jueves, 27 de diciembre de 2012

098 - Proyecto de Ley Contra la Violencia Escolar

(Publicado en la revista de cultura y política La Tecl@ Eñe - Año XI Nro. 56 edición especial de diciembre de 2012; en Reflexiones sobre Educación con fecha 26/2/2013 y en Psicología y Vida Cotidiana con fecha 6/4/2013)

PROYECTO DE LEY CONTRA LA VIOLENCIA ESCOLAR

Se encuentra en el Congreso de la Nación el tratamiento de un proyecto de ley cuyo objetivo principal es la erradicación de la violencia en las escuelas. Esta iniciativa tiende a impulsar políticas que promuevan la buena convivencia, propiciando un ámbito educativo pacífico, tolerante y de mutuo respeto. Así, se busca fortalecer tanto a las escuelas como a los maestros y a los equipos especializados para intervenir en todas las situaciones de acoso o violencia que puedan presentárseles.

Digamos que el acoso escolar —también conocido como bullying— se refiere a cualquier forma de maltrato producido entre escolares y que implica habitualmente un abuso de poder utilizado para someter, apocar, intimidar, amedrentar y/o reducir a la víctima. Muchas veces el agresor suele estar rodeado de una banda o grupo de acosadores, por lo que es reconocido como un líder por el resto de sus iguales seguidores. Algunos denominan a este tipo de sujeto como niño o joven tirano.

Por su parte, el menor hostigado sufre un fenómeno de estigmatización que puede considerarse —en el entorno escolar— como mecanismo de chivo expiatorio, quedando afectada su integridad y dignidad ante el maltrato recibido. La Ley Nº 26.061 de protección integral de los derechos de las niñas, niños y adolescentes los resguarda, en su art. 9, contra todo trato violento, discriminatorio, vejatorio, humillante o intimidatorio, como así también a que no sean sometidos a ninguna forma de abuso.

La violencia escolar, entonces, no es sino la intimidación entre pares; muchas veces configurando un juego perverso de dominio y sumisión entre acosador y acosado. La segregación y la discriminación son moneda habitual en los establecimientos educativos, al igual que en la vida cotidiana toda. Si bien los pibes necesitan estar juntos, bien sabemos que cuando los humanos se agrupan también se molestan. De allí que hay que ayudar a formar vínculos persona a persona entre ellos.

El proyecto de ley de marras intenta promover acuerdos de coexistencia en cada escuela. Cabe señalar que las políticas de promoción de la igualdad educativa deben incluir acciones preventivas para la efectiva eliminación de la violencia escolar, las que estarán destinadas a enfrentar las situaciones de hostigamiento, de agresión o de intimidación física y/o psicológica entre los estudiantes y los alumnos, máxime cuando se halle afectada la convivencia y el derecho de aprender de los chicos.

La idea central consiste en implementar un Plan de Convivencia en las comunidades educacionales que tenga el fin de promover diversas actividades, talleres de capacitación, de orientación y de atención de la violencia escolar. Tal programa se propone para los establecimientos tanto públicos como privados, debiendo propender a una concientización y contención que involucre a la institución educativa toda. Es decir, a los docentes y autoridades, a los pibes y a sus respectivas familias.

En la actual era del vacío y ante el fuerte impacto de la globalización hipermoderna, nos encontramos ante un nuevo tipo de educandos. Ello implica que es imposible abordar esta compleja problemática si no contamos con equipos inter y multidisciplinarios que trabajen junto a los docentes y directivos. Máxime si se tiene bien en claro que para lograr la tutela integral de todos los derechos de nuestros pibes se requiere la responsabilidad gubernamental y la participación comunitaria.

Sostenemos una vez más que el trabajo grupal es esencial en lo referente al cuidado de los pibes ante el acoso escolar, siendo muy importante contar con una adecuada capacitación docente a efectos de la resolución de conflictos de este tipo. Muchos denominan al bullying como hostigamiento invisible o epidemia silenciosa. Pues, será precisamente en los grupos conformados por los propios alumnos donde se pueda romper ese silencio y habilitar a que circule la palabra. ¡Que así sea!

RONALDO WRIGHT
www.ronaldowright.com

sábado, 10 de noviembre de 2012

097 - Primera Jornada de Psicología Social y Disciplinas Afines

(Publicado en Psicología Social para Todos: tierra y escritura del hacer, sentir y pensar - Año 5 Nro. 46 de noviembre de 2012)

PRIMERA JORNADA DE PSICOLOGIA SOCIAL Y DISCIPLINAS AFINES

Declarada de Interés Social y Cultural por el Honorable Concejo Deliberante de Hurlingham - Ordenanza Nro. 7.644 de 2012. 

Quiero agradecer la posibilidad que me ha brindado la institución Psicosocial Tesei Asociación Civil de expresar las palabras de cierre correspondientes a la Primera Jornada de Psicología Social y Disciplinas Afines, a llevarse a cabo el próximo 23 de noviembre, de 9 a 13 horas, en el Centro Cultural “Leopoldo Marechal”. El programa del evento señala que se desarrollarán seis Mesas de Debate, integradas algunas de ellas por los alumnos de la referida escuela. En otras mesas disertarán profesionales, algunos que vienen desde Montevideo para compartir sus puntos de vista tanto en lo que hace a generar conocimientos como en lo atinente a los diversos modos de intervenir en la realidad social. Desde ya, la finalidad principal es seguir apostando al carácter participativo de nuestra querida ciencia, al permanente intercambio de saberes y a la posibilidad de aplicarlos en nuestra comunidad, realizando acciones orientadas al mejoramiento de las condiciones de vida de su gente.

Sin perjuicio de las exposiciones concretas de quienes componen cada bloque o panel, me gustaría reflejar en primer lugar algunos breves conceptos relativos a los distintos temas propuestos para cada Mesa de Debate. De tal modo, a continuación voy a destacar en primer término el texto puntual del programa de esta jornada para luego agregar algunas ideas y apreciaciones provenientes de mi propio peculio. Se sabe que el campo de lo psicosocial contempla la relación funcional del individuo con su ambiente. Pues, uno de los objetivos de la escuela Psicosocial Tesei es, sin duda, contribuir a formar verdaderos promotores comunales, teniendo para ello en claro que toda persona es la síntesis de sus vínculos pasados y presentes. La apuesta institucional es contar con una serie de métodos y técnicas eficientes (de investigación, acción y participación) tanto para generar conocimientos como para intervenir en la realidad concreta, y en especial aquí en la comunidad de Hurlingham.

Mesa 1. La Psicología Social como Ciencia Vincular. Cuando hablamos de vínculos, nos referimos a las relaciones que entablamos con los otros y esos otros son las personas con las que interactuamos en nuestra cotidianeidad. Nosotros mismos somos el otro de los demás. Este bloque inicial cuenta con la participación de los integrantes que cursan el primer año de sus estudios. Agrego que, como puntualicé más arriba, el individuo solamente adviene como tal en la trama relacional de su sociedad. Todo sujeto es productor y producido, es constructor y construido. Unicamente en la vinculación con los otros hay un “yo”, y precisamente desde ese lugar emerge nuestra ética del diálogo y la convivencia. Pues, dialogar significa poder salirse del punto de vista de cada uno para procurar entender al otro; y regresar a la propia identidad después de haber hecho el esfuerzo de comprender la ajena. Pienso que es esta una condición necesaria para crear una mejor integración comunitaria.

Mesa 2. El Operador Psicosocial como Agente de Cambio. Ser un agente de cambio es ser un posibilitador de la mejora de la calidad de vida en nuestra comunidad desde la interacción. Los integrantes de segundo año participan en este bloque. Complemento estas ideas manifestando que los psicólogos sociales pueden ser verdaderos facilitadores de muchas y variadas transformaciones en este partido de Hurlingham. Con la coordinación, cooperación y colaboración psicosocial, los habitantes de esta ciudad pueden ejercer cierto control colectivo sobre su ambiente social —y también individual— con el propósito de ir solucionando algunos de los problemas que los aquejan y así lograr cambios concretos en la estructura comunal. Por ejemplo, en todas aquellas cuestiones que hacen a la vida cotidiana tales como las referidas a la educación, a la salud, al trabajo, a la vivienda, a la pobreza o situaciones precarias de existencia, a la violencia familiar, a la niñez y la adolescencia, etc.

Mesa 3. Desde el Rol del Psicólogo Social Construyamos una Comunidad Mejor. Como profesionales de la salud, el campo de trabajo de los psicólogos sociales se enmarca dentro de la comunidad. Su rol es impulsar, orientar y apoyar los procesos de sus integrantes para recuperar el protagonismo en los cambios en la propia vida y la de la sociedad. Esta mesa tiene la participación de las alumnas y los alumnos de tercer año. Reitero, entonces, que nuestra ciencia posee un marcado carácter participativo que permite involucrar a diversos actores en un contexto determinado, resguardando siempre el rol protagónico de los sectores más vulnerables de la sociedad en la búsqueda de sus propias soluciones. Los operadores psicosociales deben tener un compromiso crítico con las personas con las cuales trabajan, así como la capacidad de responsabilizarse por la tarea que están realizando. Esto a su vez supone una posición ética en cuanto al respeto del otro aceptado en su singular diversidad.

Mesa 4. Las Disciplinas Afines y las Miradas Interdisciplinarias. La realidad es altamente compleja, múltiple y contradictoria. Comprenderla, interpretarla críticamente y buscar elementos que puedan transformarla exige poner en juego diversos campos de saberes y sus respectivas herramientas. Las docentes de la escuela (de psicología social, psicodrama, mediación, programación neurolingüística, grafología, etc.) componen este panel. Muchas de las herramientas empleadas por nuestra ciencia conviven con otras disciplinas que, en el actual contexto posmoderno, constituyen un elemento compartido multidisciplinar. Siempre es útil que la labor se realice con los aportes epistemológicos que provienen de las teorías de la complejidad. El mundo, desde la perspectiva de los sistemas complejos y de las redes de interacción, es concebido como una variedad de escenarios que coexisten. Hoy nada puede definirse de modo absolutamente independiente, pues vivimos la cultura de lo diverso.

Mesa 5. Construyendo Logros desde la Psicología Social para la Comunidad. Todos somos parte de una sociedad que necesita un trabajo entrelazado si aspiramos a vivir de una forma diferente. Desde lo psicosocial operamos para articular la tarea. El bloque está integrado por docentes y coordinadores de la escuela Psicosocial Tesei. Enfatizo, pues, que nuestra disciplina está orientada a la solución de problemas y a la optimización de recursos. La psicología social trabaja con grupos organizados en pos de la salud integral de la población y que adquieren autonomía en la toma de sus propias decisiones, basados en principios tales como la participación inclusiva, la responsabilidad y el desarrollo de capacidades. Dicha salud integral hace alusión al estado de equilibrio productivo entre un sujeto y su comunidad, representada en distintos niveles como la familia, la escuela, el trabajo, el club, la congregación religiosa, la sociedad de fomento o cualquier otro lugar de reunión.

Mesa 6. La Comunidad es una Construcción que Requiere del Aporte de Todos. La actitud crítica no alcanza: querer un mundo diferente no es suficiente para transformarlo. Debe completarse con la aptitud, es decir con la capacidad adquirida para examinar reflexivamente los hechos de la realidad, extraer de ellos conclusiones pertinentes y generar acciones de cambio. En esta última mesa expondrán los profesionales uruguayos que vienen desde Montevideo, especialmente invitados a compartir esta jornada de trabajo en común. Considero que en todo proceso comunitario se deben tener en cuenta los siguientes aspectos: un profundo conocimiento y comprensión de la realidad, puntualmente desde una perspectiva global; una eficiente coordinación grupal, con una muy buena formación e información. Todos los conocimientos deben ser compartidos, para pasar de la simple queja a la acción concreta mediante una reflexión crítica, abierta y plural.

