que reglamente la autoridad de aplicación— reúna las condiciones y requisitos para el desarrollo de su tarea en los nosocomios públicos bonaerenses, sean  provinciales o municipales. Cada servicio de terapia pediátrica debe contar a partir de ahora con una unidad de estos expertos de la risa y el humor.

Esta integración al sistema de salud provincial —como medicina complementaria— fue una idea del legislador Rubén Darío Golía, quien entiende que es claro que la risa es buena para la sanidad psico física. Al reímos el cerebro emite la información útil para activar la secreción de encefalinas, siendo las endorfinas algo así como moléculas de la felicidad que nos permiten resurgir de las crisis personales. Entonces, los payasos de hospital llevan alegría y amor no sólo a los chicos que sufren algún dolor o tristeza, sino también a sus familiares, al personal médico y al no médico.

La realidad de los sanatorios es compleja y posee un alto grado de dolor. Por ello, se pretende utilizar la alegría y el juego como elementos de cambio; y garantizar ese paliativo para superar el trauma que implica una internación para los chicos y para su entorno familiar. El plan es que los pibes enfermos puedan recuperar la sonrisa y así liberar sus sentimientos, más allá del contexto y  de la coyuntura. Cabe apuntar que quienes se desempeñan como payasos de hospital no tienen necesariamente que ser médicos, estando abierta la actividad a todo el que esté interesado.

La psicóloga social Stella M. Distasi, desde el departamento de prensa de Payamédicos Asociación Civil, nos indica que ellos son una organización no gubernamental sin fines de lucro, fundada en el 2002 por el Dr. José Pellucchi. Su misión es contribuir a la salud emocional del paciente hospitalizado —de todas las edades— con un abordaje a través de la técnica del payaso teatral y operando de modo escénico terapéutico, adaptado al ámbito sanitario con una ética, estética y deontología propia. La mira es que la fantasía  sea parte de la vida del nosocomio y desdramatizar la hospitalización.

Otro objetivo es acompañar siempre, ofreciendo momentos de distracción que lleven a recuperar el aspecto sano de los internados. Y si ellos están en situación  de moverse o deambular, se incentiva esa posibilidad para facilitar el paso a la actividad desarmando las rigideces regresivas. Cada actuación de los payamédicos es única; no está pautada ni programada. La imaginación y la improvisación son las que rigen. No se trata sólo de hacer reír, sino de crear salud desde la salud. Se liberan endorfinas y las hormonas coadyuvan a que las penas y dolores se vayan curando o aliviando.

Digamos que la respuesta es de agradecimiento, sea desde la mirada o la palabra. En tal sentido, reconforta saber que la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ha declarado —en el 2013— de interés sanitario y social a esta labor que llevan a cabo los payasos de hospital. Y lo propio hizo el año pasado el Senado de la Nación; ello en total consonancia con la corriente mundial denominada de humanización hospitalaria, que persigue la idea de que los pacientes sean abordados desde un enfoque integral, evitando las etiquetas o divisiones médicas entre sanos y enfermos.

Seguimos destacando la importancia de las políticas públicas en defensa de los chicos y jóvenes. Tal es el caso de la Ley 26.061 de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes que, en su art. 14, les garantiza el acceso a los servicios de salud y a los programas de asistencia, rehabilitación e integración. Y el art. 20 hace referencia al derecho al juego recreativo de nuestros pibes. Pues, entonces, ambas normas quedan ampliamente satisfechas al incluirse la tarea de los payasos de hospital en las unidades de terapia pediátrica de los hospitales bonaerenses.

No hay ninguna duda que la labor de estos verdaderos especialistas en el arte clown es fundamental para lograr los objetivos de la risoterapia; y más cuando la mencionada medicina complementaria está dirigida a los niños enfermos. Es nuestro firme deseo que esta iniciativa legal de la provincia de Buenos Aires se amplíe y logre convertirse pronto en una necesidad a nivel nacional. Que todos los nosocomios del país puedan contar con profesionales de la risa, del humor y del amor que sigan ayudando a sanar a los chicos hospitalizados. ¡Por el bien de ellos y de todos!

RONALDO WRIGHT              
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jueves, 4 de junio de 2015

133 - Pichon-Rivière Latinoamericano (Parte II)

(Publicado en Psicología Social para Todos: tierra y escritura del hacer, sentir y pensar - Año 7 Nro. 75 de julio de 2015 y en A.P.S.R.A. - Contenidos Teóricos con fecha 2/8/2015)

PICHON-RIVIERE LATINOAMERICANO (Parte II)

  Estar en la tierra, realizando una tarea concreta, esa es mi vida, 
  una praxis permanente y en movimiento de espiral. Pichon-Rivière.

En el prólogo del libro “PICHON-RIVIÈRE como autor latinoamericano”, Fernando Fabris nos dice que en el año 2011 se realizó un seminario con esa denominación, en el que participaron destacadas figuras de la psicología social, la psiquiatría, el psicoanálisis, la  sociología, la psicología, el arte y el pensamiento en general. La intervención de cada panelista derivó en la aparición de este compendio publicado por Lugar Editorial, cuya lectura recomendamos ampliamente. El objetivo es descubrir lo latinoamericano en el creador de la Psicología Social Argentina y, por qué no, también en los lectores, para erigirnos en agentes multiplicadores de lo nuestro.

Hasta hace poco una visión europeísta impregnaba nuestras ideas, descalificando lo que provenía de las propias raíces. Un pensar desde América Latina propicia construir una nueva óptica, tal como lo hizo Pichon-Rivière desde su obra y su práctica. Sostuvo una actividad profesional heterogénea a partir del método dialéctico, que encuentra en cada fenómeno los polos opuestos que suscitan las contradicciones propias de todo lo humano.  Es la tendencia a buscar la verdad, aunque sabemos que lo verdadero va variando según las épocas y los tiempos. El implacable interjuego del sujeto y el mundo supone su consecuente mutación vincular y social.

Pichon-Rivière y su pensamiento son hijos de una época, de un tiempo de esperanza y  transformación; con una mirada optimista sobre el individuo, la vida y la comunidad. Pero hoy el actor social ha cambiado, siendo necesario pensar un proyecto diferente para hacer un nuevo aprendizaje psicosocial. En años de globalización y de capitalismo salvaje, podemos advertir un giro hacia latinoamérica. Abrevando en muchas de las ideas del maestro, procuremos ir más allá a condición de servirnos de su esquema conceptual referencial y operativo. Para funcionar en los barrios, vinculándonos con los vecinos, fundamentados en la inserción y lo inclusivo.

