lunes, 4 de agosto de 2014

118 - Jóvenes Trabajando por los Jóvenes

(Publicado en la revista de cultura y política La Tecl@ Eñe - Año XIII Nro. 64 correspondiente al bimestre agosto - septiembre de 2014)

JOVENES TRABAJANDO POR LOS JOVENES

                      Todos tenemos un papel que desempeñar para
                      proteger a la juventud del abuso de las drogas.
                                                                                                                                             
Continuando con nuestro artículo Recuperar Inclusión para Niños y Jóvenes, publicado en la edición anterior de “La Tecl@ Eñe”, digamos que el pasado jueves 26 de junio se conmemoró el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, dispuesto por la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 1987. Dicha fecha nos recuerda el objetivo pactado por los Estados miembros en cuanto a la promoción de una sociedad global en la que no se usen las drogas de modo ilícito.

La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) publica cada año el Informe Mundial sobre las Drogas, seleccionando un tema para el Día Internacional aludido. A su vez, lanza una campaña con el objetivo de sensibilizar a la opinión en general acerca del flagelo mundial de la drogadicción, que tiene como fin movilizar el apoyo público y motivar —a través de sus redes y contactos— tanto a los individuos como a las entidades sin fines de lucro a accionar contra el abuso de narcóticos.

Y decíamos en aquella anterior nota que esa ayuda y esa colaboración ya se estaba comenzando a organizar desde las mesas de trabajo conocidas como Jóvenes por los Jóvenes, toda vez que es esencial la promoción y el apoyo de la juventud. Pues así sucedió: los jóvenes militantes del PRO, de La Cámpora y Los Irrompibles de la Unión Cívica Radical presentaron —a mediados del mes de mayo— la Mesa de Juventudes Políticas, dando a conocer su documento fundacional y un cronograma de trabajo.

El acto inaugural se llevó a cabo en el Cabildo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires —de alto valor simbólico como sitio de deliberación y de democracia— y contó con la participación de la ministra de Desarrollo Social porteña y de los titulares de la Red Solidaria y de la SEDRONAR. A partir de un nuevo paradigma y como primera acción conjunta acordaron intervenir en lo que hace al flagelo de las adicciones a las drogas, mirando de frente los problemas sociales y tratando de transformar esa realidad.

Nuestros chicos también pueden cooperar en las 60 Casas Educativas Terapéuticas (CET), brindando acogimiento y contención a otros pibes con el propósito de mitigar el consumo de estupefacientes. O incluso pueden hacerlo en los 150 Centros Preventivos Locales de Adicciones (CePLA), esos ámbitos de ayuda en los que se realizan diversas labores de formación, de concientización y de recreación. Ambos dispositivos intentan generar herramientas más aptas para el logro de un futuro mejor para la juventud.

A estas buenas noticias se suman las de los foros de prevención en adicciones, espacios de formación y de intercambio de experiencias en el trabajo con el consumo de drogas y de sustancias psicoactivas. Su objetivo es brindar instrumentos a la comunidad para la realización de un diagnóstico territorial, teniendo para ello en cuenta ya sea los factores de riesgo como los de protección que definen el grado de fragilidad social. Y tienen el fin de sensibilizar a todos los miembros de la sociedad sobre este real azote.

Esos encuentros se realizan —durante todo el año— a modo de talleres participativos en las distintas ciudades, municipios y barrios del país. También ahí pueden asistir los adolescentes con ganas de comprometerse y colaborar con sus pares que sufren serios conflictos con los narcóticos. La tarea en adicciones es de cada día y requiere de todos mucho esfuerzo, dedicación y contención. Aunque cabe señalar que ya hay miles de pibes trabajando por los otros, metiéndose bien a fondo donde están los problemas.

Obviamente, esta delicada labor debe estar a cargo de profesionales de la salud. Los citados encuentros pueden ser coordinados por psicólogos sociales con la técnica de los grupos operativos. Y teniendo en claro que el joven adicto es un sujeto de derechos que se siente excluido de la sociedad, hay que arduamente trabajar en la inclusión ya que las drogas rompen todos los vínculos. Se trata de resaltar la toma de conciencia de que la drogadependencia no es una cuestión de salud mental, sino de SALUD SOCIAL.

RONALDO WRIGHT
www.ronaldowright.com

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