Para finalizar, apuesto decididamente para que nuestra comunidad siga siendo la protagonista de sus propios cambios y de su destino último; como así también trabajar para que los operadores psicosociales logren insertarse cada vez más con miras a promover la calidad de vida de los miembros de su sociedad. Hace ya unos cuantos años leí un texto que descomponía la palabra comunidad del siguiente modo: COMO-UNA-UNIDAD. Y creo que de eso precisamente se trata lo multidisciplinario, pues lo deseable es que la psicología social opere junto a otras ciencias afines codo a codo, en conjunto y como una unidad verdadera. Es importante comprender la importancia de construir con otros, para así poder accionar ante las múltiples complejidades que presenta esta era hipermoderna. Ojalá que el próximo año se lleve a cabo la continuación de esta Primera Jornada de Psicología Social y Disciplinas Afines, en la cual se puedan seguir celebrando logros y experiencias compartidas.

RONALDO WRIGHT
www.ronaldowright.com

miércoles, 31 de octubre de 2012

096 - Otro Voto en Favor de la Juventud

(Publicado en la revista de cultura y política La Tecl@ Eñe – Año XI Nro. 55 correspondiente al bimestre noviembre – diciembre de 2012)

OTRO VOTO EN FAVOR DE LA JUVENTUD

Decíamos en artículos anteriores, publicados en la revista digital de cultura y política “La Tecl@ Eñe”, que los jóvenes indignados del mundo vienen reclamando con cierta insistencia por democracias más participativas en sus países de pertenencia. Muy por el contrario, en la actualidad nuestros adolescentes argentinos concurren a audiencias públicas realizadas en la Cámara Alta del congreso nacional con el fin de exponer sus puntos de vista sobre la ampliación del voto a los menores de más de dieciséis años de edad. Agrupados en centros de estudiantes, en organizaciones juveniles o militando en algún partido político, la juventud asistió con entusiasmo al salón Arturo Illia y debatió en la Comisión de Asuntos Constitucionales del Senado de la Nación esta posibilidad de aumentar sus derechos ciudadanos, que consideran una legítima conquista.

En primer término, queremos destacar lo relevante que es para los adolescentes el poder reunirse detrás de un proyecto, de una causa común; que otra vez los seduzca eso de grupal que tiene la política. Como siempre, seguimos hablando de la posibilidad de lograr un verdadero cambio de época, de romper con la era del vacío y terminar con el individualismo posmoderno como única propuesta para la juventud. Basta de pibes encerrados en sus casas o en sí mismos; basta de chicos atomizados, pues se trata de decir no a la desmotivación comunitaria y social. Adolescentes de las más diversas extracciones ideológicas opinando y participando es una hermosa oportunidad para rejuvenecer la política. Significa tanto la inclusión en la vida ciudadana como así también el derecho a participar y, por qué no, incluso a equivocarse.

Todo parece encaminarse hacia la aprobación pluripartidista de la ley, pues el proyecto que habilita el voto juvenil fue recientemente aprobado por un total de cincuenta y dos senadores —con sólo dos abstenciones y tres votos en contra— pasando luego a la Cámara Baja para su correspondiente tratamiento. De mantener los diputados esta ampliación de ciudadanía, votar en las elecciones nacionales será obligatorio para los adolescentes de 16 y 17 años (tal como lo dispone el art. 37 de nuestra Constitución Nacional), aunque no serán objeto de multas en caso de que no concurran a sufragar. En síntesis, ha primado entonces el criterio de aquellos legisladores que defendieron el carácter voluntario de este derecho al voto sin la aplicación de sanción ninguna para el casi millón y medio de jóvenes que se incorporarán al padrón electoral.

En estos tiempos caracterizados por el individualismo como signo de indiferencia, por la globalizada era de la fluidez y del aburrimiento juvenil, pensamos que es este un avance en el sendero que lleva a la consolidación de los adolescentes como sujetos activos y plenos de derechos. El Estado y las instituciones deben asumir el compromiso de acompañar a los sectores juveniles de la población para introducirse cada vez más en la vida comunitaria. Estar a favor de la participación de los pibes en la política los forma como ciudadanos —no sólo como meros consumidores— ampliando la esfera democrática del país todo. Así, este proyecto de ley brinda la posibilidad de participar a los jóvenes que quieran hacerlo y otorga la libertad de no sufragar a quienes no lo deseen. Estamos claramente ante una concreta apuesta inclusiva.

Por su parte, creemos que sería de suma importancia que, de aprobarse esta ley —al parecer en el curso del presente mes de noviembre de 2012— se profundicen luego los contenidos pedagógicos referidos tanto a la instrucción cívica y democrática, como a las responsabilidades derivadas del derecho al voto. Sería más que interesante poder trabajar grupalmente en los colegios con pibes participando y cooperando entre sí, en pos de ir incorporándose con la máxima naturalidad a las ideas y convicciones políticas. Y sobre todo, aprendiendo desde temprana edad a respetar a los que piensan distinto para así generar debates serios y profundos. Toda tarea grupal es esencial y altamente enriquecedora. Concluimos diciendo que aquello que sume actores al proceso de decisiones institucionales debe ser gratamente aceptado y siempre bienvenido.

RONALDO WRIGHT
www.ronaldowright.com

sábado, 15 de septiembre de 2012

095 - Aprendizaje y Psicología Social

(Publicado en Psicología Social para Todos: tierra y escritura del hacer, sentir y pensar - Año 4 Nro. 44 de septiembre de 2012; en Centro de Estudios Sociales Argentino con fecha 27/9/2012; en La Silla del Coordinador con fecha 6/4/2013; en Otro Camino Social con fecha 11/11/2014 y en 1968 Grupalista - Biblioteca de Psicología Social Pichoniana con fecha 20/4/2015)

APRENDIZAJE Y PSICOLOGIA SOCIAL

El vocablo aprendizaje proviene de aprendiz, refiriéndose a la persona que aprende algún arte u oficio. El aprendizaje —a saber, uno de los seis vectores del cono invertido creado por Enrique Pichon-Rivière— es definido como la apropiación instrumental de la realidad para modificarla. Apropiarse es adueñarse; tomar algo e incorporarlo de modo tal que lo externo se nos haga interno. Hablamos aquí de un proceso de adquisición de saberes y de la experimentación con los mismos para obtener otros nuevos. Nuestra Psicología Social nos prepara en una didáctica que va rompiendo con todo automatismo de repetición, fundamentándose en la unidad del enseñar y aprender (enseñaje) que permita situarnos de otro modo en el mundo.

Veamos, pues, algunas ideas vinculadas con las características de este aprendizaje psicosocial que va en procura de resolver las situaciones estereotipadas y dilemáticas de la vida cotidiana. Así, Philippe Meirieu distingue entre dos conceptos en apariencia análogos: instrucción y aprendizaje. Mientras que instruir es aplicar, aprender es adquirir valores y normas. Instruir escapa a toda reflexión; aprender exige reflexionar con libertad y autonomía. La instrucción alude a un entrenamiento, a la incorporación de una mecánica donde interesan los datos y la memoria. En cambio, el aprendizaje nos conecta con estructuras de pensamiento, con la construcción de una cosmovisión totalizadora del universo. Mientras que la instrucción impone, el aprendizaje libera.

Sabemos que la Psicología Social piensa al grupo operativo de aprendizaje como un dispositivo privilegiado donde las estructuras rígidas de conducta pueden ser singular y colectivamente trabajadas. Se apuesta a una dialogicidad grupal que aparece bajo la forma de un discurso, donde la presencia del otro adviene, se reafirma y se manifiesta. La finalidad esencial es la de poder comprometerse emocionalmente con los otros en un encuentro que permita la ternura y el acogimiento del semejante. En términos del filósofo Jürgen Habermas, tal búsqueda tendería además a adquirir un conocimiento emancipatorio concreto que nos ayude a entender cómo las relaciones sociales son manipuladas y distorsionadas por los poderes hegemónicos y sus privilegios.

Ya en el siglo XVII Jan Amos Comenius, con su didáctica abocada a la educación, pregonaba que cada individuo debe ampliar los conceptos sobre cualquier tema, pues el aprendizaje es un proceso que afecta a largo plazo la vida de toda persona y produce profundos resultados éticos. El objeto es favorecer al máximo el desarrollo individual y social; y precisamente en los grupos se propicia la circulación de lo que llamamos inter-saberes. Si para algunos la pedagogía es un arte, desde lo psicosocial solemos hablar del ECRO (esquema conceptual referencial operativo) como un arte-facto para pensar, sentir y hacer. Decimos arte-facto en el sentido de hecho con arte; artesanía que posibilita enfrentar las múltiples complejidades del mundo actual.

La moderna pedagogía crítica también es una propuesta de aprendizaje que intenta una nueva manera de leer la realidad, capaz de responder a las problemáticas de este planeta hiperglobalizado. Según Henry A. Giroux, sus conceptos fundamentales son: comunicación, humanización, participación, transformación y contextualización. Se puede fácilmente advertir el íntimo nexo entre estas ideas y las formuladas por nuestra didáctica psicosocial, encaminada hacia la praxis del aprender a emprender. Si fuese cierto que los hombres se producen a sí mismos, pensamos que dicha tarea es mucho mejor abordarla de modo grupal para lograr como resultado la creación de un ser nuevo. Para Emile Durkheim, el fin último sería humanizar al hombre.

Es así que una lectura más coherente de la realidad va en procura de alcanzar la modificación de uno mismo (mundo interno), como también cambiar el mundo externo en el que interactuamos (llamado arte del timonel). Aquí la idea de lo cultural es fundamental a los fines de la comprensión de esta temática, entendiendo por cultura al conjunto de valores, ideologías y prácticas a partir de las cuales otorgamos sentido al mundo. Creemos que el enseñaje en grupo incentiva la producción de ideas y la realización de acciones concretas, logrando un acomodamiento del individuo al medio en el que le toca vivir. Es esencial estar dispuestos a aprender a aprender (deuteroaprendizaje) conforme la terminología acuñada por Gregory Bateson.

Los sujetos de tal modo agrupados podrán promover una concreta lógica democrática y participativa que les sirva como guía para la vida cotidiana, intentando además construir un espacio para la creación y el invento. El vector aprendizaje se logra por sumación de información. En determinado momento se produce un cambio cualitativo en el grupo, que se traduce en términos de resolución de ansiedades, adaptación activa a la realidad, creatividad, proyectos, etc. Para John Dewey, el aprendizaje da a cada individuo la posesión de sí mismo, la independencia y la posibilidad de adecuarse a las modificaciones del medio. El sujeto, inmerso en una dialéctica intrasistémica-intersistémica con el cosmos, no puede sino transformarlo y transformarse.

El educador Paulo Freire, uno de los máximos representantes de la pedagogía de la liberación, defiende la idea del aprendizaje como un proceso de concienciación de la condición social del individuo, que la va adquiriendo mediante el análisis reflexivo y crítico del mundo que habita. Esto mismo sucede con nuestro enseñaje psicosocial, altamente resolutivo, solidario y con un firme proyecto de favorecer al máximo el desarrollo de las personas, de los grupos y de la sociedad toda. Parafraseando a Ignacio Martín-Baró, el propósito es bucear tanto en la política del aprendizaje como en el aprendizaje de la política, de modo tal de liberar a cada sujeto brindándole una mayor autonomía y distintas posibilidades reales de elección de vida.