Ya en el año 1955 dictó una conferencia donde habló de la indispensable relación que debía existir entre psicoanálisis y sociología. Nos dejó el legado del ECRO y el enseñaje como proceso participativo, dialéctico, autónomo, integral, significativo y creativo. Su noción de sujeto histórico, a la vez productor y producido, posibilita la visualización y comprensión de su dimensión social. Sus ideas son un faro, una referencia para que alcancemos un estadio superador, ya que colectivizan conciencia y apuntan a una clara liberación de las condiciones concretas cotidianas de existencia. Deconstruyen lo homogéneo, dando lugar a la aparición de lo instituyente.

Testigos de la herencia de su obra son los institutos pichonianos existentes en Brasilia, San Pablo, Porto Alegre, Bahía, Montevideo; la carrera de Psicología con orientación psicosocial en la FUNLAM Fundación Universitaria Luis Amigó de Colombia (con sus sedes de Bogotá, Medellín y Montería), además de las muchas escuelas de Psicología Social en las distintas provincias argentinas. Recordemos que en 1957 Pichon-Rivière fue nombrado miembro titular de la Asociación Psicoanalítica de Brasil, donde funda y comienza a trabajar con los primeros grupos operativos, invitándonos a bucear en el carozo del ser que habita en la zona oscura de los miedos.

El dispositivo de los grupos operativos enriqueció la producción intelectual argentina y de América Latina, pues ellos son un instrumento de relevancia para la construcción de fuertes lazos de vincularidad que se plasman luego en verdaderas redes de contención. En los mismos el sujeto —individual y colectivo— rompe la estereotipia y la clausura, avanza en la práctica de una epistemología convergente, puede dar plasticidad a los marcos conceptuales y eliminar la acriticidad de su mirada. Pichon recorrió el espinel del alma humana y fue un pionero del razonamiento complejo, logrando construir una  disciplina científica sin perder la sensibilidad del artesano.

Esa técnica del grupo operativo se caracteriza por estar centrada en una tarea, que se desarrolla mediante el abordaje y resolución de los miedos básicos —a la pérdida y al ataque— en un trabajo asociado de esclarecimiento colectivo. Lo trascendental de la propuesta pichoniana es que las diferencias entre los participantes no son lamentadas, sino festejadas, en la medida en que dicha circulación de lo distinto va beneficiando a quienes participan de semejante experiencia. Seguimos proclamando que aquellos que transiten y atraviesen esta manera de compartir, arribarán a un destino que jamás se imaginaron al comienzo del proceso plural compartido.

RONALDO WRIGHT
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jueves, 7 de mayo de 2015

132 - Pichon-Rivière Latinoamericano

(Publicado en Psicología Social para Todos: tierra y escritura del hacer, sentir y pensar - Año 7 Nro. 74 de junio de 2015 y en A.P.S.R.A. - Contenidos Teóricos con fecha 2/7/2015)

PICHON-RIVIERE LATINOAMERICANO

El libro “Pichon-Rivière como autor latinoamericano”, de Lugar Editorial, se encuentra en las librerías desde fines del año pasado. Fernando A. Fabris es el compilador de veinticinco (25) textos que analizan las relaciones concretas entre la obra del creador de la Psicología Social Argentina y la producción intelectual existente en América Latina. Entre sus autores se encuentran algunas de las figuras más relevantes de la salud psíquica y de la cultura de nuestra región. Aquí intentaremos recorrer algo de la historia de vida de este verdadero operador bisagra, a quien le cabe dicha metáfora toda vez que siempre combatió la estereotipia de un pensamiento único, desde un punto de vista dialéctico y uniendo fuentes diversas.

Pichon-Rivière no vivía pendiente de los discursos ajenos, aunque solía estar abierto a aquello que aportara a conceptualizar su praxis, abordada desde lo multidisciplinario y transcultural. Esa práctica —que devenía experiencia— no nació de la mano del poder central ni de los ejes dominantes, sino que tenía toda la potencia de los colectivos que habitan los bordes, lo disruptivo, lo que cuestiona lo instituido, pero sin perder nunca el núcleo de lo singular. Opuso firme resistencia a los colonizadores mentales, para así sugerirnos una teoría propositiva de la libertad y autonomía del individuo, recurriendo constantemente a la creatividad y considerando al arte como la herramienta que habilita el pasaje de lo siniestro a lo maravilloso.

Según el diccionario de psicoanálisis de Elizabeth Roudinesco y Michel Plon, Pichon es considerado el más grande analista argentino y uno de los principales pioneros en la historia de la psicología latinoamericana y del mundo. Se lo destaca por explicitar la hermandad entre terapias y artes, por el pasaje de las terapéuticas individuales a las grupales, por el tránsito de la terapia a la prevención y a la salud pública mental, por su integración transdisciplinaria concreta y por asociar la cogestión educador – educando en que todos somos ambos polos oscilantemente. De allí proviene su concepción del enseñaje, en el que el enseñar y el aprender están dialécticamente relacionados y funcionan como una alternancia de opuestos.

En su juventud Enrique Pichon-Rivière se interesó tanto por la medicina como por la política y la poesía. Inclinado a la psiquiatría dinámica y al psicoanálisis, se orientó hacia distintos modos de práctica grupal a partir de la creación de sus llamados grupos operativos. La tarea de los mismos era responder a las dos angustias fundamentales de la vida personal, social e institucional: los miedos básicos a la pérdida y al ataque. Por su enseñanza oral (conferencias, seminarios, cursos, clases magistrales)  —más que por sus textos y escritos— ejerció un extraordinario poder de fascinación sobre sus alumnos, discípulos y contemporáneos. Son muchísimas las anécdotas que se cuentan de él; de las más entretenidas y pintorescas.

Dicen que era alucinante, fantástico; una especie de maestro zen que te cortaba al medio y luego te cosía; recién ahí su interlocutor advertía que había estado torcido toda su existencia. Algo así como: “por fin encontré el sentido de mi vida… ¡era para el otro lado!” Fue una especie de paradigma del freudismo de estas latitudes, pues pudo elaborar una enseñanza muy poco ortodoxa y entretejida por las más variadas y múltiples influencias. Pichon-Rivière fue el inventor de una tradición; ello como efecto de una red discursiva y de dispositivos técnicos, ya que siempre cumplió una  función-autor en relación a la circulación de sus argumentos. Permanentemente postuló una articulación de conocimientos y saberes colectivos.

