miércoles, 2 de marzo de 2011

075 - Y Otra Vez Apareció el Enano

(Publicado en la revista de cultura y política La Tecl@ Eñe – Año X Nro. 45 correspondiente a marzo – abril de 2011)

Y OTRA VEZ APARECIO EL ENANO

Conrado Yasenza, director periodístico de La Tecl@ Eñe, me comenta esta vez sobre su preocupación ante los graves acontecimientos ocurridos en el Parque Indoamericano y sus alrededores. La cobertura mediática de las grandes empresas de comunicación concentradas ha mostrado hasta el hartazgo a miles de familias excluidas de las necesidades básicas elementales y que no tienen adónde vivir. Y junto a este cuadro, algunas voces en la pantalla chica han caracterizado a esas personas con el mote de villeros, vagos, negros de mierda, que tienen hijos a granel a los que luego utilizan para legitimar sus reclamos. Además, pudimos observar el conflicto desatado entre los muy pobres y los no tan pobres, dos sectores que chocan fuertemente con la distinta concepción de las clases media y alta de nuestra sociedad.

Esa tajante división entre los vecinos del barrio y los okupas ilegales fue lamentablemente exacerbada por las declaraciones públicas de varios funcionarios del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, tan cargadas de xenofobia para referirse a nuestros hermanos peruanos, paraguayos y bolivianos. No sólo fueron considerados como inmigrantes de baja calidad y tratados de indeseables, sino que siguen floreciendo en estas Fiestas de Fin de Año todas las discriminaciones y prejuicios que podamos imaginar. El enano macri-fascista que muchos alojan en lo más íntimo de sus corazones ha mostrado nuevamente su fea cara en estos días de festejo ante la inminente llegada del Señor. Otra vez se ha evidenciado con un cierto horror que los paraguas, los perucas y los bolitas son poca cosa, casi menos que nada.

Mucho se ha hablado y escrito acerca de estos luctuosos hechos. Yo simplemente quiero agregar unas pocas consideraciones, pues surgió de pronto en mi mente y en mi sentir nada menos que la inmensa figura de Claude Lévi-Strauss, recientemente fallecido a la edad de cien años. El más grande antropólogo cultural de nuestra época hablaba de dos estrategias para enfrentar la otredad de los demás: la antropoémica y la antropofágica. La primera consistía en vomitar expulsando a los que consideramos ajenos y extraños, ya sea con la cárcel, la deportación o incluso con el asesinato (algo así como no ahorrar sangre de Juan Castañeda Quispe, Rosemarie Puja o Bernardino Salgueiro); mientras que la segunda estrategia procuraba ingerir cuerpos y espíritus extraños para, de tal modo, no diferenciarlos de nosotros.

Podríamos pensar que la Constitución Nacional del año 1853 reservó muchos lugares fágicos para los inmigrantes europeos, ya que uno de los propósitos al fomentar su arribo a estas tierras era ingerir de ellos los supuestos mejores aspectos de la especie humana: socio-culturales y espirituales. Todo lo contrario, la constitución no escrita del enano macri-fascismo pretende ofrecer a los hermanos latinoamericanos no sólo espacios vacíos sino también no-lugares, proponiéndoles la más simple y fácil de las soluciones: que se vayan… ¡¡¡y si es lo antes posible, mejor!!! La estrategia émica es expulsarlos, excluyéndolos para que no ocupen estas benditas tierras; se los vomita y se los discrimina pues, al parecer, no forman parte de todos los hombres y mujeres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino.

Cierro, entonces, estas breves líneas con un deseo: que las precarias condiciones económicas, sociales y culturales —todavía existentes— no sean mal utilizadas tanto por los grandes medios de comunicación como por algunos funcionarios locales (no de baja calidad sino de escasa estatura, o enanos), como para hacernos creer que algunos seres humanos somos más desechables que otros. Por su lado, las masivas expulsiones denominadas operativos de limpieza deberían aún hoy causarnos honda indignación y repudio. Anhelo que el encuentro con los hermanos que vienen de los países limítrofes no sea un simple acontecimiento sin pasado y sin futuro, sino que en el curso de los años venideros podamos seguir construyendo eso que alguna vez se dio en llamar la Patria Grande. ¡Que así sea!

RONALDO WRIGHT
www.ronaldowright.com

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