En conclusión, el aprendizaje grupal y crítico aquí expuesto representa un acto de habilitación en tanto ayuda a capacitarnos —como verdaderos agentes del cambio social planificado— para ir modificando las condiciones de existencia allí donde sea necesario. En términos de Peter McLaren, es propender hacia un aprendizaje dinámico y participativo que rechaza de plano la idea de una enseñanza entendida como mera fabricación uniforme de subjetividades, para que cada vez más individuos busquen ser obra de sí mismos, artífices de su destino y dueños de su propia historia. Nuestro enfoque psicosocial pretende simplemente abrir el horizonte del presente y del futuro. Tal vez no sea más que un horizonte utópico, pero a la vez posible y realizable.

MARTINA WRIGHT
RONALDO WRIGHT
www.ronaldowright.com

jueves, 30 de agosto de 2012

094 - El ENARD y Otra Mentira de Patas Cortas

(Publicado en la revista de cultura y política La Tecl@ Eñe – Año XI Nro. 54 correspondiente a septiembre – octubre de 2012)

EL ENARD Y OTRA MENTIRA DE PATAS CORTAS

A su regreso al país, el taekwondista correntino Sebastián Crismanich públicamente desmintió la falsa campaña informativa contra el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD), difundida por varios medios masivos de comunicación y que contenía duras acusaciones contrarias al gobierno central. El ganador de la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, a su vez, defendió las funciones de dicho organismo, pues la falaz noticia sostenía que debió vender su automóvil para poder competir y que tuvo que alojarse en un hotel londinense tan solo un día antes del inicio, debido a la falta de pago por parte de las autoridades argentinas. Muy por el contrario, el atleta agregó que el ENARD respondió a todas sus necesidades con un fuerte apoyo económico durante la preparación previa al torneo olímpico.

Otras declaraciones de competidores argentinos en las recientes olimpiadas se sumaron a su categórica desmentida, opinando algunos de ellos que el ENARD es lo mejor que les pudo pasar. Afortunadamente, una vez más la mentira tuvo patas cortas pero largo alcance, ya que nos permitió a muchos anoticiarnos con más detalle acerca de los objetivos de este ente nacional creado por la Ley Nº 26.573 y que inició su gestión recién a mediados del año 2010. Agreguemos entonces, a los fines de una mayor difusión, que el ENARD es una estructura no estatal de gestión mixta, en la que el Estado y la organización privada realizan una tarea conjunta en beneficio del deporte de alto rendimiento. Sus socios fundadores y coadministradores son el Comité Olímpico Argentino (COA) y la Secretaría de Deporte de la Nación.

La específica misión de este nuevo ente —sin fines de lucro y que goza además de autarquía administrativa y financiera— es dar soporte para el entrenamiento y la capacitación de los atletas de alto rendimiento. De este modo, colabora con el fin de atender y de promover las actividades relacionadas con el deporte argentino; ello con un enfoque federal, participativo y de sustentabilidad en el largo plazo. Así, articula su actividad con las federaciones deportivas nacionales y con los gobiernos provinciales y municipales. Y entre otras funciones, el ENARD asigna becas no sólo a deportistas sino también a los entrenadores y a los técnicos afectados al alto rendimiento deportivo; asegura la cobertura médico asistencial de todos ellos; y brinda apoyo económico para la organización de competencias tanto nacionales como internacionales.

Los datos precedentes, al parecer, no son hoy de interés ni objeto de sana información para algunos medios de comunicación, escudados periodísticamente detrás de una burda campaña que sigue apostando a dibujar un presente caótico. Por eso creemos que es relevante destacar que, pese a su corta existencia, el número de becados en la actualidad asciende a casi novecientos (900) deportistas de elite, casi quinientos (500) jóvenes talentos y casi trescientos (300) entrenadores y técnicos. Si bien el logro de los objetivos estratégicos de nivel nacional será el producto de un proceso sustentable a largo plazo, en el transcurso del año 2011 ya se obtuvieron 75 medallas en los Juegos Panamericanos de Guadalajara, otras 75 medallas en los Juegos Parapanamericanos y otras 22 medallas más en los Juegos Suramericanos de Playa Manta.

Finalizados estos Juegos Olímpicos 2012, nuestros pibes pudieron disfrutar (en imágenes televisivas) de los más variados deportes y atletas de muchísimas disciplinas. Enfatizamos que toda práctica deportiva para los niños y los adolescentes promueve un ocio saludable y constituye un factor de protección en relación al consumo de tabaco, alcohol y otras drogas. Ojalá se utilice en las escuelas mucha difusión deportiva ya que, hoy, el primer contacto con sustancias adictivas se produce a edades cada vez más tempranas. La idea es vincular la alta competencia con el deporte amateur, ese donde los chicos se relacionan con la fuerza de lo grupal para divertirse y pasarla bien. Concretamente, nos referimos a algo similar al programa de prevención de la salud implementado en el nivel primario escolar y llevado a cabo hace pocos años.

Aclaremos que el combate precautorio contra las adicciones es un trabajo conjunto del Estado y de la sociedad toda. Y así lo entendió la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (SEDRONAR), que en los años 2007-2008 auspició el Encuentro sobre Prevención de Adicciones, realizado en escuelas primarias y públicas de esta ciudad. Solemos decir que dicha tarea comienza en el círculo familiar, pero es en el ámbito educativo donde muchos de los problemas de los chicos afloran frecuentemente y es donde se debe impartir —desde el inicio, en el jardín de infantes— el trabajo tutelar. Es para celebrar, pues, que los organismos estatales y la gestión privada sigan realizando en comunión esta noble y saludable labor, mal que le pese a algún periodismo tendencioso y detractor.

RONALDO WRIGHT
www.ronaldowright.com

jueves, 9 de agosto de 2012

093 - Algo Sobre Pedagogía y Posmodernidad (Segunda Parte)

(Publicado en Reflexiones sobre Educación con fecha 10/8/2012 y en Centro de Estudios Sociales Argentino con fecha 15/8/2012)

ALGO SOBRE PEDAGOGIA Y POSMODERNIDAD (Parte II)

                                     Aprender es hacer algo que no se sabe
                                     para aprender a hacerlo. Julio Cortázar.

En la nota anterior (“Algo sobre Pedagogía y Posmodernidad”, del día 13 de julio del corriente año) destacábamos la importancia de trabajar, desde una perspectiva pedagógica, con jóvenes reunidos en grupos de reflexión y de acción con la finalidad de indagar acerca de la incidencia de estos tiempos posmodernos en la vida cotidiana de nuestra juventud. Una clave fundamental a esos efectos la constituye el aprendizaje grupal, entendido desde una mirada crítica que permita el aflojamiento de las certezas que se les venden a los adolescentes como si fuera el único camino posible. Formar hombres, no llenar cabezas se suele expresar, apuntando a la diferencia entre educación e instrucción, entre formación y mera información. Phillipe Meirieu nos dice que instruir escapa a toda reflexión, es simplemente aplicar; mientras que educar es transmitir normas y valores en un ámbito de libertad y autonomía. La instrucción impone y domestica, en tanto que la educación habilita y libera.

Resulta interesante destacar que al día siguiente de su publicación en estas Reflexiones sobre Educación de Miguel Angel Ricci, la nota arriba mencionada fue incluida en el blog El Mensajero bajo el significativo título de “Los Jóvenes deben Aportar”. Por ello, en lo que sigue queremos puntualizar algunos aspectos que hacen al indicado aporte a realizar por la juventud. Pues, uno de los fines de la didáctica grupal es el paulatino mejoramiento social que pueda conducir a esos jóvenes a desplegar al máximo sus potencialidades. Emmanuel Lévinas hace alusión al advenimiento de una libertad que constituya; y nosotros la pensamos como sucediendo dentro de un espacio grupal, donde los adolescentes se permitan cuestionar la influencia de las determinaciones megaglobalizadas que les vienen del mundo externo. Hablamos de una noluntad, es decir de la posibilidad de decir “no” a una ideología uniforme que sólo pretende jóvenes que vivan sin objetivos trascendentes y sin ideales propios.

Un pedagogo crítico, para sustentar hoy éticamente este proyecto de intervención grupal, tendrá que explicitar con claridad sus valores-guía para involucrar al grupo de chicos con el cual opera mediante sólidos mecanismos participativos, verdaderamente democráticos y no manipulados. Según Olivier Reboul, un aprendizaje es emancipador sólo en la medida que sus adquisiciones son transferibles; hay que desembarazarse del paradigma de la educación como fabricación y procurar el poder liberador de los aprendizajes. Pues, se trata de que sean los propios adolescentes quienes definan en comunión el rumbo de acción. Siguiendo las ideas de Paulo Freire, creemos que dentro de un proceso grupal no es lo mismo ser moldeado o fabricado que ser ayudado y contenido. Si la juventud quiere luchar para salir a flote en esta época hiperglobalizada (salpicada por un marco de velocidad, de exceso y de saturación), deberá pelear contra una concepción pedagógica autoritaria que sólo trata de domesticarla.

Si fuese cierto que la educación no cambia el mundo, sino que modifica a las personas que van a cambiar el mundo; entonces el concepto clave aquí es el compromiso crítico de los adolescentes en pos de la superación conjunta de los conflictos, problemas y dilemas que les depara la crisis de la sobremodernidad. Noam Chomsky cuestiona el modelo colonial de enseñanza, sosteniendo que hay poderosas estructuras en la sociedad que prefieren ver una juventud formateada y adoctrinada. La tarea colectiva tiende al rompimiento de semejante idea de obediencia, entendiendo al grupo como un espacio de encuentro juvenil que respete la diversidad y permita alcanzar metas en común, aunque no estrictamente idénticas ni similares. La propuesta tal vez conlleve un horizonte utópico —aunque no irrealizable— de apertura a nuevos modos de pensar, sentir y hacer con los aprendizajes, en íntima conexión con las necesidades de los pibes que deben enfrentar las inequidades de sistemas tan injustos.

Para Henry A. Giroux no existe esperanza sin un futuro al que hay que hacer, construir, dar forma. Frente a la práctica educativa tradicional postula la teoría educativa crítica. Su concepción busca convertir la tarea pedagógica en una praxis transformadora, buscando otras verdades alternativas y contrahegemónicas. Creemos que el acontecer grupal es totalmente apto para el logro de transformaciones dialécticas en nuestros adolescentes, propiciando de modo esencial la pérdida de una mirada ingenua e inocente sobre la realidad. Además, sostenemos que un joven que participa en grupos y activamente ya no volverá a ser la misma persona, pues podrá adquirir una nueva y remozada subjetividad ante sí y ante su circunstancia toda. Parafraseando a Ignacio Martín-Baró, el proyecto es bucear tanto en la política de la enseñanza como en la enseñanza de la política, de modo tal de liberar a cada joven brindándole una mayor autonomía y distintas posibilidades reales de elección de vida.

En las sucesivas reuniones en grupo, creemos que los jóvenes se van encaminando hacia una abierta y más fecunda dialogicidad, para así cambiar las relaciones de mera obediencia por vínculos de colaboración y de cooperación. No fosilizar los aprendizajes implica —usando conceptos de Jean Paul Sartre— dar fin a la idea digestiva del saber, esa cuyos contenidos petrificados simplemente circulan en una suerte de tratamiento que sólo busca engordar a los pibes, inhibiéndolos de toda posibilidad de acción, de invención y de creación. Hablamos de una pedagogía colectivamente compartida y claramente emancipatoria de ese no-lugar que la posmodernidad quiere para la juventud de hoy. Si François Marie Arouet, más conocido en lo público como Voltaire, decía: invento pasiones para ejercitarme; algo parecido tendrán que intentar los jóvenes agrupados y haciendo transitar entre ellos tanto las palabras como los deseos. En suma: para seguir ejercitando sus pasiones más íntimas y verdaderas.