Su técnica de los grupos operativos crea las condiciones para que emerja en ellos ese discernir de impronta latinoamericana que fue devastado de manera sistemática por el epistemicidio colonial que bien conocemos. Dicha grupalidad recoge la tradición de las reuniones alrededor del fogón, en las cuales reinaban los relatos, los comentarios, las anécdotas y sobre todo los recuerdos. Se produce ese viraje que va del individuo al grupo, de lo intrapsíquico a lo interpersonal del vínculo, del psicoanálisis a la psicología social en una síntesis crítica y creativa. Y así pasar desde una didáctica de emergentes para el aprendizaje de pequeños colectivos hacia una política de emergentes para el mayúsculo cambio social planificado entre todos.

Para finalizar, aclaremos que Pichon sugería trabajar con el mayor recurso de nuestro continente, y tal vez el único confiable: los vínculos humanos, explorando todas las incorporaciones posibles en el campo de la reflexión y de la praxis. Creyó que la única adecuación válida es la adaptación activa a la realidad, porque la otra —la aceptación acrítica de normas y de valores— es sencillamente sometimiento. Nunca le interesó formar excelsos observadores de la cotidianeidad, sino profesionales capaces de ir en procura de la transformación de lo real. De allí que nuestra disciplina y profesión, la  Psicología Social Argentina y Latinoamericana, no sea simplemente un cuerpo teórico cerrado y definitivo. La seguimos en la próxima entrega.

RONALDO WRIGHT  
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sábado, 2 de mayo de 2015

131 - Tres Amigos, Crónicas del Café

(Publicado en la revista literaria Redes de Papel - Año 20 Nro. 227 del mes de mayo de 2015)

TRES AMIGOS, Crónicas del Café

Una vez más agradezco al Negro Hernández (seudónimo de Carlos Alberto Margiotta) el haberme invitado a presentar su nuevo libro "TRES AMIGOS, Crónicas del Café", de ediciones Nuevos Tiempos. El evento se llevó a cabo el pasado jueves 30 de abril en el tradicional Café de la Subasta y contó con la asistencia de numeroso público. El autor es psicólogo social, consultor psicológico, poeta y escritor. Además, es el creador y director de la revista literaria Redes de Papel, fundada en marzo de 1995 —hace ya más de veinte años— y actualmente preside la Asociación de Psicólogos Sociales de la República Argentina (A.P.S.R.A.).

No es esta su primera obra, pues posee en su haber dos libros de poemas (“Otro Lugar” y “Rectangulares Mujeres de Papel”), como así también es autor de “Encuento”, “Café de la Subasta” y “Redes de Cuentos”. Cabe decir que el primero de los relatos que ahora ofrece el Negro Hernández —invitando a dar una vuelta por Barracas a la hora que despunta la luna— dio lugar a una serie que se llamó Café para Melancólicos y, a partir de allí, sus cuentos no dejaron de difundirse hasta hoy con singular éxito. En sus páginas se irá descubriendo la historia de una taberna de barrio, el Tres Amigos, con su cultura tan porteña y tan particular.

Si bien estas crónicas del café semejan ser reales, lamentablemente el Tres Amigos no es más que una ficción; una bella fantasía creada por Carlos Margiotta. No hay boliche alguno con tal denominación, ni es verdadera la anécdota que aclara que en esa esquina había un viejo almacén con despacho de bebidas allá por los años treinta. Aunque en realidad este bar es universal. En él están contenidos y descriptos todos los bares similares que uno pueda imaginarse; y su típica decoración traslada a una época de sueños y utopías. Cada una de sus paredes se erige en un genuino museo de fotos, objetos y adornos.

Los cuadros colgados tienen las imágenes que siempre vistieron al bar: de cantores de la talla de Carlos Gardel, Alberto Castillo, Julio Sosa y el polaco Goyeneche; de las grandes orquestas tangueras de Pugliese, Darienzo, Di Sarli, Salgán, Piazzolla y el gordo Troilo. Y de algunas minas de gran corazón como Libertad Lamarque, Azucena Maizani, Mercedes Simone y Ada Falcón. Y ya que de un bar estoy hablando, agrego que su origen surge de la palabra inglesa “barrier”, que significa barrera o barra fija. Es decir, el mueble mostrador que divide el espacio público donde están los clientes de la zona privada de quien sirve las bebidas.

Ciertos mitos cuentan que el hecho de poner una barra alta de madera se debía a que el cantinero necesitaba un lugar para refugiarse —en tiempos tumultuosos— de tiroteos, riñas y peleas. Incluso le servía al barman para distanciar a los clientes de las botellas y de la caja registradora. Aunque este no es el caso del gallego Rogelio —el dueño del Tres Amigos— quien era uno más del grupo que allí habitualmente se reunía: el Gordo, Sandoval, Beto, el viejo Castaño, Maddonni, Oliverio, el Mirón, don Anselmo, el guapo Zavala, Brancaleone, Joaquín (el mozo del boliche) y Antonio, el loco de los naipes; entre otros.

El Negro Hernández declara que los cafés son como las mujeres; y los agrupa en dos tipos universales. Están aquellos donde nunca te animarías a entrar y los otros, donde podrías pasar un buen rato o quedarte allí toda la vida. Muchas historias de amor —y desamor— empiezan o terminan en los bares; y este boliche de Barracas no es en tal sentido una excepción.  Surgen en él varias aventuras románticas, mucha descripción y mucha  imaginación también, porque hay quienes se van inventando las escenas que narran. Aunque, eso sí, el Tres Amigos es siempre el escenario y el protagonista, más explícitamente o menos.

El origen de los primeros bares es bastante lejano; hay que remontarse a la época de Pompeya en la antigua Grecia, donde prosperaron algunas pequeñas tiendas de ventas de vinos y bebidas llamadas tabernas. Luego se expandieron a Roma y de allí al resto de los países europeos. En España nacerá la profesión del tabernero que, después, en los tiempos de la colonia llegará a estos territorios. Algunas cantinas le agregarán música, tal como sucedió aquella noche que el Gallego imaginariamente habilitó el boliche para que Tito Sánchez cantara sus boleros preferidos y el Negro asistiera a milonguear con su Marta tan amada.

El bar es un ámbito muy especial, de contadores de cuentos o mejor dicho de cuentadores; quizás porque ahí son escuchados por un auditorio atento que sabe de los códigos masculinos. Sus galanes suelen relatar infinidad de historias, algunas inverosímiles, otras trágicas, pero todas dignas de ser narradas por un escritor. En este caso le tocó el turno a la pluma del Negro Hernández. Invito, entonces, a los lectores a dar un paseo por el barrio de Barracas a la hora en que se oculta el sol. Allí, a pocas cuadras del Riachuelo, encontrarán la esquina iluminada del Tres Amigos, con su leyenda, sus anécdotas y sus secretos.

