sábado, 26 de septiembre de 2009

007 - Algo Sobre la Etica en Psicología Social

(Publicado en El Semejante – Año 3 Nro. 13 de febrero de 2005 y en A.P.S.R.A. - Asuntos Legales con fecha 5/9/2016)

ALGO SOBRE LA ETICA EN PSICOLOGIA SOCIAL

Si bien hoy puede resultar ambicioso el proyecto de redactar un código de ética profesional del Psicólogo Social, la Asociación de Psicólogos Sociales de la República Argentina (A.P.S.R.A.) sí ha llevado a cabo tal intento bajo la forma de un ante-proyecto. Su espíritu tiende a encuadrar la conducta profesional dentro de límites adecuados a ciertos principios éticos.

La voz griega ethos -que significa costumbre, uso- se refiere a un sistema de normas morales en que se funda el comportamiento humano. Algo así como una actitud o forma de vida propia de un sujeto, determinada por su escala de valores; lo que llevó a Marco Tulio Cicerón (106-43 a. de J.C.) a traducir el término como filosofía de las costumbres.

Siguiendo un registro similar, el aludido ante-proyecto entiende que los valores éticos poseen un carácter moral; pero no de una moral represiva sino de una moral constructiva, que apunte al correcto funcionamiento social. Por eso, su preámbulo sostiene que es propósito del código de ética proclamar la normativa y los principios que deben inspirar la conducta de todos los Psicólogos Sociales.

Su cumplimiento, inicialmente, resulta obligatorio para todos los asociados de A.P.S.R.A., pretendiéndose que más adelante también lo sea respecto de todos los agrupamientos profesionales que la ley determine en esta materia. Tales normas constituyen en estos tiempos una importante guía para el cumplimiento de las obligaciones (de medio y no de resultado) a cargo de los Psicólogos Sociales.

Pero veamos algunos de estos principios generales que nos parecen aquí destacables. Para optimizar la tarea es necesario que el profesional conserve una posición de asimetría, actuando técnicamente en su campo de trabajo con la debida distancia óptima para operar. Además, el espacio de supervisión será siempre tenido en cuenta para toda labor a cargo del Psicólogo Social.

Especial interés reviste la normativa que dispone la pertinente derivación a los profesionales habilitados en los casos en que las consultas sean de índole terapéutica. Y en lo atinente al secreto profesional, constituye una grave falta ética revelar conocimiento alguno adquirido como resultado de la labor profesional.

Obviamente, está vedada toda publicidad engañosa o poco clara, que pueda llevar a confundir la profesión del Psicólogo Social con otra. El ofrecimiento de servicios debe hacerse con mesura y respeto por la profesión. Es más, dice el ante-proyecto que, en casos de urgencia, la falta de capacidad económica de aquellas personas que requieran los servicios respectivos, no es excusa para abstenerse de prestar tal asistencia.

Todo Psicólogo Social se debe a la comunidad y, si bien tiene que percibir una retribución justa, la imposibilidad de recibirla no autoriza a negar tales servicios. Ello en un todo conteste con el claro lineamiento dado por Alejandro Simonetti, al decir:

“Desde la Psicología Social, ser ético hablaría de una congruencia entre lo personal y lo social”, siendo el desafío conciliar la permanente actitud de no-dominación con la direccionalidad al cambio social planificado asignada por Enrique Pichon-Rivière a nuestra profesión.

RONALDO WRIGHT
www.ronaldowright.com

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