MARTINA WRIGHT
RONALDO WRIGHT
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viernes, 13 de julio de 2012

092 - Algo Sobre Pedagogía y Posmodernidad

(Publicado en Reflexiones sobre Educación con fecha 13/7/2012; en El Mensajero con fecha 14/7/2012 y en Centro de Estudios Sociales Argentino con fecha 15/8/2012)

ALGO SOBRE PEDAGOGIA Y POSMODERNIDAD

                                 Cada vez que enseñes, enseña también a dudar
                                 de aquello que enseñas. José Ortega y Gasset.

En relación a la temática de la posmodernidad, queremos destacar lo enriquecedor que resulta trabajar —desde una perspectiva pedagógica— con jóvenes reunidos en grupos de reflexión y acción. Coordinando grupos de adolescentes, logramos ir proporcionándonos una especie de guía para la vida cotidiana actual, caracterizada por la liquidez y la fluidez que imperan en estos tiempos hiperglobalizados. Tal labor pedagógica consiste en apoyar dicho trabajo en grupo, a condición de que cada uno de los jóvenes tenga algo que aportar en él. Con esta metodología se intenta dar curso a un modo de hacer con los jóvenes, de manera que interactúen y se pongan al servicio de su tarea. Y una de las aristas de esta reunión grupal consiste en averiguar cómo incide la denominada era del vacío en las formas de vinculación de nuestra juventud, hoy caracterizadas por una progresiva atenuación de los lazos de convivencia.

Sabido es que a los adolescentes de esta modernidad tardía se pretende venderles una ideología uniforme, que no es otra cosa que la representación de una relación meramente imaginaria —es decir, que ocurre tan sólo en sus propias mentes— con sus condiciones reales y concretas de existencia. Si toda formación social depende del modo de producción dominante, los jóvenes agrupados en la forma que aquí propiciamos tendrán que ir recuperando la dignidad de la palabra singular y aceptar, a la vez, la diversidad de sus distintos saberes. Es posible que coincidan en que la actual hipermodernidad es una vorágine de perpetua renovación y desintegración; y logren entender que deberán esforzarse para no aceptar acríticamente las ideas hegemónicas impuestas desde lugares que no les pertenecen. Con la fuerza que brinda el fenómeno de lo grupal, no cabe duda que se van a producir importantes resultados éticos.

La pedagogía de hoy debe preocuparse por el sentido y la significación de la educación, como así también por su importancia en la construcción de sujetos de conocimiento, de trabajo, de acción y de participación. La enseñanza cultiva al joven; y por medio de la educación se va construyendo al ciudadano —y no a un mero sujeto consumidor— a través del acceso al saber para todos. El trabajo en grupos propuesto lleva implícito la intencionalidad del mejoramiento social progresivo que permita a los adolescentes desarrollar al máximo sus potencialidades. Si la posmodernidad globalizadora apunta a formar jóvenes sincrónicos, que vivan sin ideales propios y sin objetivos trascendentes, estimulando su ingenuidad y anulando todo poder creador; la lógica grupal aquí referenciada va en procura de constituir para la juventud una nueva oportunidad de tomar conciencia de la libertad de actuar de otro modo en la vida.

Son muchos y variados los temas a abordar, tales como la constante expulsión de los jóvenes de los ámbitos laborales que los dejan excluidos del sistema, caracterizado por el papel creciente de las empresas multinacionales, por la globalización de los mercados y la desregulación financiera, por la preeminencia de un marketing universal y el desarrollo de las megamarcas, por la revolución de las técnicas de la información, por el florecimiento de una producción a medida de las masas; en fin, con los mercados transnacionales imponiendo sus leyes sobre el planeta en pos de hacer de la juventud un modelo de consumidor-mundo. Los adolescentes agrupados y trabajando en conjunto podrán ir en búsqueda de un otro paradigma, con fundamento en una ética humanista que combata para derrotar a ese no-lugar impuesto y donde impera un clima de anomia que busca impedir a los jóvenes todo ordenamiento posible.

La llamada pedagogía crítica está esencialmente interesada en la comprensión de la relación entre el conocimiento y el poder. Así, consideramos que los discursos dominantes (que la juventud recibe a diario) no sólo refuerzan el status quo sino que incluso son verdaderos regímenes de verdad, pues moldean la subjetividad de cada joven y su modo de comprender el mundo. El contra discurso grupal y crítico aquí propuesto es un acto de habilitación individual y colectivo, en tanto ayude a los adolescentes a comprender y abordar la sociedad que los rodea y, además, nos permite entre todos capacitarnos para ir cambiando el orden social allí donde sea necesario. Se trata de romper con los valores y creencias dominantes; decir no a una enseñanza entendida como fabricación uniforme de subjetividad y que cada vez más adolescentes busquen ser obra de sí mismos, dueños de sus propia historia.

Desde esa pedagogía podemos hablar de un proceso de autonomización que habilite la modelación posible de este trabajo grupal en términos de apuntalamiento, montando dispositivos que permitan a los adolescentes intentar aventuras nuevas. Este proceso irá dándose de modo dialéctico y en vueltas de espiral a lo largo de la existencia de cada joven, en un ámbito de confianza mutua que intenta fortalecer el ser-para-sí de cada cual pero haciendo también sitio para el otro compañero de ruta. Digamos que el accionar del pedagogo puede ser aquí decisivo, si logra desarrollar nuevas ideas educativas —más democráticas y participativas— que ayuden a encarar los problemas del siglo XXI que recién ha comenzado, como así también si consigue instalar en esta juventud de la posmodernidad el deseo del aprendizaje en grupo, donde la presencia de los otros sea cuidada y reafirmada. El futuro próximo tiene la palabra.

MARTINA WRIGHT 
RONALDO WRIGHT
www.ronaldowright.com

viernes, 29 de junio de 2012

091 - Violencia a Mujeres por Mujeres

(Publicado en la revista de cultura y política La Tecl@ Eñe – Año XI Nro. 53 correspondiente a julio – agosto de 2012; en Psicología y Vida Cotidiana con fecha 14/7/2012 y en A.P.S.R.A. - Experiencias Psicosociales con fecha 6/1/2016)

VIOLENCIA A MUJERES POR MUJERES

                         La problemática de la violencia es una de las que
                         más atención concita en las sociedades actuales.

En nuestro país, cuando hablamos de la ley contra la violencia de género nos estamos refiriendo concretamente a la Ley Nº 26.485, promulgada en el mes de abril de 2009 y cuya específica denominación es “Ley de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en los Ambitos en que Desarrollen sus Relaciones Interpersonales”. Si bien esta normativa tiene por objeto la eliminación de la discriminación entre mujeres y varones en todos los órdenes de la vida, como así también la remoción de los patrones socioculturales que promueven la desigualdad de género y las relaciones de poder sobre las mujeres (art. 2º), a continuación queremos desarrollar algunas ideas más en tono de preguntas que de estrictas afirmaciones.

El propósito que nos anima es efectuar una lectura de la citada legislación para relacionar algunos de sus preceptos con lo que sucede en la vida cotidiana y que podría entenderse como una verdadera violencia a mujeres por mujeres. Cabe preguntar si en las peleas, agresiones, destratos y otras yerbas que vemos entre algunas participantes de los bailandos y soñandos, ¿se estará contribuyendo a promover el derecho de las mujeres a vivir una vida sin violencia? Si ellas no lo saben, así lo dispone el art. 2º inc. b) que pretende erigirse en una batalla cultural respecto de las garantías y restitución de derechos. Esas disputas televisivas llegan a niños y a niñas, influyendo obviamente en sus futuros modos de pensar, sentir y actuar.

Vemos, entonces, que en la definición que da el art. 4º de la citada norma, se entiende por violencia contra las mujeres a toda conducta, acción u omisión, que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como en el privado, basada en una relación desigual de poder, afecte la vida, libertad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial de las mujeres, como así también su seguridad personal. La ley considera violencia indirecta a toda conducta, criterio o práctica discriminatoria que ponga a la mujer en desventaja respecto del varón. Pues es de destacar, con cierta preocupación, las agresiones que algunas damas ejercen sobre sus congéneres, hecho que hoy puede apreciarse —casi todas las tardes— en varios espacios televisivos.

Según Emile Durkheim, tales hechos son parte de la cultura de una sociedad y sus miembros se educan conforme esas reglas por el simple hecho de nacer en ella. La violencia se aprende; e influye en las formas de construcción de subjetividad, por lo que el circo de la T.V. que ofrecen ciertos programas de chimentos genera modos de conciencia, además de incidir claramente en la construcción tanto del sentido común como de la opinión pública. Por eso, no es casual que el art. 10º de esta normativa haga puntual referencia a las campañas de educación y capacitación orientadas a la comunidad para informar, concientizar y prevenir la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que ellas desplieguen y desarrollen sus relaciones interpersonales.

Siguiendo tal orden de ideas, para la juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Elena Highton de Nolasco, la capacitación en género es fundamental pues es difícil erradicar totalmente algunos viejos conceptos y, para esto, hacen falta muchas campañas educativas. Nos interrogamos si lo precedentemente expuesto incluye lo que podríamos llamar capacitación de intragénero, pues el modo agresivo en que aquellas féminas se destratan entre sí dista mucho del respeto a la intimidad y a la confiabilidad que debe regir como precepto rector plasmado en el art. 7º de la ley. No ayudan tampoco a la adopción de medidas tendientes a sensibilizar a la sociedad, ni a promover valores de igualdad y deslegitimación de la violencia contra las mujeres.

Por supuesto que la violencia a mujeres por mujeres se da en casi todos los ámbitos de nuestro quehacer cotidiano, pero queremos subrayar el que se muestra con insistencia y cierta desfachatez en los medios masivos de información y entretenimiento, pues la ley de marras también hace referencia —en su art. 6º y entre otras modalidades— a la violencia mediática contra las mujeres, es decir a aquella difusión o publicación de mensajes o de imágenes estereotipadas a través de cualquier medio de comunicación que, de manera directa o indirecta, injurie, difame, discrimine, deshonre, humille o atente contra la dignidad de las mujeres. Otro interrogante es si las estrellas de nuestra televisión no estarán naturalizando la subordinación de ellas en la comunidad.

Desde hace un tiempo venimos señalando el fenómeno del femicidio y de la violencia machista que invade las noticias en muchos programas de radio y televisión. Hoy el horror de género insiste pese a las conquistas sociales y a los movimientos de liberación femeninos. Está claro que la plataforma y declaración de acción de Beijing (del año 1995) que consagró los derechos humanos de las mujeres —ratificados posteriormente por las Naciones Unidas— hizo que el tema del adelanto de la mujer entrara de lleno en el siglo XXI. Pero tal vez sea este un buen momento para que nuestras mediáticas damas comiencen a poner freno al maltrato femenino frente a las cámaras, como así también dejen la constante incitación a la agresión entre ellas.

Se trata de ir abandonando ese infantilismo cultural de no respeto ni consideración por el otro —en este caso, por las otras mujeres— a cambio de perder tan solo unos pocos puntos de raiting, premisa que bien vale incluso para quienes conducen los programas televisivos. La representante del Consejo Nacional de la Mujer, Perla Prigoshin, destacó la reglamentación sobre la violencia mediática, considerándola un área inexplorada en latinoamérica y en la que se puntualiza qué se entiende por imágenes y contenidos que vulneran la dignidad de las mujeres e incurren en violencia. Indicó, además, que las sanciones frente a este tipo de maltrato serán coordinadas con la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual, creada por la nueva ley de medios.