RONALDO WRIGHT        
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domingo, 19 de abril de 2015

130 - Intervención Psicosocial en Cromañón

(Publicado en A.P.S.R.A. - Contenidos Teóricos con fecha 19/4/2015 y en 1968 Grupalista - Biblioteca de Psicología Social Pichoniana con fecha 21/4/2015)

INTERVENCION PSICOSOCIAL EN CROMAÑON

A diez años de la tragedia de República Cromañón tomamos contacto con la psicóloga social Stella Maris Distasi, quien nos relató su experiencia personal y el doloroso sentir vivenciado en el curso de aquellos luctuosos días. El incendio en la conocida discoteca del barrio de Balvanera, que comenzó en la noche del 30 de diciembre de 2004, dejó un saldo de casi doscientos muertos y más de un millar de heridos. Ríos de tinta han corrido hasta la fecha acerca de lo acontecido, por lo que en este texto nos  interesa destacar simplemente la tarea solidaria llevada a cabo por un grupo de colegas convocadas a través del CAPsI - Centro de Asistencia Psicosocial Intercambio.

En una reunión inicial se evaluó de qué manera podían colaborar con los afectados, tanto con los chicos sobrevivientes como con los familiares de las víctimas. Por un lado, algunas operadoras psicosociales se hicieron presentes en el lugar donde ya se estaba levantando el Santuario con las pertenencias que allí quedaron. O sea aros, pulseras, llaveros, zapatillas, remeras, mochilas, etc. además de rosarios, estampitas, fotos, flores, mensajes desesperados, velas encendidas unas y apagadas otras. Y en segundo término, se propuso un encuentro semanal en el Instituto Superior de Enseñanza Intercambio para ir monitoreando los resultados de las acciones.

El primer día tan solo se acercaron al predio, capturadas por un terrible interrogante: ¿Cómo se podía explicar tanta muerte? El calor de ese enero era abrasador y Stella Maris atinó a llevar un bidón de agua mineral, pues había escuchado por televisión que los jóvenes pedían ayuda y cooperación. Un pibe lo aceptó; la abrazó y simplemente le dio las gracias. La situación general era caótica y traumática; como así también todas las emociones y sensaciones desbordaban por doquier. Había mucha desconfianza con quienes se acercaban al Santuario, por lo que en esas circunstancias lo único que procedía hacer era acompañar en silencio a los innumerables damnificados.

Llegó el momento de lograr hacer una lista con las cosas que los jóvenes necesitaban: jabones, shampoo, talco, desodorante, pasta dental y cepillos de dientes, algodón,   pomada para quemaduras, algunos medicamentos, etc. Al día siguiente los chicos recibieron con gusto esos productos y, antes de finalizar la jornada, el grupo de psicólogas sociales ya estaba tomando mate con varios sobrevivientes de Cromañón. Sentados en ronda empezaron a hablar en un clima de confianza; era evidente por demás la necesidad de amparo, cuidado y protección. Nacía la instancia de lo que llamamos encuentro-contención; y comenzó a tejerse un vínculo entre todos.

Fueron tres meses de recorrer el emplazamiento haciendo de sostén para tanto dolor, mientras los jóvenes se iban organizando cada vez mejor. Se jugaban los distintos roles que conocemos: el líder que manejaba el dinero, el portavoz que gritaba las injusticias, el moderador que se ocupaba de atender a la prensa, los que acompañaban en silencio e incluso algunos saboteadores invadidos por la bronca y el enojo. Formado el grupo, éste le devuelve la identidad a cada miembro y lo habilita a hacer su catarsis; poder llorar y desahogarse. Entretanto, las operadoras psicosociales ya lograban interactuar con los padres y los familiares de las víctimas que se iban acercando.

Se fueron implementando todas las técnicas, las tácticas y las estrategias a los fines de hacer posible la verbalización de lo sucedido sin perder de vista que, en todo trance emocional, los comportamientos alterados son conductas normales ante un hecho anormal, ante un evento tan desgarrador. La intervención en crisis debe contemplar los diversos síntomas que suelen presentar los afectados, a saber: pánico, confusión, angustia, ansiedad, fobia, frustración, turbación, culpa por haber sobrevivido, miedo a estar solo, problemas para dormir, cambio en los hábitos alimenticios y de higiene, pérdida de confianza en uno mismo e intensa preocupación por los otros.

De suma importancia fueron las permanentes y periódicas reuniones que llevaron a cabo las operadoras psicosociales en el mencionado Instituto de Enseñanza, pues ellas también precisaban del soporte y aliento grupal. Era necesario e imperioso ponerle palabras a tanta vivencia inhabitual por lo que, junto al armado de una red vincular en el sitio de la tragedia, ellas fueron construyendo su propio espacio de escucha y de abrigo. De tal forma, alcanzaron una instrumentación operativa para el manejo de una  realidad nueva a la que tuvieron que ir adaptándose. La formación pichoniana permitió abordar la tarea con herramientas conocidas y andando caminos ignorados.

Alejandro Simonetti fue un constante sostén y soporte ante la gravedad del trance que en esas circunstancias se estaba padeciendo. Él propone cuatro pasos para alcanzar la meta: a) escuchar y comprender a los damnificados; b) dejarlos descargarse, ya sea llorando y/o gritando; c) ayudarlos a hablar de lo acontecido; y d) cooperar para que puedan comenzar a pensar qué hacer. La idea fue ofrecer una atmósfera en la que el temor, la bronca, la pena y la culpa puedan expresarse libremente para bajar el monto de ansiedad. Que cada uno de los pibes profundamente heridos en sus mundos internos consiga salir del estado de shock, posibilitándose un mínimo objetivo.

Durante los primeros tres meses, la intervención en crisis transcurrió en el Santuario levantado en el sitio del siniestro. Así como Enrique Pichon-Rivière era partidario de un psicoanálisis por fuera de los consultorios, en la situación puntual y concreta que aquí tratamos la Psicología Social operó en un principio directamente en la calle. Esto hizo la diferencia con otros gremios de profesionales que se acercaron a prestar su apoyo, no siendo bien recibidos por los adolescentes afectados. Recordemos que desde la misma noche de la catástrofe no volvieron más a sus hogares, ni a sus trabajos ni a los centros donde estudiaban. Simplemente se quedaron a vivir en el lugar.

Varios padres que habían perdido a sus hijos consultaban adónde podían encontrarse con sus pares padecientes de un profundo dolor similar. Fue surgiendo la intención de formar un grupo de ayuda y de refuerzo en la sede del Centro de Asistencia Psicosocial Intercambio, ubicado en el barrio de Villa Urquiza. Ello se concretó recién en el mes de abril de 2005 y funcionó hasta fines de dicho año. En el caso que venimos tratando, la psicóloga social entrevistada nos recuerda que en lo personal le resultó más fácil acercarse a los jóvenes afectados pues, como madre de hijos adolescentes, hallaba allí un delicado límite operativo que le dificultaba abordar tamaño sufrimiento.