Para Michel Foucault, el sujeto incluye la perspectiva histórica de la sociedad en la que se encuentra incluido y allí concretamente se constituye. Las prácticas sociales engendran dominios de saber, que hacen nacer formas totalmente nuevas de individuos de conocimiento, de sentimiento y de acción. Toda vez que la constitución de una persona no está dada definitivamente, es muy fácil que los niños viendo por T.V. las aludidas descalificaciones femeninas puedan tomar ese tipo de singularidad e identidad como evidente y necesaria. Tal vez algo podamos hacer —mujeres y hombres trabajando juntos— para promover un trato más humanizado, máxime que esta ley también creó el Observatorio de la Violencia contra las Mujeres (art. 12º), que está destinado al monitoreo, recolección, registro y sistematización de datos.

Si vivimos tiempos en los que la agresión y el destrato son convidados habituales, esta norma protectoria impulsa el derecho al pleno desarrollo de la mujer (art. 6º). Digamos para concluir que estos conceptos solamente han intentado visualizar un costado de esta temática tan en boga, en pos de procurar una vida sin violencias ni discriminaciones de ningún orden y apostando siempre a que la dignidad de todas las mujeres sea respetada (art. 3º). Queremos seguir avanzando, aunque sea poco a poco pero sin pausa, hacia la culturalización de una vida social más solidaria y respetuosa en todos los ámbitos. Sabemos que no está todo dicho ante una problemática tan compleja, pues el fenómeno de la violencia de género tiene mucha tela para cortar.

RONALDO WRIGHT
www.ronaldowright.com

jueves, 7 de junio de 2012

090 - Secreto Profesional y Psicoanálisis

(Publicado en la sección "Psicoanálisis y Ley" del portal El Sigma.com con fecha 11/6/2012; en El Mensajero con fecha 14/7/2012 y en La Silla del Coordinador con fecha 5/2/2014)

SECRETO PROFESIONAL Y PSICOANALISIS

Secretum hace referencia a lo oculto, escondido, ignorado y separado del conocimiento o de la vista de los demás; cosa que cuidadosamente se tiene reservada y oculta. También se refiere al escondrijo que tienen algunos muebles para guardar dinero, papeles o documentos reservados (vgr: escritorios con secrétaire) y al mecanismo de algunas cerraduras, cuyo manejo es preciso conocer de antemano para poder abrirlas. Pues bien, cuando hablamos del secreto profesional aludimos al deber que tienen los miembros de ciertas profesiones de no ventilar ni divulgar a terceros los hechos que han conocido en el ejercicio de su profesión. En el caso concreto de los psicoanalistas, es la obligación que ellos tienen de mantener en reserva la información que han recibido de sus pacientes. Y sabemos que uno de los atractivos del secreto es su condición de enigma y de misterio. Nótese que el psicoanálisis tiende a descubrir el inconsciente, revelando arcaicos secretos para que analizante intente hacer algo con ellos.

Comencemos señalando que a principios de 2005, el Consejo de la Asociación Mundial de Psicoanálisis propuso, entre otros temas, el debate sobre el secreto profesional. Y ese mismo año se celebró en París el VII Forum de los Psi, cuyo tema convocante fue el derecho al secreto. La ética profesional y su relación con el secreto tienen su historia; y el sigilo en la profesión fue haciendo necesaria la preservación de la discreción. La cuestión de la reserva impuesta a algunas actividades proviene de la época de los romanos. Existían entonces dos modos de explicar lo relativo al secreto profesional: por un lado la conmiso, en virtud de la cual el deber de reserva se imponía debido a una convención anterior a la confidencia, lo cual convertía al acto entre confidente y receptor en una especie de pacto; y por otra parte la promiso, que suponía que primero se entregaba la confidencia y luego, inmediatamente de recibida, nacía para el depositario la obligación de no revelarla a terceros.

La intimidad de las personas es un valor jurídico y ético amparado por nuestra Constitución Nacional (arts. 18 y 19) y tiene como sustento esencial el respeto a la dignidad humana. Similar al secreto de confesión de los sacerdotes, el juramento de iniciación del médico hindú Caraza Asmita (siglo I d.C.) sostenía que las costumbres hogareñas del paciente no debían hacerse públicas. De igual modo, el psicoanalista debe a su paciente absoluto silencio en todo lo que se le haya confiado o él sepa por medio de una confidencia. El principio fundamental que rige al respecto es que toda información identificable del analizante debe ser protegida. Aquí conviene aclarar que hay dos tipos o variantes de secreto profesional: el secreto absoluto, cuya revelación no admite ninguna excepción; y el secreto relativo, que permite su revelación cuando exista una justa causa (ej.: para evitar un mal mayor) y que queda supeditada, en cierto modo, a los dictados de la propia conciencia de cada profesional.

En la actualidad las leyes consideran que la norma que regula la confidencialidad no es absoluta, toda vez que hay situaciones particulares en las cuales no es obligatorio el secreto profesional. Más arriba mencionamos la justa causa, que implica que el interés perseguido debe ser superior al que se reserva. Por ejemplo, el art. 2º de la Ley 24.417 sobre protección contra la violencia familiar, obliga a los profesionales de la salud a denunciar esos hechos cuando los damnificados fuesen menores, incapaces, ancianos o discapacitados. Por su parte, el art. 177 del Código Procesal Penal dispone la obligación de denunciar los delitos contra la vida y la integridad física que lleguen al conocimiento de los profesionales del arte de curar, salvo que esos hechos estén bajo el amparo del secreto profesional. Otra situación puntual donde el psicoanalista puede romper el aludido secreto es cuando ha sido convocado a actuar como perito —de oficio o de parte— en una causa judicial.

Cuando el analista es requerido por la Justicia a los fines de prestar declaración testimonial también queda liberado de su deber de guardar reserva, pues en estas circunstancias se le pedirá que diga toda la verdad de aquello que tenga conocimiento. De lo contrario, podría incurrir en la figura del falso testimonio sea por callar y/o negar algo verdadero o por afirmar una falsedad. Aquí el juzgador puede decretar su inmediata detención y, en su caso, remitirlo a disposición del juez competente, a quien se le enviará también el testimonio de lo actuado. En muchos casos, el psicoanalista puede ser considerado como un testigo calificado, pero aún así puede negarse a revelar información reservada suministrada por su paciente y brindada de modo confidencial. Para este específico supuesto, se cuenta con el art. 444 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación que dispone: se podrá rehusar a contestar las preguntas si no pudiere responderlas sin revelar un secreto profesional.

Recordemos otra vez que el marco legal específico para el psicoanalista médico está dado por el art. 11 de la Ley 17.132, al disponer que todo aquello que llegue a su conocimiento con motivo o en razón del ejercicio profesional, no puede darse a conocer —salvo los casos que otras leyes así lo determinen o cuando se trate de evitar un mal mayor y sin perjuicio de lo previsto en el Código Penal— sino a instituciones, sociedades, revistas o publicaciones científicas, prohibiéndose facilitarlo o utilizarlo con fines de publicidad, propaganda, lucro o beneficio personal. Y en el caso concreto del psicoanalista psicólogo rige la Ley 23.277, cuyo art. 8 inc. 4) establece la obligación de guardar el más riguroso secreto profesional sobre cualquier prescripción o acto que realice en cumplimiento de sus tareas específicas, así como de los datos o hechos que se le comunicaren en razón de su actividad profesional sobre aspectos físicos, psicológicos o ideológicos de las personas en tratamiento.

Si bien es íntimo el espacio del analizante desplegado en cada sesión, es conocido que la transmisión de la práctica de la cura psicoanalítica es compartida y discutida entre los analistas. Ello sucede en los múltiples y habituales ateneos clínicos, en los seminarios, en los carteles de analistas como así también en toda deconstrucción clínica —tal como algunos denominan a las supervisiones o análisis de control— produciéndose un pasaje a lo público siempre con el debido resguardo de la privacidad de los pacientes. Decir de lo personal de la práctica es hacerse analista de la propia experiencia frente a otros. Aquí los límites del secreto profesional son los que se impone cada psicoanalista ante sí mismo y no pueden sino estar guiados por su propia práctica que no es sin ética. Otra situación de pasaje a lo público se da en la escritura sobre casos que han hecho marca, donde también corresponde distinguir claramente lo que se puede transmitir de lo que no se puede ventilar.

La regla de la asociación libre propone que el analizante diga todo aquello que se le ocurra, sin omitir ni censurar nada. Ello conlleva a que cuente y hable de sus ocultos secretos, tanto de los sabidos como de los sepultados por la represión. Así, sesión tras sesión, se va revelando la verdad del deseo, confirmándose que lo que sucede en el diván no es sin consecuencias. Por su lado, la atención flotante —que permite al psicoanalista descubrir las conexiones inconscientes en el discurso del analizante— y el consecuente principio de abstinencia, hacen hablar a esos secretos del paciente. Es por todo lo expuesto que el derecho al secreto profesional que tiene todo consultante no es otra cosa que una firme garantía para la defensa de su intimidad. Así se entrelazan dos conceptos basales de esta disciplina: ética y secreto. Concluimos, entonces, afirmando que siempre procede, ante todo, que el profesional adopte fundamentalmente una cultura de respecto a la confidencialidad de sus analizantes.

RONALDO WRIGHT
www.ronaldowright.com

viernes, 25 de mayo de 2012

089 - Psicoanálisis y Deber de Confidencialidad

(Publicado en la sección "Psicoanálisis y Ley" del portal El Sigma.com con fecha 24/5/2012 y en La Silla del Coordinador con fecha 18/2/2014)

PSICOANALISIS Y DEBER DE CONFIDENCIALIDAD

En una nota anterior mencionamos al deber de confidencialidad como una de las obligaciones básicas que debe cumplir todo psicoanalista. Confidencial es aquello que se hace o se dice en confianza o con seguridad recíproca entre dos o más personas; al igual que confidencia se refiere a una revelación secreta o noticia reservada. En suma, estamos hablando aquí de una confianza íntima y estrecha. Digamos, entonces, que la confidencialidad es un principio ético asociado al psicoanálisis y reconocido con el fin de estimular al analizante para que hable con entera libertad de sus actividades, de sus hábitos y, en definitiva, para que diga de sus síntomas.

El método de la libre asociación es constitutivo de la técnica psicoanalítica y consiste en que el paciente pueda expresar sin discriminación todos los pensamientos que vienen a su mente, ya sea a partir de un elemento dado (vgr.: una palabra, la imagen de un sueño o cualquier otra representación), ya sea de modo espontáneo. Sigmund Freud sostiene que cuando se abandonan las representaciones-fin conscientes, el curso de las representaciones pasa a ser gobernado por representaciones-fin ocultas. Así, lo que en cada sesión analítica se diga descubrirá las posibles articulaciones de la cadena histórica del analizante y de lo no sabido de su saber.

La obligación de confidencialidad ha tenido tratamiento desde la antigüedad en las distintas legislaciones y costumbres. El juramento hipocrático expresa: guardaré secreto sobre lo que oiga y vea por razón de mi ejercicio profesional y que no sea indispensable divulgar, considerando como un deber el ser discreto en tales casos. El contenido de esa jura fue luego adaptado a los conceptos éticos y circunstancias de cada sociedad; e incluso lo actualizó la Asociación Médica Mundial en la Declaración de Ginebra de 1948 de este modo: prometo solemnemente guardar y respetar los secretos confiados a mí, incluso después de la muerte del paciente.

Para los psicoanalistas, el deber de confidencialidad se impone por la necesidad de que reine una absoluta confianza entre el profesional y quien acude a solicitar sus servicios. Máxime si, como habitualmente se dice, lo secreto es un lugar de paso, ya que tiende a ser divulgado como lo prohibido pulsa a ser transgredido. Por ende, parece prudente rodearlo de obstáculos para que ocurra lo más tarde posible. Agreguemos que dicho precepto ético no sólo obliga a callar, sino prohíbe también exhibir, entregar o facilitar el acceso a los soportes materiales (historias clínicas, documentos, registros, archivos) que contengan la información cautelada.

El derecho a la confidencialidad que tiene todo analizante es una sólida e importante garantía para la defensa de su intimidad, ese espacio propio del sujeto desplegado en cada sesión y que recrea el punto de verdad de toda realización subjetiva. De allí que nuestro Código Penal disponga, en su art. 156, que será reprimido con multa de pesos mil quinientos a pesos noventa mil e inhabilitación especial, en su caso, por seis meses a tres años, el que teniendo noticia, por razón de su estado, oficio, empleo, profesión o arte, de un secreto cuya divulgación pueda causar daño, lo revelare sin justa causa (Capítulo III: Violación de Secretos y de la Privacidad).

Agreguemos que el marco legal específico para el psicoanalista médico está dado por el art. 11 de la Ley 17.132, al disponer que todo aquello que llegue a su conocimiento con motivo o en razón del ejercicio profesional, no puede darse a conocer —salvo los casos que otras leyes así lo determinen o cuando se trate de evitar un mal mayor y sin perjuicio de lo previsto en el Código Penal— sino a instituciones, sociedades, revistas o publicaciones científicas, prohibiéndose facilitarlo o utilizarlo con fines de publicidad, propaganda, lucro o beneficio personal. El acento está puesto en la idea de ejercer el oficio conforme lineamientos que hacen a la responsabilidad profesional.

En el caso concreto del psicoanalista psicólogo rige la Ley 23.277, cuyo art. 8 inc. 4) establece la obligación de guardar el más riguroso secreto profesional sobre cualquier prescripción o acto que realice en cumplimiento de sus tareas específicas, así como de los datos o hechos que se le comunicare en razón de su actividad profesional sobre aspectos físicos, psicológicos o ideológicos de las personas en tratamiento. Es obvio que para el caso de las habituales supervisiones, análisis de control o interconsultas —tareas en que se comunica a otro profesional información y datos del paciente—, el aludido deber de confidencialidad se extiende al profesional consultado.

Otro tema a considerar es el relativo a los avances tecnológicos que imperan en estos tiempos de hipermodernidad y amenazan la intimidad personal. El auge y desarrollo de los medios masivos de comunicación imponen una mayor conciencia individual y colectiva en lo que hace a la preservación del valor de la confidencialidad en el vínculo analista-analizante. Hoy son frecuentes los programas televisivos y radiales en los que se ventila variada información profesional, pudiendo encontrarse reñidos con la ética cuando su finalidad no es educativa sino pura y simplemente recreativa. Debe regir una cultura de protección y respeto hacia las personas públicamente expuestas.

Para concluir, decía el padre del psicoanálisis: si antes se me reprochó no comunicar dato alguno sobre mis enfermos, hoy se me reprochará hacer público algo que el secreto profesional impone silenciar. Freud sabía que la publicación de sus historiales clínicos era una tarea de difícil solución, entendiendo que el profesional no sólo contrae obligaciones hacia sus pacientes como individuos, sino también un deber hacia la ciencia toda. Pues, será cuestión entonces de evaluar lo que se puede transmitir de la práctica analítica y lo que no se puede divulgar. En una próxima entrega abordaremos el instituto del secreto profesional con más detalle.

RONALDO WRIGHT
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sábado, 19 de mayo de 2012

088 - Otro Logro de Nuestra Psicología Social

(Publicado en Psicología Social para Todos: tierra y escritura del hacer, sentir y pensar — Año 4 Nro. 40 de mayo de 2012 y en A.P.S.R.A. - Asuntos Legales con fecha 8/11/2016)

OTRO LOGRO DE NUESTRA PSICOLOGIA SOCIAL

El Colegio de Psicólogos de la Provincia de Buenos Aires promovió, hace ya largo tiempo, una demanda contencioso administrativa con el propósito de que se deje sin efecto y se anule la resolución que aprueba el plan de estudios de la carrera —de nivel terciario— denominada “Formación de Operador en Psicología Social”, entendiendo que el ámbito de incumbencia profesional de dichos estudios se superpone con el título correspondiente a los egresados de la carrera universitaria de Psicología. La causa en cuestión es la Nº B. 63.995, caratulada “Colegio de Psicólogos de la Provincia de Buenos Aires c/ Provincia de Buenos Aires (Dirección General de Cultura y Educación). Coadyuvante: Escuela de Psicología Social de Castelar”. Con los votos de los doctores Hitters, Negri, Genoud y Soria la acción incoada fue rechazada.

En lo que hace a lo sustancial del planteo, se argumenta que la carrera psicosocial en cuestión genera un perjuicio no sólo a los licenciados en psicología sino a la comunidad toda, en tanto se invaden áreas de las incumbencias propias de sus colegiados universitarios y, además, se crean falsas expectativas en desmedro de los estudiantes de la carrera terciaria en psicología social, que jamás podrán ejercerla. Estos planteos no son ciertos ni exactos, ante las diferentes técnicas y metodologías de abordaje: la especificidad de los psicólogos es la terapia o psicoanálisis individual, mientras que el trabajo de los operadores psicosociales apunta a la comprensión de las problemáticas vinculares y comunicacionales en grupos, equipos e instituciones, aportando con ello a la calidad de vida y al desarrollo de la creatividad humana.

Así las cosas, el 11 de abril de 2012 el máximo Tribunal de Justicia bonaerense rechazó la demanda iniciada por el Colegio de Psicólogos de la Provincia de Buenos Aires, mediante la cual se impugnaba la aprobación de la carrera, las incumbencias y el campo profesional de los Operadores en Psicología Social. Un punto esencial del fallo sostiene que no existe un choque de incumbencias profesionales con los licenciados en psicología, ya que ambas disciplinas difieren notoriamente en el nivel académico, en el ámbito de reconocimiento y en la validez del título que se traduce en un específico campo de habilitación para ejercer la actividad de operador en psicología social. La psicología social trabaja con los grupos humanos y, en caso de advertirse algún conflicto individual, corresponde su derivación a un psicólogo.

Por su parte, la Suprema Corte de Justicia de Buenos Aires destaca que carece de relevancia el hecho de que existan algunas áreas en común entre la carrera terciaria de psicología social y la universitaria de psicología, pues lo determinante es que los egresados de una y otra tienen bien acotado el campo de ejercicio profesional por el alcance del título obtenido. Uno de los argumentos del Colegio sostenía que quienes finalizaran sus estudios psicosociales no tendrían ninguna oferta laboral que no pudiera ser cubierta por los egresados de la carrera universitaria de psicología. Dicho planteo es inexacto, ya que a partir del 1º de enero de 2008 fue incorporado al nomenclador de cargos de la administración pública provincial el correspondiente a operador en psicología social dentro del agrupamiento Personal Técnico.

Vale la pena puntualizar que a nivel nacional la situación es similar, pues el Ministerio de Cultura y Educación de la Nación aprobó oportunamente planes de estudios similares al aquí cuestionado. La Ley Federal de Educación determinó en su momento los lineamientos de la política educativa, al tiempo que normalizó la formación profesional no universitaria como parte integrante de la Educación Superior. Además, fijó como objetivo de los institutos que imparten su enseñanza el de instruir en las diferentes áreas del saber técnico y práctico de acuerdo tanto con los intereses de los alumnos como con la actual y potencial estructura ocupacional. Por ende, esta sentencia de la Suprema Corte bonaerense confirma que la provincia de Buenos Aires aprobó dentro del marco legal el plan de estudios para los operadores psicosociales.

Este nuevo logro se suma a muchos otros que la Psicología Social Argentina viene obteniendo en los últimos años. A modo de ejemplo, señalemos los siguientes avances: la ley chaqueña Nº 6.353 del año 2009 sobre el ejercicio de la profesión del Operador en Psicología Social o título equivalente; la ley mendocina Nº 8.077 sobre el ejercicio profesional de los Técnicos Superiores en Operaciones Psicosociales (reglamentada a mediados de 2010 por el decreto Nº 1.191); y el proyecto de ley ingresado en el mes de septiembre de 2010 en la honorable Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires, referido también al ejercicio profesional de los operadores psicosociales. Es de esperar que muy pronto este proyecto se convierta en ley, para así seguir celebrando este remozado y fortalecido posicionamiento institucional.

RONALDO WRIGHT
www.ronaldowright.com

martes, 8 de mayo de 2012

087 - Los Femicidios en el Código Penal

(Publicado en la revista de cultura y política La Tecl@ Eñe - Año XI Nro. 52 correspondiente a mayo - junio de 2012 y en A.P.S.R.A. - Asuntos Legales con fecha 11/12/2016)

LOS FEMICIDIOS EN EL CODIGO PENAL

En la anterior edición de “La Tecl@ Eñe” (Nº 51 de marzo – abril de 2012) abordamos una temática de actualidad, cual es el significativo incremento de los denominados feminicidios o femicidios en nuestro país. Agregamos ahora estos nuevos conceptos toda vez que, recientemente, la Cámara de Diputados de la Nación aprobó por unanimidad el proyecto que propone la reforma del art. 80 del Código Penal en sus incisos 1º y 4º; ello en un todo de acuerdo con lo previamente resuelto en el plenario de las comisiones de Familia y Legislación Penal. Y es casi un hecho que en breve los senadores sancionen esta ley que incorpora un tipo agravado de homicidio, que establece agravantes por el vínculo y descarta el uso de atenuantes cuando el hombre tenga antecedentes por violencia.

La inclusión de esta figura legal responde a un insistente reclamo de las organizaciones sociales y de derechos humanos. Así, sin utilizar la expresión femicidio, el nuevo inciso 1º dispone la pena de reclusión perpetua o prisión perpetua —pudiendo aplicarse lo normado en el art. 52— al que matare a su cónyuge, ex cónyuge o a la persona con quien mantiene o ha mantenido una relación de pareja, mediare o no convivencia. El referido art. 52 del Código Penal alude a la reclusión por tiempo indeterminado, que se impone como accesoria de la última condena cuando la reincidencia fuese múltiple en forma tal que mediaren las siguientes penas anteriores: a) cuatro penas privativas de la libertad, siendo una de ellas mayor de tres años; o b) cinco penas privativas de la libertad de tres años o menores.

Señalemos que, según la Asociación Casa del Encuentro, en el año 2010 hubo 260 femicidios, que se incrementaron a 282 en el año 2011. Desde ya, estos son los casos conocidos y/o denunciados, por lo que es dable suponer que dichos guarismos son, en la realidad, muy superiores en su número. Obviamente que el proyecto de ley ha tenido en cuenta tales datos, siendo entonces trascendente que, de ahora en más, pueda definirse al femicidio como un crimen hacia una mujer cuando el hecho es perpetrado por un hombre —ya sea marido, concubino, novio o amante— y medie violencia de género. Corresponde aclarar, además, que el inciso 4º incorpora como causales las siguientes: placer, codicia, odio racial, religioso, de género o la orientación sexual, identidad de género o su expresión.

La normativa en cuestión prevé, además, la pena de reclusión perpetua en los denominados femicidios vinculados, para nombrar a aquellos homicidios que se cometen con el propósito de causar sufrimiento o daño psicológico a una pareja con quien se mantiene un vínculo o, en su caso, a una ex pareja con quien se ha tenido una relación, con o sin convivencia. Aquí estamos hablando de las múltiples agresiones perpetradas a los seres queridos de la pareja, tanto descendientes (hijos e hijas), ascendientes (padre o madre) y colaterales. En todos estos casos, el asesinato de un familiar también se considera un agravante de la pena, pues la finalidad sigue siendo la disminución —y la ulterior erradicación— de este flagelo de violencia que tiene sus raíces en causas culturales, sociales y económicas.