Así, se formó un grupo de contención y sostén con chicos sobrevivientes quienes, en su mayoría, habían perdido en el siniestro además a alguien cercano: hermano, primo, novio, amigo. Los jóvenes pudieron comunicarse no sólo entre ellos sino también consigo mismos, para ir de tal modo estructurando un discurso que les permitió recuperar poco a poco el equilibrio psíquico y emocional dañado. Las palabras fueron fluyendo semana tras semana, encuentro tras encuentro. Entonces, fue brotando lo que conocemos como la etapa del mínimo proyecto de futuro; nada menos que el durísimo y penoso aprendizaje de continuar viviendo sin los seres queridos.

El dispositivo que se creó fue coordinado en conjunto por las psicólogas sociales Stella Maris Distasi y Rosana Fernández. Fueron nueve meses de una ardua y compleja labor, utilizándose la técnica de los grupos operativos que nos identifica como profesionales y como agentes del cambio social planificado. De a poco los pibes retornaron a sus respectivas casas con sus familias,  fueron reinsertándose en sus vidas cotidianas sea en lo laboral, en sus estudios, recuperando el deseo y buscando alternativas para seguir a flote. Nos estamos refiriendo a un mínimo plan existencial hacia adelante, siempre en el aciago marco que la dolorosa y difícil realidad les impuso.

Cuando de trabajo comunitario hablamos, el grupo tiende a promover la reinserción de los excluidos sociales. Y tal era la situación de los chicos de Cromañón, ya que —en una primera época— recibieron el destrato de la policía, de los servicios asistenciales, de las autoridades encargadas de los derechos humanos en la ciudad y de quienes no los querían ver acampando en la calle. La labor colectiva sirvió para que ellos pudieran organizarse, con nuestra metodología psicosocial que fomenta el saber existente en los propios integrantes, siempre en función de un objetivo común, pese a la diversidad de sus respectivas historias y sin descuidar la singularidad de cada quien.

Esta juventud en crisis —que llegó a autodenominarse “Los pibes de las carpas de la vigilia del Santuario”— necesitaba de un otro que la ampare; y ese fue uno de los roles que cumplieron nuestras coordinadoras grupales. Para eso fue vital disociarse: mientras un costado de ellas sostenía el dolor para que los chicos pudieran hacer su catarsis, verbalizar y desahogarse; había otra parte que se mantenía discriminada y alerta, viendo qué es lo que ocurría para luego poder intervenir. Muchas veces fue pertinente realizar un holding (tal como hace una madre con su bebé) pues la mirada, el abrazo, la contención y la ternura devuelven la función estructurante.

Como venimos escribiendo desde hace más de tres lustros, apostamos a favor de la  enorme tarea que realizan los operadores psicosociales como agentes de cambio. El trabajo de equipo que se desplegó en aquel tiempo fatal fue por demás impresionante. Stella M. Distasi nos facilitó una carta escrita por ella un mes después del siniestro. Allí dice que la presencia de tantas ausencias se le hizo insoportable. ¿Dónde se ubica tanta muerte injusta? No se recicla. No pertenece al ciclo natural de la existencia. Y en homenaje a las víctimas, se pregunta: “nosotros, los que estamos vivos ¿qué estamos haciendo?” Es muy simple la respuesta: ¡UNA ACCION SOLIDARIA DESCOMUNAL!

Notas: del equipo que se formó en el CAPsI —integrado por counselors y psicólogos sociales— quienes operaron más en cercanía a Stella Maris Distasi fueron Lucy López, Graciela Florido, Ana María Corvino, Rosana Fernández y Sergio López, a quienes se les agradece su enorme compromiso solidario con todos y cado uno de los damnificados de República Cromañón.
Este texto fue parcialmente publicado en la revista “Psicología Social para Todos”.      

RONALDO WRIGHT
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miércoles, 15 de abril de 2015

129 - Seguir Pensando a Pichon

(Publicado en Psicología Social para Todos: tierra y escritura del hacer, sentir y pensar - Año 7 Nro. 73 de mayo de 2015 y en A.P.S.R.A. - Contenidos Teóricos con fecha 10/6/2015)

SEGUIR PENSANDO A PICHON

                      Aprender a dudar es aprender a pensar. Octavio Paz.

Hace casi veinte años Graciela Jasiner y Mario Woronowski daban a luz su libro Para Pensar a Pichon, de Lugar Editorial. Allí señalan que la psicología social es uno de los modos que asume la crítica de la vida cotidiana, de nuestras condiciones concretas de existencia. Lo cotidiano (del latín, quotidie) es lo de todos los días, lo ordinario en tanto previsible. Pero, ¿cuál es el propósito de hacer una elucidación crítica de nuestras vidas diarias? Cornelius Castoriadis dirá que se trata de pensar lo que hacemos y saber lo que pensamos. Trabajar y trabajar-nos, poniéndolo todo en cuestión.

Hoy día vemos que existe una inmensa demanda sobre muchos aspectos de la vida  cotidiana y notamos que hay —cada vez más— una naturalización acrítica de lo que a diario se vive. La posmodernidad tan líquida, tan fluida y tan veloz ayuda a que ello suceda con mayor frecuencia. De tal forma que se precisa tiempo y coraje para pasar a ser soldados desnaturalizadores de dicho supuesto saber que aún sigue enquistado. No sólo retomar un meditar desviante sino incluso una praxis instituyente. Para poder así  develar y desmitificar lo oculto; y lograr después mudarlo en algo muy superior.

Para ello es esencial partir del aforismo griego inscripto en el pronaos del templo de Apolo en Delfos y que reza: conócete a ti mismo. Así, averiguar cuáles son los criterios de verdad que nos habitan y luchar contra nuestras propias ideas estancas. Aprender a pensar es dejar de aceptar sin críticas las normas y los valores dados e impuestos, tan propio de lo que conocemos como adaptación pasiva a la realidad. Es también dar cauce a lo creativo, convirtiendo lo siniestro en maravilloso. Según Juan C. De Brasi los hechos han sido hechos; pues entonces, nuevos hechos pueden producirse.

El cuerpo social que nos habita se viene preguntando sobre lo cotidiano desde hace mucho tiempo. Sabemos que nuestras condiciones de vida son un destino y pensamos, con Pierre-Félix Bourdieu, que quien nomina erige clases. No es nada fácil salirse de un discurso en el que casi todo ya está decidido de antemano de modo implícito y oculto. El camino es  ampliar la mirada, estar alertas a tantos juicios estereotipados y así lograr una mayor atención a la multiplicidad de enfoques. Imaginar un otro posible; ser cada vez menos víctimas y más artífices de nuestros propios destinos e historias.

El padre de la Psicología Social Argentina creía que los profesionales tienen un papel relevante en la construcción de una sociedad más justa. Enrique Pichon-Rivière fue un firme y persistente impugnador de lo dado, apostando a la consigna de evolucionar en dirección a una adaptación activa a la realidad. De manera tal que su norte fue el estar alertas a los efectos narcotizantes de las certezas y cuestionar siempre los lugares de poder. Para así operar en primer término sobre cada uno de nosotros, luego en lo subjetivo social y por fin lograr erigirnos en verdaderos agentes del cambio.

Michel Foucault alude a otro aspecto que nos parece vital: la ética del cuidado de uno mismo como práctica de la libertad. Él nos habla de criticar lo instituido, de salir de los estados de dominación que nos tienen atrapados y de hacer saltar los propios cerrojos represivos, para así ir reconciliándonos con nosotros mismos. Sería genealogizar a los fines de recuperar los discursos menores, locales, más cotidianos y marginales. A la vez que violentar cualquier teoría —y en principio la propia— para cambiarla y construir otra de un modo desde ya provisorio. Pues, al modo de una praxis dialéctica.

El cuidado de sí incluye también el de los otros, el de quienes hacen a nuestro entorno. Y bien entendemos los psicólogos sociales que eso sucede en el devenir de los grupos operativos, en los que vamos perdiendo poco a poco la mirada inocente de la realidad. La tarea es deconstructiva, como una forma de cuestionar los relatos totalitarios y el discurso de las verdades, que tanto nos cuestan desarmar. Deconstruir, para Jacques Derrida, es desestructurar, es descomponer y es dislocar las estructuras rígidas. Co-pensar cada cual con uno mismo y con los demás: ese saber nos da poder.  

Tanto el conocernos como el ocuparnos de nosotros son dos piezas claves a los fines de nuestra formación; incluso para superarnos en lo personal y en lo colectivo. Tal proceder va a incidir de manera directa en los demás, toda vez que permite mejorar nuestros vínculos interindividuales. Nos referimos a esta libertad mediante el dominio de cada cual para así tornarla en un problema ético. Al decir de Jean-Paul Sartre, no somos simples terrones de arcilla, toda vez que lo importante no es lo que han hecho de nosotros sino lo que hacemos de lo que han hecho de nosotros.

Somos el portavoz de un grupo social. Cada uno de nosotros porta-la-voz de lo que pugna por ser dicho, por lo que es relevante vernos y sentirnos como un espacio de resistencia. Que nuestra labor sea en sí misma un acto creador en tanto construcción y búsqueda de nuevas unidades. Por ende, que el propósito de seguir pensando a Pichon sea para continuar pensándonos a nosotros mismos. Todos los días. Cada día. Día tras día. Nosotros mismos nos hacemos y, parafraseando a James Joyce, somos nuestra propia obra. Pues, que la tarea y el proyecto se junten en ese recorrido.

RONALDO WRIGHT      
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lunes, 6 de abril de 2015

128 - Charla Sabatina en A.P.S.R.A.

(Publicado en Psicología Social para Todos: tierra y escritura del hacer, sentir y pensar - Año 7 Nro. 72 de abril de 2015 y en A.P.S.R.A. - Contenidos Teóricos con fecha 27/4/2015)

CHARLA SABATINA EN A.P.S.R.A.

La Asociación de Psicólogos Sociales de la República Argentina (A.P.S.R.A.) viene organizando una serie de Charlas Sabatinas y, el pasado 28 de marzo, fui invitado a exponer sobre una de las tantas temáticas de nuestra querida disciplina y profesión. Me gustaría señalar algo de lo abordado en esa jornada, aprovechando antes para agradecer una vez más a la institución y a los colegas asistentes la posibilidad de polemizar conocimientos a partir de un grupo operativo de aprendizaje. Así, después de mi disertación nos sentamos en círculo y ampliamos nuestros saberes, escuchándonos los unos a los otros con atención y respeto psicosocial.

Uno de los temas que incluí en mi charla fue el camino recorrido por Pichon-Rivière desde sus primeros tiempos como psiquiatra, luego como psicoanalista y finalmente como fundador de la Psicología Social Argentina. Nunca abandonó sus conocimientos previos, sino que siempre fue incorporando saberes según su propia epistemología convergente; esa búsqueda de varios y diversos estudios que lo acercaron a indagar cada vez más acerca de la realidad del sujeto. Sostuvo que las ciencias humanas conciernen a un único objeto: el hombre-en-situación susceptible de un abordaje multi o pluridimensional. Pues, el andar que hice es, en breves líneas, el que sigue.

Psiquiatra (1932-1940). Ese joven que venía de Goya a la Capital Federal —trayendo a cuestas una mezcla de culturas europea y guaraní— fue impregnado por un discurso universitario en la Facultad de Medicina de Buenos Aires, caracterizado por la lógica formal o aristotélica. Los principios de identidad, de no contradicción y de tercero excluido eran los predominantes. La ciencia médica se nutría esencialmente de los métodos deductivo e inductivo que van, respectivamente, de lo general a lo particular y de lo particular a lo general. No obstante, Pichon-Rivière pronto propiciaría una psiquiatría dinámica con un fuerte cimiento en la práctica psicoanalítica.

Psicoanalista (1941-1955). Fundador de la Asociación Psicoanalítica Argentina junto a Rascovsky y Garma, primaría en esta etapa de su vida una lógica conjetural teñida de lo que conocemos como abducción: la premisa mayor es evidente y la menor es sólo probable. La percepción abductiva viene hacia el profesional como un acto de insight, iluminando una nueva sugerencia.  Su discurso analítico será el de lo inconsciente, el de la asociación libre y la atención flotante. Ello conforme había leído en los textos freudianos que le facilitó Canoi, aquel portero del quilombo donde el francesito  enseñaba modales a las “muchachas trabajadoras para la alegría”.

Psicólogo Social (1956-1977). Fue el creador y padre de la Psicología Social Argentina, caracterizada por un discurso dialéctico y por una lógica paradojal llena de antinomias, contradicciones, polaridades, ambivalencias y antagonismos. Surge el tiempo del ECRO o esquema conceptual referencial y operativo; la teoría del vínculo —a cuatro vías de amorodio, bicorporal y tripersonal—; el esquema del cono invertido; la unidad de trabajo compuesta por el existente, la intervención psicosocial y el emergente (o síntesis superadora); la teoría de las tres “D”: depositante, depositario y depositado; y la teoría de los grupos operativos de aprendizaje; entre tantos de sus aportes.