No es un dato menor que esta iniciativa sea la síntesis de unos quince proyectos impulsados por diputados de diferentes bloques, como así también que obtuviese un total de 203 votos afirmativos, una sola abstención y ningún voto en contra. Todas las medidas que tiendan a disminuir la violencia de género son necesarias, por lo que es fundamental establecer un adecuado sistema de monitoreo en lo que hace al nivel de agresión contra las mujeres. En consonancia con lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia de la Nación decidió crear, en el año 2008, la Oficina de Violencia Doméstica cuyo último informe señala que, en los pasados dos años, las denuncias crecieron un cuarenta y tres por ciento (43%). Cada año se atienden alrededor de siete mil casos sólo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Además, hubo legisladores —tanto de la bancada oficialista como de la oposición— que reclamaron fondos para implementar el Plan Integral para la Erradicación de la Violencia de Género. Uno de sus fines es asegurar el funcionamiento y el diseño de un sistema de protección que garantice el cuidado y la restitución de los derechos de las víctimas de violencia de género, avanzando de tal modo contra una cultura patriarcal de larga data en nuestro país. Así, la idea central es aportar en la transformación y el cambio del imaginario social a través de procesos de sensibilización que muestren la discriminación como sustento de relaciones desiguales entre mujeres y hombres. Para ello se requieren servicios articulados de protección, salud y educación; a la par de presupuestos estables, permanentes y oportunos.

Cabe pensar que el reconocimiento de una figura autónoma adecuadamente definida —tal el caso del femicidio— con parámetros de investigación y tratamiento concretos, conduzca a hacer visible este tipo de violencia machista, como así también al paulatino logro de una menor impunidad para quienes maten a una mujer por su condición de tal o ejecuten crímenes por razones homofóbicas. Esperamos que pronto se convierta en ley esta modificación al libro segundo del Código Penal Argentino —en su capítulo dedicado a los delitos contra la vida— toda vez que la muerte de una mujer por ser mujer es una cuestión pública que debe ser solucionada por el Estado. Creemos, a su vez, que esta reforma va a permitir hacer estadísticas con casos concretos y también diseñar las correctas políticas de prevención.

RONALDO WRIGHT
www.ronaldowright.com

viernes, 23 de marzo de 2012

086 - Psicología Social y Mediación

(Publicado en Psicología Social para Todos: tierra y escritura del hacer, sentir y pensar — Año 4 Nro. 38 de marzo de 2012 ; en Centro de Estudios Sociales Argentino con fecha 24/3/2012; en Reflexiones sobre Educación con fecha 2/4/2012 y en La Silla del Coordinador con fecha 18/3/2013)

PSICOLOGIA SOCIAL Y MEDIACION

Enrique Pichon-Rivière sostenía que las ciencias humanas conciernen a un único objeto: el hombre-en-situación susceptible de un abordaje multi o pluridimensional. En consecuencia, postulaba su conocida epistemología convergente a los fines de una mejor indagación-acción de la realidad, entendiendo que los operadores psicosociales se hallan habilitados para actuar en cualquier ámbito donde se produzcan procesos de interacción humana, tanto en el terreno grupal como en el institucional e incluso en el comunitario. Toda vez que creemos que son muchas las enseñanzas provenientes de la mediación que convergen en los cauces de nuestra psicología social argentina —y viceversa—, a continuación intentaremos destacar algunos aspectos que nos parecen útiles para el mejor desempeño profesional y en el que confluyen ambas disciplinas.

Para comenzar, digamos que la mediación es un proceso no adversarial de resolución de conflictos, en el cual un tercero neutral —mediante el empleo de técnicas concretas y específicas— procura ayudar a las partes a visualizar su problema y a negociar para que arriben voluntariamente a un resultado mutuamente aceptable. El mediador, al igual que el operador psicosocial, ayuda a lograr un acuerdo utilizando para ello la comunicación, la cooperación, la telé y la creatividad, en un espacio o dispositivo no terapéutico. Ana M. Bernasconi entiende que la mediación implica un hacer; y en nuestra psicología social siempre nos estamos refiriendo a un hacer, sentir y pensar en toda intervención operativa. Todo proceso de esclarecimiento tiende a romper aquellas situaciones dilemáticas que impiden la posibilidad de conciliación o cambio.

Los psicólogos sociales intentan convertir los dilemas —encerrados en sí mismos y por ello mismo, estériles— en simples problemas o situaciones dialécticas, donde a través del interjuego entre las partes en conflicto se pueda manejar aquello dilemático inicial hasta convertirlo en una forma de solución. El mediador también es un co-pensor, que tiende a una autocomposición de los conflictos, confiando en la propia capacidad de las partes para romper sus estereotipias y encontrar los mejores resultados. La mediación apunta a que sean los mismos interesados quienes indiquen los caminos para solucionar sus diferencias, tomando sus propias decisiones de modo autónomo y voluntariamente. La idea es que, así como juntos han entrado y contribuido a crear el conflicto que los une, así también deberán salir juntos de él y resolverlo.

Albert Einstein creía que no podemos resolver nuestros problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos. Si buscamos resultados distintos, no hagamos siempre lo mismo. Las personas que van a una mediación deben saber que han de trabajar juntas, hablando y escuchándose, como así también analizando alternativas y procurando las mejores fórmulas en pos de obtener un alto grado de satisfacción de sus intereses y necesidades. Necesidad-satisfacción es una de las contradicciones con las que los psicólogos sociales suelen operar en su actividad cotidiana. Si bien es útil que el perfil del mediador sea bajo, se lo piensa como un capitán en la tormenta. Significativamente, también suele identificarse al operador psicosocial como un piloto de tormentas en la búsqueda de una trabajo colaborativo y con miras al futuro.

Antes nos referimos a la neutralidad; pues una mediación es una negociación asistida por un tercero neutral. Y decimos que es un tercero porque es ajeno al conflicto, ya que no tiene un interés propio en lo que hace a cómo se va a arribar a una solución. Rubén A. Calcaterra enriquece este concepto con las ideas de imparcialidad, o capacidad de no favorecer a ninguna de las partes en disputa; y de equidistancia, o simetría entre el mediador y cada uno de los sujetos intervinientes. En términos psicosociales, se destaca la importancia de lograr una objetividad creciente en la labor profesional, conociendo de antemano que la neutralidad absoluta es llanamente imposible para cualquier individuo. De allí la relevancia de dar igualdad de oportunidades a las partes, sea para expresarse y hablar, sea para ser escuchado.

Otro aspecto sobresaliente en toda mediación es la confidencialidad que debe reinar en la misma. Implica una doble obligación del mediador, pues tiene un deber hacia cada uno de los intervinientes en el conflicto y, también, un deber hacia los terceros. No puede revelar públicamente nada de lo sucedido o conversado en la mediación; y nada de lo acontecido en las sesiones privadas —caucus— puede ser trasmitido a la otra parte, salvo expresa autorización. Igual obligación recae sobre cada participante, cualquiera sea el carácter en que haya asistido: vgr. requirente, requerido, letrado, acompañante, asistente, observador, etc. Todas y cada una de estas consideraciones son perfectamente aplicables a los psicólogos sociales en su tarea operativa, en la cual rigen ciertas reglas básicas que hacen a la discreción, la abstinencia y la restitución.

Para finalizar, creemos que tanto en el terreno de la mediación como en el de la psicología social es fundamental que los protagonistas sepan y sientan que tienen siempre —y en cada momento— la libertad de quedarse a negociar su diferendo o de levantarse e irse. Ambos dispositivos están basados en el diálogo, la comunicación, el respeto, la cooperación y el consenso para la convivencia, máxime cuando se trata de situaciones y de sujetos que por distintas causas deban continuar manteniendo un vínculo en el futuro. La idea central es preservar siempre la autodeterminación de las partes quienes, a partir de opciones y propuestas sugeridas por ellos o por los profesionales intervinientes, logran convenios que tienen el alcance de acuerdos privados. El trabajo y el pensamiento están centrados en el futuro, no en el pasado.

SOLANGE V. KAPLUN
RONALDO WRIGHT
www.ronaldowright.com

viernes, 3 de febrero de 2012

085 - Feminicidios y Televisión

(Publicado en la revista de cultura y política La Tecl@ Eñe - Año XI Nro. 51 correspondiente a marzo - abril de 2012 y en Centro de Estudios Sociales Argentino con fecha 7/3/2012)

FEMINICIDIOS Y TELEVISION

La violencia engendra violencia, como se sabe; pero también engendra ganancias para la industria de la violencia, que la vende como espectáculo y la convierte en objeto de consumo. EDUARDO GALEANO.

La noticia televisiva reza: Mata a su mujer y trata de suicidarse. Un hombre asesinó a golpes a su compañera tras una discusión e intentó suicidarse degollándose en una vivienda de la localidad de Villa Trujuy, partido de Moreno. Parece que se nos está haciendo acostumbramiento y habitus ver por la pantalla de nuestros televisores información relacionada con alguna mujer agredida por su pareja.

Recordemos algunos casos emblemáticos. La joven Wanda Taddei fue rociada con alcohol y prendido fuego su cuerpo luego de una fuerte discusión con su esposo Eduardo Vázquez, el baterista del grupo Callejeros. Susana Romero, después de una aparente discusión con Diego A. Herrera, terminó su corta vida asesinada y enterrada en el jardín del taller donde él trabajaba en San Miguel (Bs. As.).

Sin llegar a la gravedad de la muerte, pero sí en el marco de una feroz violencia de género, destacamos también el caso de Ana Carolina Morales. Embarazada de seis meses, fue hospitalizada con motivo de sufrir severas quemaduras. El acusado no es otro que su pareja, Marcelo F. Lucero, ex director del INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo) de La Rioja.

Y últimamente gana todos los titulares informativos el crimen de la maestra Silvia Prigent. Al respecto, el Observatorio de Femicidios en Argentina de la Sociedad Civil “Adriana Marisel Zambrano” viene haciendo un prolijo y detallado seguimiento de los muchos casos encuadrados como violencia de género, los que ascienden a 231 en el año 2009, a 260 en el año 2010 y a 282 en el pasado año 2011.

Señalemos, para continuar, que la Convención de Belem do Pará dispone que toda mujer tiene el derecho a vivir una vida libre de violencia —tanto en la esfera pública como en la privada— como así también a tener acceso a una justicia efectiva para proteger este derecho humano fundamental. Y apunta a la responsabilidad de los Estados cuando fallen en la prevención y persecución de estos delitos.

Así, a fines del año 2009, la Corte Interamericana de Derechos Humanos pronunció una sentencia ejemplar al examinar el caso de varias jóvenes mexicanas asesinadas en Ciudad Juárez. Condenó al país, México, por considerarle responsable de violentar los derechos a la vida, a la integridad y a la libertad personal, así como culpable también de no investigar adecuadamente tales femicidios.

No sólo estamos en presencia de un femicidio, neologismo proveniente del vocablo inglés femicide, cuando se refiere puntualmente al homicidio de mujeres por razones de género. También el fenómeno incluye a las víctimas colaterales que mueren al intentar impedir la agresión, o quedan en la línea de fuego o son asesinadas con el objeto de castigar a la mujer a quien se considera de su propiedad.

Mientras aumentan las noticias sobre los feminicidios y nuestra sociedad parece naturalizar la violencia sexista, señalo que no debemos olvidar que nuestros vínculos siempre son a cuatro vías: amamos y nos aman, y odiamos y nos odian. Así, estamos constituidos por tal ambivalencia (del latín ambo = los dos), que es la simultaneidad de lo bueno y lo malo reunidos en una misma persona.

Este proceder esquizoide es normal en las primeras etapas de vida de los cachorros humanos, pero luego la maduración y el desarrollo nos van permitiendo un cierto grado de integración de ambos polos, lo que entendemos como aceptación de la ambivalencia. De allí que hablamos de vínculos de amorodio o de relaciones de odioamoramiento. Y mucha literatura clásica nos respalda.

No en vano hacemos mención a estar locos de amor, lo que desde ya conlleva a que dicha sinrazón lo sea también de intenso odio. Pero poco de esto aparece a la luz en nuestras pantallas televisivas, pese a que se han puesto de moda varios programas que dedican horas a esta temática y compiten fuertemente entre ellos en idéntica franja horaria. ¿Sabrán que hay público para lo macabro?

Me pregunto si tanta exposición ayuda a prevenir los femicidios —término usado por primera vez en 1976 en un Tribunal Internacional de Crímenes contra Mujeres— o si sólo se trata de la exaltación pública de la muerte. Si la idea es hablar del tema para desnaturalizar ese círculo de violencia, o si estamos simplemente ante meros adictos a la muerte que tan sólo convierten la tragedia en espectáculo.

Las luces de la pantalla de la T.V. nos tantaliza como televidentes y también como personas. Nos transforma en uno de tantos, y perdemos así toda capacidad de pensar y de sentir lo cotidiano. Se nos van haciendo costumbre las víctimas baleadas, quemadas, apuñaladas, asfixiadas y degolladas. ¿Acaso ese periodismo se refiere al amor o hace una simple mostración de sus costados más destructivos?

La expresión más cruenta de la violencia de género es obviamente un problema de la convivencia amorodiosa entre los géneros. El Leviatán decía que no estamos unidos por lo bueno, o lo cariñoso o lo generoso que somos, sino por lo temibles. Pues, algo deberemos hacer para derrumbar esa sentenciosa idea de que el hombre es como un lobo para el hombre (o en este caso, para su mujer).

Lamentablemente muchas son las formas de agresión que están presentes y toleradas en nuestra vida social, incluso desde las luminosas pantallas televisivas. Pero también cada vez son más los lugares donde se puede buscar —y encontrar— protección ante cualquier tipo de violencia familiar. Ejemplo de ello es la línea 137 o el Programa Las Víctimas contra las Violencias, entre tantos otros.

Pues, en la puja entre la mera exhibición televisiva del último y más reciente feminicidio —mejor si es más escabroso que el de la semana anterior— y el trabajo arduo y cotidiano de las muchas entidades dedicadas a poner fin a este flagelo, abogo una vez más porque este año 2012 recién iniciado no nos sorprenda de nuevo con nuestro entendimiento perforado por un balazo certero.

RONALDO WRIGHT
www.ronaldowright.com

martes, 24 de enero de 2012

084 - Breve Cuestionario Sobre Carl Gustav Jung

(Publicado en Psicosocial Tesei Magazine – Nro. 4 de enero de 2012)

BREVE CUESTIONARIO SOBRE CARL GUSTAV JUNG

A fines del año 2011 la revista Psicosocial Tesei Magazine me hizo una breve entrevista a través de Mónica Isabel Guillini —alumna del último año de psicología social—, quien me formuló las siguientes preguntas relacionadas con la obra de Carl Gustav Jung. Este médico psiquiatra y ensayista que centró su prolífico trabajo en la práctica clínica, aunque también incursionó en otros campos de las humanidades tales como el estudio comparativo de las religiones, la filosofía, la sociología y la psicología, la literatura y la crítica del arte.

PTM: Carl G. Jung tuvo mucha influencia en nuestro tiempo en todas las áreas. Como psicólogo social, ¿qué franja cree que nos iluminó socialmente?
RW: No es mucho lo que conozco acerca de las ideas de Carl Gustav Jung, ya que no es estudiado a fondo en las escuelas de psicología social que he frecuentado. La teoría de Pichon Rivière lo menciona generalmente en su primera etapa, cuando Sigmund Freud era su maestro y antes de la ruptura que se produjera entre ellos. Fue así que luego Jung fundó su propia escuela de psicología analítica y desarrolló sus teorías en una extensa obra, siendo la más conocida la que trata del inconsciente colectivo como fundamento de la imaginación común de todos los pueblos; y que se manifiesta en las religiones, los mitos, la alquimia, las doctrinas esotéricas, entre otras.

Por suerte, la institución Psicosocial Tesei Asociación Civil (cuya dirección está a cargo de Carla Gabriela Inzaurralde) introdujo en el programa del corriente año 2011 el análisis de la obra de este pensador suizo (1875-1961), que creía en la existencia de un fondo común universal, productor de arquetipos, símbolos e imágenes independientes del tiempo y del espacio. De ahí, entiendo, su vinculación con la psiquis y lo social.

PTM: ¿Cuáles son los mencionados arquetipos jungianos?
RW: Los arquetipos son formas de representación simbólica, en el inconsciente colectivo, de una experiencia arcaica o de una imagen ancestral del género humano todo. Es por ello que es difícil poder encerrarlos en un número o cantidad específica, pero sí puedo mencionar arquetipos como el del padre (la autoridad, la protección), el de la madre (el cuidado, la reproducción), el del hijo (la continuidad, el abandono), el del héroe (la superación, la caída, el retorno) y así siguiendo.

Jung propuso una suerte de clasificación bajo la categoría genérica de arquetipos fundamentales, referidos a las circunstancias vitales más diversas entre las que podemos citar: el nacimiento, la muerte, el renacimiento, la madre tierra, el sabio, el demonio, el niño, el anima y el animus, etc. Estos arquetipos no son unidades cerradas y autónomas, sino que pueden presentarse como diversas combinaciones: vgr.: el héroe-sabio o el dios-destructor.

Los cuentos, las leyendas, el folklore, el arte popular constituyen esquemas motores situados en el origen de creencias y actitudes de alcance universal. Nuestros sueños, fantasías, delirios, etc. muestran la recurrencia de los arquetipos modeladores del sujeto como eje axial de la personalidad.

PTM: Si nos referimos a la interpretación de los sueños, ¿podría pensarse en una analogía entre Freud y Jung?
RW: Considero que, en una primera etapa, fue la interpretación de los sueños un importante aspecto que los unió. Freud, en 1899, fue el primero en encarar el desarrollo de un método científico para su interpretación y en el cual los sueños constituyen la realización de deseos. Para él, todo lo que hallamos en el inconsciente fue antes consciente y reprimido. En cambio, para Jung el inconsciente incluye distintos tipos de contenidos: a) el que alguna vez fue consciente y luego reprimido; b) las percepciones subliminales o reminiscencias demasiado carentes de importancia como para que se las recuerde (el preconsciente freudiano); y c) un contenido que surge de manera independiente del inconsciente colectivo, estrato común a todos los seres humanos que brinda las fuerzas creadoras y curativas que tan importantes son para una existencia dotada de sentido.

La teoría de Sigmund Freud es más conocida que la de Carl G. Jung probablemente porque —al estar más difundida— parece más fácil de entender; y porque los escritos de Jung sobre los sueños se encuentran dispersos entre sus muchos trabajos, sin una mayor sistematización. Por otra parte, Jung se expresaba muchas veces de modo poético y, de esa forma, el lenguaje que utilizaba hizo que algunas de sus ideas parecieran oscuras. Pero cuando los sueños se interpretan como constructivos, pueden ayudar al sujeto a entrever posibilidades de crecimiento personal en vez de limitarse a examinar el pasado, es decir, allí de donde surgen sus problemas y conflictos.

PTM: ¿Qué le resonó sobre la teoría de Jung referente a la muerte?
RW: Pienso que en el inconsciente freudiano no hay mucho más que sexo y muerte. Eros y thanatos. En su última teoría de las pulsiones, utiliza el término eros para designar el conjunto de las pulsiones de vida en oposición a las pulsiones de muerte. Ambas están presentes en forma combinada a lo largo de toda la vida. Cuando eros predomina se produce la fusión instintiva sexual; el predominio de thanatos produce, en cambio, la fusión instintiva agresiva.

No es mucho lo que conozco sobre la teoría de Jung referente a la muerte salvo que, desde sus estudios sobre la alquimia y diversos sistemas espirituales, argumentó que los procesos arquetípicos tales como la muerte y la resurrección eran parte del simbolismo transpersonal del inconsciente colectivo y podía utilizarse en la tarea de integración psicológica. Entiendo que habló también de resurrección o apocatástasis: operación de restauración y resucitación divina. Todo ello con motivo de sus muchas investigaciones sobre las doctrinas esotéricas, como así también sobre el estudio de las religiones al que Jung dedicó gran parte de su vida.

PTM: ¿La teoría de Jung tiene nexo con la metafísica, cuando se refiere al inconsciente colectivo?
RW: Jung fue un pionero de la psicología profunda y uno de los estudiosos de esta disciplina más leídos en el siglo XX. Su abordaje teórico y clínico enfatizó la conexión funcional entre la estructura de la psique y la de sus productos, es decir, sus manifestaciones culturales. La idea de inconsciente colectivo designa aquella parte de la psique que conserva y transmite la herencia común de la humanidad. Para Jung, el inconsciente se organiza a partir de dos estratos: el personal o subjetivo; y un segundo estrato más profundo y de carácter innato, al que denomina inconsciente colectivo.

Probablemente sea este segundo estrato o nivel el que pueda vincularse con la metafísica por vos aludida, pues no se constituye por vía de la experiencia sino que se comporta como un verdadero reservorio de imágenes latentes. El sujeto humano hereda estas imágenes del pasado ancestral y conforman el sustrato que nutre luego a las distintas representaciones simbólicas. Por ejemplo, el temor que suscita un reptil, la oscuridad, la soledad, el encierro, etc. Si la metafísica es una rama de la filosofía que estudia los aspectos de la realidad que son inaccesibles a la investigación científica, creo que se puede hablar de nexo entre aquélla y gran parte de la obra de Jung.

PTM: En psicoanálisis, ¿cómo Jung levantó vuelo para ponerse a la altura de Freud?
RW: Carl Gustav Jung se aparta de lo que específicamente llamamos psicoanálisis y, como antes dije, él funda una nueva corriente: la psicología analítica. Cabe mencionar que la obra de Jung es tan extensa como la de Freud y predomina en países tales como los Estados Unidos de Norteamérica. En nuestro territorio han tenido preponderancia las escuelas inglesa (Melanie Klein, Donald Winnicott) y francesa (fundamentalmente Jacques Lacan). De todos modos, existen en la Argentina algunos centros de estudios de psicología social junguiana. No olvidemos que la epistemología convergente de Enrique Pichon Rivière trata, ni más ni menos, que de la integración de las más variadas disciplinas y diversos saberes.

Aprovecho esta ocasión para agradecer lo mucho que he aprendido de las clases teóricas que pude leer dictadas por Mariela González, Pablo Matteuci, Marcela Siécola, Jorge Castagna, Mónica Eckert y Romina Caputo. Como siempre, la diversidad de sus puntos de vista y opiniones fue absolutamente enriquecedora para mí.

Finalmente, quiero también darle las gracias a Mónica Isabel Guillini por llevar adelante la publicación de esta revista representativa de Psicosocial Tesei Asociación Civil, como así también desearles a todos sus miembros (directores, profesores, coordinadores, observadores y alumnos) unas muy felices fiestas y todo lo mejor para el año venidero. ¡Hasta la próxima!

RONALDO WRIGHT
www.ronaldowright.com