A estos desarrollos teóricos se fueron sumando también otras fuentes heterogéneas, sea desde la filosofía, la sociología, la epistemología, el psicodrama, la gestalt, etc. Abrevó en la psicología norteamericana de Kurt Lewin con su método de indagación-acción y de George Mead con su aporte del otro generalizado; además de la escuela inglesa de Melanie Klein y sus conocidas posiciones esquizo-paranoide y depresiva. La resultante de todo ello fue que Pichon-Rivière se erigió en el creador de nuestra disciplina psicosocial, además de ser hoy una destacada figura tanto en el ámbito de la salud mental como del pensamiento y la cultura latinoamericana.

Tales consideraciones serían absolutamente incompletas si no se incluye otra de las grandes fuentes que inspiraron al maestro. Me refiero a la denominada universidad de la calle que, en su caso, comenzó con la mezcla cultural europea —heredada de sus padres— y la de los pueblos americanos originarios. También la fundación del partido socialista de Goya; los artículos publicados en las revistas “Nervio” y “Crítica”; su amistad con Roberto Arlt, Raúl González Tuñón y Conrado Nalé Roxlo; la experiencia adquirida en el Asilo de Torres y el Hospicio de las Mercedes; sus entrevistas con Klein,  Lacan, Breton y otros integrantes del movimiento surrealista.

Pichon-Rivière fue un fiel defensor de la transdisciplinariedad, tanto a nivel teórico como en la misma práctica cotidiana. Es decir, de la inexistencia de fronteras entre los numerosos saberes, ya sean provenientes de las ciencias sociales o de la pintura, la poesía, la música y/o el arte en general. Consideró a sus teorías como una caja de herramientas, siempre lista para ser utilizada en los diferentes campos a examinar e intervenir. Puntualizó, además, que el territorio de operación de los psicólogos sociales no está instituido, siendo tarea de cada quien el procurar convertirse en un verdadero agente del cambio y profesional instituyente.

RONALDO WRIGHT  
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domingo, 1 de marzo de 2015

127 - La Juventud Sigue en su Marcha

(Publicado en la revista de cultura y política La Tecl@ Eñe - Año XIV Nro. 66 correspondiente al trimestre marzo - abril - mayo de 2015)  

LA JUVENTUD SIGUE EN SU MARCHA

En una anterior edición de La Tecl@ Eñe decíamos que, cuando el primer mundo mega globalizado pretende que los contactos entre las personas sean preferentemente  virtuales (a través de las pantallas de las computadoras, de los celulares, etc.), muchos adolescentes se están abocando nada menos que a los vínculos reales, esos que se caracterizan por el cuerpo a cuerpo. Así, casi un millar de jóvenes —provenientes de distintas y variadas agrupaciones políticas, sociales y culturales— han brindado su ayuda solidaria a los vecinos afectados por el fuerte temporal que se produjo en la provincia de Córdoba a mediados del pasado mes de febrero.  

Mientras la Aldea Global va en procura de construir una juventud sincrónica que viva sin objetivos trascendentes ni ideales propios, nuestros pibes siguen reuniéndose a los fines altruistas antes señalados. Nucleados en el programa nacional La Patria es el Otro, se organizaron y formaron equipos para prestar auxilio a los muchos evacuados, realizando tareas de limpieza y de reparto de víveres, agua, ropa, colchones, camas, medicamentos, artículos de higiene y de primera necesidad, entre otros. Van logrando un nuevo paradigma, con su base en una clara ética humanista que da por tierra con el aislamiento que produce tanta posmodernidad líquida y fluida.

Una labor similar desplegaron hace dos años atrás, cuando una dura tempestad azotó gran parte de la ciudad bonaerense de La Plata y sus alrededores. Véase: “Jóvenes Solidarios y Comprometidos” en la edición de junio – julio de 2013 de esta revista, donde se detalla el trabajo cumplido por los pibes en el lugar de la tragedia: reparto y transporte de las donaciones; reconstrucción de las viviendas precarias; limpieza de las márgenes de los arroyos. Muchísimos adolescentes en todo el territorio nacional colaboraron y se comprometieron con este proyecto tan noble, dejándose seducir otra vez por eso de grupal que tiene la participación comunitaria.

Si de juventud agrupada y organizada estamos hablando, mencionemos también a los estudiantes de la Escuela de Educación Media Nº 3 del Bajo Flores, quienes lograron que el puente que une Pompeya con Lanús cambie su denominación. Ahora se llama Puente Nacional Ezequiel Demonty en memoria del chico de diecinueve años que fue arrojado desde allí al Riachuelo, luego de ser torturado en 2002 por agentes de la Policía Federal. Los alumnos de donde él estudiaba —ayudados por varios docentes— propusieron este proyecto de ley como un modo de hacerse escuchar; consiguiendo que el puente dejara de llevar el nombre del dictador José F. Uriburu.

Además son muchos los jóvenes militantes del PRO, La Cámpora y Los Irrompibles (Unión Cívica Radical) que, mancomunadamente, lanzaron una campaña con el propósito de sensibilizar a la opinión en general acerca del flagelo de la drogadicción. Desde la Mesa de Juventudes Políticas tienen como fin movilizar el apoyo público y motivar —a través de sus contactos y redes— tanto a los ciudadanos como a las entidades sin fines de lucro a accionar contra el abuso de los narcóticos. A estas buenas acciones se suman las de los foros de prevención en adicciones, que brindan mecanismos para la realización de un diagnóstico territorial.

Hace muy pocos meses, Parque Norte reunió a cerca de dos mil alumnos de escuelas públicas provenientes de 22 provincias que participan del proyecto de radios. Muchos centros educativos tienen hoy sus propias emisoras y transmiten para sus respectivas comunidades. Y ofrecen así no sólo un servicio a la sociedad sino que incluso funcionan como un instrumento de inserción social y de formación de jóvenes. En el Tercer Encuentro Nacional de Radios Escolares los pibes compartieron diversas herramientas para seguir formándose y profesionalizar sus prácticas radiales. Se trata de otro modo de adueñarse de la palabra y hacer más plural las voces que circulan.

Por fortuna, hoy son cada vez más los jóvenes consustanciados con la sociedad, que participan en diversos proyectos políticos, económicos, sociales y culturales. Pibes que trabajan intensamente en áreas y temáticas tales como la educación, el empleo y la producción, la salud, los medios y la comunicación, la integración regional, el cuidado del espacio ambiental, los derechos humanos, entre otras. Una juventud creativa que apuesta al proceso democrático vigente desde hace ya más de 31 años, que promueve planes y programas encaminados al bienestar de la comunidad, que ayuda a solucionar los problemas puntuales de los más urgidos y de quienes menos tienen.

A raíz de la reciente Marcha del Silencio, difundida como “18 F” por los medios masivos de comunicación porque se realizó el día 18 de febrero, pudo verse que hubo una significativa y muy escasa presencia de jóvenes pese a que la convocatoria fue ostensiblemente multitudinaria. Creemos que ello no se debió a la intensa lluvia ni a las adversas condiciones climáticas habidas aquel atardecer, pues a nuestros chicos y chicas no les molesta mojarse o empaparse. Tampoco se los suele ver debajo de paraguas en similares coyunturas. Pensamos que, tal vez, su ausencia obedeció simplemente a que están aventurados en otros emprendimientos.  

RONALDO WRIGHT        
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martes, 27 de enero de 2015

126 - Tragedia de Cromañón: Intervención en Crisis (Parte II)

(Publicado en Psicología Social para Todos: tierra y escritura del hacer, sentir y pensar - Año 7 Nro. 71 de marzo de 2015 y en A.P.S.R.A. - Contenidos Teóricos con fecha 2/5/2015)

TRAGEDIA DE CROMAÑON: INTERVENCION EN CRISIS (Parte II)

En la pasada edición se decía que algunos padres, que habían perdido a sus hijos en el incendio de República Cromañón, comenzaron a consultar en dónde podían reunirse con sus pares que se hallaban inmersos en un profundo dolor similar. Poco a poco esos grupos se fueron formando y fue la realidad misma —sin forzamiento ninguno— la que empezó a dar cuenta de esa necesidad de juntarse. En el caso que venimos tratando, la psicóloga social Stella Maris Distasi recuerda que en lo personal le resultó más fácil acercarse a los jóvenes afectados pues, como madre de hijos adolescentes, hallaba allí un límite operativo que le dificultaba abordar tamaño sufrimiento.

Así, a partir del mes de abril de 2005 se formó un grupo de contención y de ayuda con chicos sobrevivientes quienes, en su mayoría, habían perdido además a un ser querido en la tragedia (vgr. hermano, primo, novio, amigo). Dicho colectivo funcionó hasta fines de año en el espacio cedido por el Instituto Superior de Enseñanza Intercambio, sito en el barrio capitalino de Villa Urquiza. Las palabras fueron fluyendo semana tras semana, encuentro tras encuentro. Los jóvenes pudieron comunicarse no sólo entre sí sino también consigo mismos, para ir estructurando de tal modo un discurso que les permitió recuperar poco a poco el equilibrio psíquico y emocional dañado.

Durante los primeros tres meses, la intervención en crisis transcurrió en el Santuario levantado en el sitio del siniestro. Así como Enrique Pichon-Rivière era partidario de un psicoanálisis por fuera de los consultorios, en la situación puntual y concreta que aquí tratamos la Psicología Social operó en un principio directamente en la calle. Esto hizo la diferencia con otros gremios de profesionales que se acercaron a prestar su apoyo, no siendo bien recibidos por los adolescentes afectados. Recordemos que desde la misma noche de la catástrofe no volvieron más a sus hogares, ni a sus trabajos ni a los centros donde estudiaban. Simplemente se quedaron a vivir en el lugar.

Alejandro Simonetti fue un constante sostén y soporte ante la gravedad del trance que en esas circunstancias se estaba padeciendo. Propone él cuatro pasos para alcanzar la meta: a) escuchar y comprender a los damnificados; b) dejarlos descargarse, ya sea llorando y/o gritando; c) ayudarlos a hablar de lo acontecido; y d) cooperar para que puedan comenzar a pensar qué hacer. La idea fue ofrecer una atmósfera en la que el temor, la bronca, la pena y la culpa puedan expresarse libremente para bajar el monto de ansiedad. Que cada uno de los pibes profundamente heridos en sus mundos internos consiga salir del estado de shock, posibilitando un mínimo proyecto.

La reunión que se creó a través del Centro de Asistencia Psicosocial Intercambio fue coordinada en conjunto por Stella M. Distasi y Rosana Fernández, a partir de abril y hasta la finalización del año 2005. Fueron nueve meses de una ardua y compleja tarea, utilizándose la técnica de los grupos operativos que nos identifica a los psicólogos  sociales. De a poco los pibes regresaron a sus respectivas casas con sus familias,  fueron reinsertándose en lo laboral y en sus estudios, recuperando los proyectos y buscando alternativas de vida. Nos referimos a un mínimo plan existencial de futuro, siempre en el aciago marco que la penosa y difícil realidad les impuso.

Cuando de trabajo comunitario hablamos, el grupo tiende a promover la reinserción de los excluidos sociales. Y tal era la situación de los chicos de Cromañón, ya que —en una primera época— recibieron el destrato de la policía, de los servicios asistenciales, de las autoridades encargadas de los derechos humanos en la ciudad y de quienes no los querían ver acampando en la calle. La tarea colectiva sirvió para que ellos pudieran organizarse, con nuestra metodología psicosocial que fomenta el saber existente en los propios integrantes, siempre en función de un objetivo común, pese a la diversidad de sus respectivas historias y sin descuidar la singularidad de cada quien.

Estos adolescentes en crisis —que llegaron a autodenominarse Los pibes de las carpas de la vigilia del Santuario— necesitaban de un otro que los ampare; y esa fue una de las funciones que cumplieron las coordinadoras del grupo. Para eso fue imprescindible disociarse: mientras un costado de ellas sostenía el dolor para que los chicos pudieran  desahogarse, verbalizar y hacer su catarsis; había otra parte que se mantenía alerta, discriminada, viendo qué es lo que ocurre para luego poder intervenir. Muchas veces fue pertinente realizar un holding (tal como hace una madre con su bebé) pues la mirada, el abrazo, la contención y la ternura devuelven la función estructurante.

Como venimos escribiendo desde hace más de tres lustros, apostamos a favor de la  enorme tarea que realizan los operadores psicosociales como agentes de cambio. El trabajo de equipo que se desplegó en aquel tiempo fatal fue por demás impresionante. Stella M. Distasi nos facilitó una carta escrita por ella un mes después del siniestro. Allí dice que la presencia de tantas ausencias se le hace insoportable. ¿Dónde se ubica tanta muerte injusta? No se recicla. No pertenece al ciclo natural de la existencia. Y en homenaje a las víctimas, se pregunta: “nosotros, los que estamos vivos ¿qué estamos haciendo?” Es muy simple la respuesta: ¡UNA ACCION SOLIDARIA DESCOMUNAL!  

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